Un cuadriculao esloveno, alemán o luxemburgués (que aún no se haya suicidado) nos vendría de perlas para arreglar estas cosas tan típicas del carácter mediterráneo. Un sujeto serio, de porte similar a un Dios de la Walhala, preferiblemente con una brecha que le cruce el ojo izquierdo hasta casi la comisura de los labios. Si fuese ruso, contaría que la brecha se la hizo un miliciano azerbaiyano durante la toma de Bakú con la tapa de una lata de sardinas, única herramienta que encontró el desgraciado mientras nuestro Karlov lo estrangulaba. Así era nuestro sargento Karlov, si las balas del Kaláshnikov se acababan seguía avanzando con sus imponentes manos abiertas, normalmente llenas de fluidos y tierra. ¿Cómo acabó como responsable de imagén y protocolo en el Betis? Una larga historia y su amistad con quien fuera un soldado bajo sus órdenes llamado Velli, más conocido en Sevilla como Kasumov. El caso es que cuando Karlov afirmaba en las reuniones del consejo en un torpe español: "los asientos tienen que serrr iguales, no puede haberrr uno blanco en medio" aunque se esforzaba por sonreír mecánicamente, el resto del consejo sólo veía sus ojos inyectados en sangre mientras avanzaba inexorable como la muerte, liderando el 42º regimiento de infantería cosaca del norte del Caúcaso; y a pesar de que los consejeros no entendían de simetrías, sentido común, deberes y responsabilidad, rápidamente asentían con un "por supuesto Karlov", incapaces de disimular un leve castañeo de dientes. Y así, por fin, se solucionaron diversos aspectos del club para regocijo del beticismo, salvo la peña Bética de Bakú que personalmente se cagaba en los muertos del ruso, nunca mejor dicho.

¿te ha dado un ataque de algo?

Yo lo que no entiendo es porque, de todos los colores que hay, han tenido que poner el cesped de color verde que se confunde con nuestro glorioso equipamiento.

Un cuadriculao esloveno, alemán o luxemburgués (que aún no se haya suicidado) nos vendría de perlas para arreglar estas cosas tan típicas del carácter mediterráneo. Un sujeto serio, de porte similar a un Dios de la Walhala, preferiblemente con una brecha que le cruce el ojo izquierdo hasta casi la comisura de los labios. Si fuese ruso, contaría que la brecha se la hizo un miliciano azerbaiyano durante la toma de Bakú con la tapa de una lata de sardinas, única herramienta que encontró el desgraciado mientras nuestro Karlov lo estrangulaba. Así era nuestro sargento Karlov, si las balas del Kaláshnikov se acababan seguía avanzando con sus imponentes manos abiertas, normalmente llenas de fluidos y tierra. ¿Cómo acabó como responsable de imagén y protocolo en el Betis? Una larga historia y su amistad con quien fuera un soldado bajo sus órdenes llamado Velli, más conocido en Sevilla como Kasumov. El caso es que cuando Karlov afirmaba en las reuniones del consejo en un torpe español: "los asientos tienen que serrr iguales, no puede haberrr uno blanco en medio" aunque se esforzaba por sonreír mecánicamente, el resto del consejo sólo veía sus ojos inyectados en sangre mientras avanzaba inexorable como la muerte, liderando el 42º regimiento de infantería cosaca del norte del Caúcaso; y a pesar de que los consejeros no entendían de simetrías, sentido común, deberes y responsabilidad, rápidamente asentían con un "por supuesto Karlov", incapaces de disimular un leve castañeo de dientes. Y así, por fin, se solucionaron diversos aspectos del club para regocijo del beticismo, salvo la peña Bética de Bakú que personalmente se cagaba en los muertos del ruso, nunca mejor dicho.

Ahora está marrón

Yo lo que no entiendo es porque, de todos los colores que hay, han tenido que poner el cesped de color verde que se confunde con nuestro glorioso equipamiento.

A lunares morados con fondo fucsia estaría mejor.

Y las líneas púrpura -también se parecen a nuestras rayas.