En un momento en el que miles de refugiados se mueven de un lado para otro y en el que las fronteras están en boca de media Europa, siendo la canciller alemana aquella que parte y reparte en el ´Viejo Continente´, parece ser que en los últimos días se ha colado por sorpresa un invitado de excepción en el panorama internacional a nivel europeo, sin necesidad ninguna de participar en competición continental o de alzarse con algún título a nivel nacional. Ése, como no podía ser de otra forma, es el Real Betis Balompié, un club con 108 años de historia y una fiel infantería que ha despertado la curiosidad del vecino galo, habiendo sido objeto de un extenso y objetivo reportaje por parte de la prestigiosa revista deportiva ´So Foot´, titulado ´La importancia social del Betis´.


Y es que la junta de accionistas celebrada el pasado día 23, en la que el conjunto verdiblanco se jugaba su estabilidad social y un próspero futuro, ha sido capaz de cruzar las fronteras, pidiendo asilo en Francia, donde reconocen el éxito de un equipo de fútbol que esta temporada ha superado la frontera de los 40.000 socios, muy a pesar de que Sevilla sea la capital de la región con mayor tasa de desempleo de toda la Unión Europea. "La pasión era esencial para no ir hacia atrás. El Betis es el equipo de mi vida. Desde que tenía 27 años, cuando llegué a Sevilla, construí mi vida. Me enamoré de este club y ahora trato de devolverle el favor", asegura Pepe Mel en declaraciones al citado medio, al que en Francia, al igual que en Heliópolis, reconocen como uno de los principales baluartes del actual Betis, ese que, aunque en los últimos años haya coqueteado demasiado con el caos institucional y deportivo, es capaz de sobreponerse mil y una veces, gracias a una legión de béticos que tienen grabado a fuego el ´Manquepierda´ en su corazón y que el pasado miércoles, una vez más, demostraron que son el mayor activo del que dispone la entidad, uniéndose en torno a la candidatura ´Ahora, Betis ahora´ y dándole las riendas a un proyecto que presumiblemente camina hacia el futuro y que pretendía alejarse de todo aquello que olía a rancio y desprendía un tufo a tiempos pretéritos.


El beticismo, una vez más, ha conseguido encandilar a Europa, la cual espera poder ver nuevamente a este equipo paseándose por el fútbol europeo sin necesidad de pedir asilo.


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