Con este primer partido estreno mi colaboración con Betisweb y donde semanalmente analizaré al entrenador del equipo rival que juguemos, espero os guste:
Marcelino García Toral (Asturias. 1965) cogió las riendas del Villarreal CF en enero de 2013 y desde entonces ha dotado al conjunto amarillo de una filosofía de juego y competitividad bastante alta. Pero es desde mucho antes cuando hemos de tener en cuenta a este preparador que sin ser el más atractivo ni el más simpático del panorama, sabe lo que hace y no le importa lo demás.
Una lesión de rodilla hizo que colgara las botas y pensara en la dirección de equipos seguramente antes de lo que hubiera querido. El club que preside Fernando Roig encontró en su día quizás al técnico que más se podía asemejar a la idea de crecimiento que desde El Madrigal se pretende.
Marcelino es un entrenador exigente desde primera hora, comprometido y capaz de sacarle un rendimiento a sus plantillas enorme. Nadie olvida su papel en Huelva, Zaragoza o Santander. En Nervión, no fue a más porque un delantero de Mali tuvo más peso que él de cara a los que mandan. Marcelino precisa de sentirse el más importante dentro del vestuario. Ser el jefe. Es algo muy parecido a lo que exige Fabio Capello cuando se compromete con algún conjunto.
En el plano deportivo, el Villarreal está comandado por un técnico que dota de mucha fuerza al aspecto físico de sus jugadores, así como al orden dentro del terreno de juego. Los futbolistas que dirige Marcelino no suelen despistarse en demasía a la hora de enjuiciar el juego. Repliegue súper intensivo, actitud y mucha velocidad en los costados son solamente algunas de las premisas del estilo de juego que el asturiano imprime a sus equipos. Sigue siendo fiel al sistema 1-4-4-2 con un doble pivote muy interesante en todo lo que hace y un delantera que se olvida de modernidades apostando por tener dos bazas.
Personalmente, recuerdo una charla en el Curso de Entrenadores cuando se hizo cargo del Sevilla FC. “Me ofrecieron muy pronto el Sporting de Gijón y la idea me entusiasmó… Pero luego en casa, en frío, fui justo conmigo mismo y pensé en voz alta que no estaba preparado aún para eso. Correr en este sentido en el fútbol no es bueno, el tiempo suele hacer justicia”. Ahora, en Villarreal, Marcelino disfruta de su pasión con total entereza.
Marcelino García Toral (Asturias. 1965) cogió las riendas del Villarreal CF en enero de 2013 y desde entonces ha dotado al conjunto amarillo de una filosofía de juego y competitividad bastante alta. Pero es desde mucho antes cuando hemos de tener en cuenta a este preparador que sin ser el más atractivo ni el más simpático del panorama, sabe lo que hace y no le importa lo demás.
Una lesión de rodilla hizo que colgara las botas y pensara en la dirección de equipos seguramente antes de lo que hubiera querido. El club que preside Fernando Roig encontró en su día quizás al técnico que más se podía asemejar a la idea de crecimiento que desde El Madrigal se pretende.
Marcelino es un entrenador exigente desde primera hora, comprometido y capaz de sacarle un rendimiento a sus plantillas enorme. Nadie olvida su papel en Huelva, Zaragoza o Santander. En Nervión, no fue a más porque un delantero de Mali tuvo más peso que él de cara a los que mandan. Marcelino precisa de sentirse el más importante dentro del vestuario. Ser el jefe. Es algo muy parecido a lo que exige Fabio Capello cuando se compromete con algún conjunto.
En el plano deportivo, el Villarreal está comandado por un técnico que dota de mucha fuerza al aspecto físico de sus jugadores, así como al orden dentro del terreno de juego. Los futbolistas que dirige Marcelino no suelen despistarse en demasía a la hora de enjuiciar el juego. Repliegue súper intensivo, actitud y mucha velocidad en los costados son solamente algunas de las premisas del estilo de juego que el asturiano imprime a sus equipos. Sigue siendo fiel al sistema 1-4-4-2 con un doble pivote muy interesante en todo lo que hace y un delantera que se olvida de modernidades apostando por tener dos bazas.
Personalmente, recuerdo una charla en el Curso de Entrenadores cuando se hizo cargo del Sevilla FC. “Me ofrecieron muy pronto el Sporting de Gijón y la idea me entusiasmó… Pero luego en casa, en frío, fui justo conmigo mismo y pensé en voz alta que no estaba preparado aún para eso. Correr en este sentido en el fútbol no es bueno, el tiempo suele hacer justicia”. Ahora, en Villarreal, Marcelino disfruta de su pasión con total entereza.