Los porqués de la planificación del Betis
Las incorporaciones de Westermann y Vargas, los siguientes refuerzos para el equipo bético
Por Mateo González, 6 de agosto de 2015 0:18 h.
Los béticos andan inquietos con el Betis. No cesan las colas para abonarse suponiendo un claro ejemplo de fidelidad pero en los corrillos hay un tema común: la planificación. Aun sin ver los partidos, se dan por buenas las dudas sobre algunos fichajes de Eduardo Macià y no está carburando el grupo de Pepe Mel al ritmo esperado. Ha ido creciendo una preocupación matizada por las fechas y los precedentes, que señalan que las victorias o derrotas en las pretemporadas no indican nada. Restan algo menos de tres semanas para que empiece a rodar el balón y cuatro para que finalice el plazo de fichajes y en el club no aparece reflejada esta inquietud ni preocupación, y dicen tener motivos para ello. Por lo pronto, ya se espera en los próximos días la llegada de Heiko Westermann y Juan Vargas, los fichajes para reforzar la defensa y se considera que éstos pueden cambiar la percepción general del trabajo realizado, así como la esperada evolución del equipo en los amistosos que están por jugarse con el trabajo desarrollado durante el verano.
Inversión. El Betis ha empleado una cifra cercana a los siete millones de euros para reforzar al equipo. Una cantidad que es casi similar a las de todos los veranos de planificación con administración judicial. El problema es que el efecto se ha reducido al servir para la continuidad de Ndiaye, Portillo o Piccini, que no son caras nuevas. El club ha pagado por ellos y por Petros, Pezzella y Tarek, mientras que el mayor error comprobable ha sido tener que ejecutar la compra de Kadir, algo heredado. El club destinó todos los esfuerzos posibles en su presupuesto a este apartado. Ahora se anuncia que hay menos recursos, pero son más o menos los previstos, aunque a la baja puesto que no se ha rentabilizado ninguna salida. Además, aunque la campaña de abonos está siendo un éxito, la política de precios bajos no supone que el club haga aumentar de manera relevante sus ingresos, que rondarán los diez millones de euros, como en años precedentes. Y se está a la espera de definir el contrato televisivo, aunque el consejo ha anticipado el ingreso con estas inversiones. Las contrataciones de Westermann y Vargas son a coste cero.
Ventas. Es el gran lunar. El club verdiblanco tenía presupuestado ingresar, al menos, millón y medio o dos millones de euros en las salidas de Vadillo, Kadir o Lolo Reyes. Situó precios altos de inicio pero la realidad del mercado ha señalado que la previsión era errónea, así como el trato a los futbolistas al apartarlos claramente y provocar dudas en quienes estuvieran interesados en su contratación, ya que apenas hubo ofertas y sólo tímidos sondeos. Sólo ha entrado dinero en Heliópolis por Chuli y el club se ve abocado a pactar rescisiones (Nono, Agra, Casado, Sergio) en lugar de obtener ingresos en este apartado, con lo que ello influye en el disponible para los fichajes. Lo que sí conoció ayer la entidad es que recibirá 150.000 euros más por el traspaso de Nosa tras la clasificación del Maccabi al play off de la Liga de Campeones. Y si el equipo israelí supera esta ronda, la cantidad ascenderá a 450.000 euros.
Prioridades. Desde el principio del verano ya se anunció que el club buscaba darle consistencia a la columna vertebral del equipo y así ha hecho con dos zagueros (Pezzella y Tarek), dos mediocentros (Digard y Petros) y un creador (Van der Vaart). Fue la conclusión a la que llegaron Macià y Mel en su análisis del equipo y así se tomó como prioridad plena este asunto, de ahí la celeridad en la llegada de estos jugadores, que ya estaban para los primeros compases de la pretemporada. Se buscó experiencia y proyección para puestos claves pero se perdió la inercia del equipo ascensor, ya que es necesario el acoplamiento de tantos jugadores nuevos al equipo y ese trabajo es el que se desarrolla en verano. Mel nunca jugó con dos extremos y tampoco plantea hacerlo con Van der Vaart, Ceballos y Portillo en el equipo.
No pierde referentes. El Betis ha sido de los pocos equipos que hasta ahora no han tenido que desprenderse de jugadores que considera útiles. Adán, Bruno, Portillo, Ceballos, Rubén Castro o Jorge Molina siguen en el club. Se mantiene el bloque con la libertad de poder contar con los que se considera importantes. Las salidas han sido elección directa tanto del técnico como del director deportivo y no por imperativo económico, como sucede en otros rivales. Aun así, la plantilla es corta de efectivos a la espera de los cuatro fichajes pero tampoco está siendo utilizada de la mejor manera por lo visto en los ensayos veraniegos.
Plazos. El parón en los fichajes, ya que desde Digard no se ha hecho oficial ningún otro, estaba relativamente previsto, según cuentan las altas esferas del club, donde consideran lo sucedido como previsible. La idea era darle al equipo la citada consistencia en el bloque inicial, dejar que funcionara en la pretemporada y, a partir de ahí, evaluar las siguientes necesidades para atacarlas concretamente, como ha sido el caso del lateral izquierdo en el caso de Vargas, ya que Álex Martínez saldrá cedido. De tal manera que hasta ha habido cambios de opinión puesto que de buscar velocidad con extremos, como demandaba Mel tras el encuentro ante el San Roque, el técnico y el director deportivo han acordado que lo principal ahora es acabar de reforzar la defensa con un lateral rocoso y con experiencia como el peruano Vargas (31 años) y un central zurdo competente en el alto nivel como el alemán Westermann y completar al equipo arriba con un delantero centro referencia, de talla y que fije a los defensas rivales (el intento por lo alto fue Osvaldo, inalcanzable por sus pretensiones económicas y que ha acabado en el Oporto), y un ala que no tiene que ser precisamente extremo (el que más gusta sigue siendo el suizo-bosnio Hajrovic, del Werder Bremen). Los zagueros se esperan en un plazo muy cercano, quizás antes del Trofeo Carranza, y se filtra que tienen buenas condiciones para dar un rendimiento alto. Hay un precedente negativo de precipitación a la hora de cerrar la plantilla. Fue en el verano de 2013, cuando en los primeros días de agosto se concretaron los últimos fichajes, se trabajó con ese equipo y eso no garantizó el éxito, sino que fue un fracaso mayúsculo.
Expectativas. La contratación de Macià, por su más que interesante currículum, provocó una corriente de ilusión que generó confusión en las expectativas, puesto que la realidad está en las limitaciones económicas del Betis, todavía vigentes. Aún así han llegado jugadores cotizados como Van der Vaart o Digard. Macià se incorporó al club en primavera, tarde con respecto al trabajo que ya venían desarrollando otros directores deportivos en otros clubes. El hecho de que el club haya superado su récord de socios o el acuerdo con Adidas no suponen apenas nada en la planificación de esta temporada, pero quizás sí en las siguientes, si no hay vaivenes societarios en la entidad. Lo cierto es que la ilusión generada no ha tenido correspondencia con la puesta en escena del equipo hasta ahora, ya que no se esperaban tropiezos como los del San Roque, Vitoria de Setúbal o Daarmstadt. Eso sí, el Betis competirá con un contexto propio en la Liga, ya que a priori sus rivales son los recién ascendidos (Sporting, Las Palmas) y clubes que lucharán por la permanencia (Deportivo, Getafe, Granada, Rayo, Eibar, Levante) y ninguno de ellos ha invertido tanto como los verdiblancos, por ejemplo, y sus pretemporadas no son triunfales tampoco aunque el temor en verdiblanco reside en el intenso arranque liguero.
Partidos. El Betis ha planificado una pretemporada relativamente dura, a petición de Mel, que quería a sus hombres rindiendo con exigencia cuanto antes. Quitando el imperdonable tropiezo ante el San Roque el cuadro verdiblanco se ha medido a grupos con mayor rodaje, como el Athletic (jugaba la previa de la Liga Europa), Vitoria de Setúbal, Darmstaadt o Borussia de Dortmund (la Superliga y la Bundesliga empiezan antes). En todo caso, se esperaba mejor rendimiento puesto que esos oponentes no actuaron con sus mejores hombres (el Athletic o el Dortmund acudieron con bajas) y el Betis no ha mostrado un patrón de juego definido. Los técnicos confían en que este fin de semana ante Recreativo y Español sí se vea una versión más parecida a la que pretenden a pesar de las lesiones.
Ceballos: renovación o venta. En el Betis no quieren prolongar más el asunto Ceballos, que tan incómodo se ha revelado para sus intereses. El acuerdo es casi total con el jugador y sus agentes, como se ha venido publicando, pero Bahía no acaba de dar el paso para sellar el contrato. De esta manera, si el club verdiblanco comprueba que Ceballos no renueva en las fechas oportunas se plantea sólo el escenario de la venta para no perder todo el valor del futbolista, que concluye vinculación en 2016 aunque en Heliópolis pueden retenerle hasta 2017 en virtud de las listas de compensación, aunque éstas son sólo válidas ante clubes españoles y de determinadas ligas europeas, no todas. En todo caso, todas las partes esperan acabar con este culebrón lo antes posible.
Las incorporaciones de Westermann y Vargas, los siguientes refuerzos para el equipo bético
Por Mateo González, 6 de agosto de 2015 0:18 h.
Los béticos andan inquietos con el Betis. No cesan las colas para abonarse suponiendo un claro ejemplo de fidelidad pero en los corrillos hay un tema común: la planificación. Aun sin ver los partidos, se dan por buenas las dudas sobre algunos fichajes de Eduardo Macià y no está carburando el grupo de Pepe Mel al ritmo esperado. Ha ido creciendo una preocupación matizada por las fechas y los precedentes, que señalan que las victorias o derrotas en las pretemporadas no indican nada. Restan algo menos de tres semanas para que empiece a rodar el balón y cuatro para que finalice el plazo de fichajes y en el club no aparece reflejada esta inquietud ni preocupación, y dicen tener motivos para ello. Por lo pronto, ya se espera en los próximos días la llegada de Heiko Westermann y Juan Vargas, los fichajes para reforzar la defensa y se considera que éstos pueden cambiar la percepción general del trabajo realizado, así como la esperada evolución del equipo en los amistosos que están por jugarse con el trabajo desarrollado durante el verano.
Inversión. El Betis ha empleado una cifra cercana a los siete millones de euros para reforzar al equipo. Una cantidad que es casi similar a las de todos los veranos de planificación con administración judicial. El problema es que el efecto se ha reducido al servir para la continuidad de Ndiaye, Portillo o Piccini, que no son caras nuevas. El club ha pagado por ellos y por Petros, Pezzella y Tarek, mientras que el mayor error comprobable ha sido tener que ejecutar la compra de Kadir, algo heredado. El club destinó todos los esfuerzos posibles en su presupuesto a este apartado. Ahora se anuncia que hay menos recursos, pero son más o menos los previstos, aunque a la baja puesto que no se ha rentabilizado ninguna salida. Además, aunque la campaña de abonos está siendo un éxito, la política de precios bajos no supone que el club haga aumentar de manera relevante sus ingresos, que rondarán los diez millones de euros, como en años precedentes. Y se está a la espera de definir el contrato televisivo, aunque el consejo ha anticipado el ingreso con estas inversiones. Las contrataciones de Westermann y Vargas son a coste cero.
Ventas. Es el gran lunar. El club verdiblanco tenía presupuestado ingresar, al menos, millón y medio o dos millones de euros en las salidas de Vadillo, Kadir o Lolo Reyes. Situó precios altos de inicio pero la realidad del mercado ha señalado que la previsión era errónea, así como el trato a los futbolistas al apartarlos claramente y provocar dudas en quienes estuvieran interesados en su contratación, ya que apenas hubo ofertas y sólo tímidos sondeos. Sólo ha entrado dinero en Heliópolis por Chuli y el club se ve abocado a pactar rescisiones (Nono, Agra, Casado, Sergio) en lugar de obtener ingresos en este apartado, con lo que ello influye en el disponible para los fichajes. Lo que sí conoció ayer la entidad es que recibirá 150.000 euros más por el traspaso de Nosa tras la clasificación del Maccabi al play off de la Liga de Campeones. Y si el equipo israelí supera esta ronda, la cantidad ascenderá a 450.000 euros.
Prioridades. Desde el principio del verano ya se anunció que el club buscaba darle consistencia a la columna vertebral del equipo y así ha hecho con dos zagueros (Pezzella y Tarek), dos mediocentros (Digard y Petros) y un creador (Van der Vaart). Fue la conclusión a la que llegaron Macià y Mel en su análisis del equipo y así se tomó como prioridad plena este asunto, de ahí la celeridad en la llegada de estos jugadores, que ya estaban para los primeros compases de la pretemporada. Se buscó experiencia y proyección para puestos claves pero se perdió la inercia del equipo ascensor, ya que es necesario el acoplamiento de tantos jugadores nuevos al equipo y ese trabajo es el que se desarrolla en verano. Mel nunca jugó con dos extremos y tampoco plantea hacerlo con Van der Vaart, Ceballos y Portillo en el equipo.
No pierde referentes. El Betis ha sido de los pocos equipos que hasta ahora no han tenido que desprenderse de jugadores que considera útiles. Adán, Bruno, Portillo, Ceballos, Rubén Castro o Jorge Molina siguen en el club. Se mantiene el bloque con la libertad de poder contar con los que se considera importantes. Las salidas han sido elección directa tanto del técnico como del director deportivo y no por imperativo económico, como sucede en otros rivales. Aun así, la plantilla es corta de efectivos a la espera de los cuatro fichajes pero tampoco está siendo utilizada de la mejor manera por lo visto en los ensayos veraniegos.
Plazos. El parón en los fichajes, ya que desde Digard no se ha hecho oficial ningún otro, estaba relativamente previsto, según cuentan las altas esferas del club, donde consideran lo sucedido como previsible. La idea era darle al equipo la citada consistencia en el bloque inicial, dejar que funcionara en la pretemporada y, a partir de ahí, evaluar las siguientes necesidades para atacarlas concretamente, como ha sido el caso del lateral izquierdo en el caso de Vargas, ya que Álex Martínez saldrá cedido. De tal manera que hasta ha habido cambios de opinión puesto que de buscar velocidad con extremos, como demandaba Mel tras el encuentro ante el San Roque, el técnico y el director deportivo han acordado que lo principal ahora es acabar de reforzar la defensa con un lateral rocoso y con experiencia como el peruano Vargas (31 años) y un central zurdo competente en el alto nivel como el alemán Westermann y completar al equipo arriba con un delantero centro referencia, de talla y que fije a los defensas rivales (el intento por lo alto fue Osvaldo, inalcanzable por sus pretensiones económicas y que ha acabado en el Oporto), y un ala que no tiene que ser precisamente extremo (el que más gusta sigue siendo el suizo-bosnio Hajrovic, del Werder Bremen). Los zagueros se esperan en un plazo muy cercano, quizás antes del Trofeo Carranza, y se filtra que tienen buenas condiciones para dar un rendimiento alto. Hay un precedente negativo de precipitación a la hora de cerrar la plantilla. Fue en el verano de 2013, cuando en los primeros días de agosto se concretaron los últimos fichajes, se trabajó con ese equipo y eso no garantizó el éxito, sino que fue un fracaso mayúsculo.
Expectativas. La contratación de Macià, por su más que interesante currículum, provocó una corriente de ilusión que generó confusión en las expectativas, puesto que la realidad está en las limitaciones económicas del Betis, todavía vigentes. Aún así han llegado jugadores cotizados como Van der Vaart o Digard. Macià se incorporó al club en primavera, tarde con respecto al trabajo que ya venían desarrollando otros directores deportivos en otros clubes. El hecho de que el club haya superado su récord de socios o el acuerdo con Adidas no suponen apenas nada en la planificación de esta temporada, pero quizás sí en las siguientes, si no hay vaivenes societarios en la entidad. Lo cierto es que la ilusión generada no ha tenido correspondencia con la puesta en escena del equipo hasta ahora, ya que no se esperaban tropiezos como los del San Roque, Vitoria de Setúbal o Daarmstadt. Eso sí, el Betis competirá con un contexto propio en la Liga, ya que a priori sus rivales son los recién ascendidos (Sporting, Las Palmas) y clubes que lucharán por la permanencia (Deportivo, Getafe, Granada, Rayo, Eibar, Levante) y ninguno de ellos ha invertido tanto como los verdiblancos, por ejemplo, y sus pretemporadas no son triunfales tampoco aunque el temor en verdiblanco reside en el intenso arranque liguero.
Partidos. El Betis ha planificado una pretemporada relativamente dura, a petición de Mel, que quería a sus hombres rindiendo con exigencia cuanto antes. Quitando el imperdonable tropiezo ante el San Roque el cuadro verdiblanco se ha medido a grupos con mayor rodaje, como el Athletic (jugaba la previa de la Liga Europa), Vitoria de Setúbal, Darmstaadt o Borussia de Dortmund (la Superliga y la Bundesliga empiezan antes). En todo caso, se esperaba mejor rendimiento puesto que esos oponentes no actuaron con sus mejores hombres (el Athletic o el Dortmund acudieron con bajas) y el Betis no ha mostrado un patrón de juego definido. Los técnicos confían en que este fin de semana ante Recreativo y Español sí se vea una versión más parecida a la que pretenden a pesar de las lesiones.
Ceballos: renovación o venta. En el Betis no quieren prolongar más el asunto Ceballos, que tan incómodo se ha revelado para sus intereses. El acuerdo es casi total con el jugador y sus agentes, como se ha venido publicando, pero Bahía no acaba de dar el paso para sellar el contrato. De esta manera, si el club verdiblanco comprueba que Ceballos no renueva en las fechas oportunas se plantea sólo el escenario de la venta para no perder todo el valor del futbolista, que concluye vinculación en 2016 aunque en Heliópolis pueden retenerle hasta 2017 en virtud de las listas de compensación, aunque éstas son sólo válidas ante clubes españoles y de determinadas ligas europeas, no todas. En todo caso, todas las partes esperan acabar con este culebrón lo antes posible.
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