A las puertas del comienzo de una nueva temporada, las dudas en torno a la confección de la plantilla continúan generando dolores de cabeza tanto a la dirección deportiva como al cuerpo técnico. La mala imagen ofrecida por el conjunto verdiblanco en partidos como el San Roque o el Darmstadt 98 preocupa a la afición ante el exigente reto de la vuelta a Primera. Pepe Mel ya conoce por boca de Eduardo Macià que la economía del club solo permitiría traer un par de jugadores a bajo coste, por lo que ya es consciente que debe trabajar esta plantilla para hacer un papel digno.
Todo entrenador curtido en la élite sabe que debe tener en el campo un jefe, una prolongación suya dentro del terreno de juego que consiga dirigir al equipo con criterio y carácter desde dentro. Desde que arrancó su etapa en el Betis, Mel (casi) siempre acertó en esta tarea. Iriney, Cañas o Beñat fueron excelentes transmisores del estilo del preparador madrileño en el verde. No solo encomendó esta tarea a centrocampistas, ya que la pasada campaña tuvo a Jorge Molina como su mayor valedor, rescatándolo del ostracismo para liderar la remontada bética. Fue precisamente en la infausta temporada de los 25 puntos en la que el míster no pudo o no supo encontrar un jugador que guiara a sus compañeros, algo que marcó el devenir de la campaña.
Entre los futbolistas que actualmente componen la plantilla bética, resalta un nombre de cuatro palabras: Rafael Van der Vaart. Llegó a Sevilla como un fichaje que sorprendió a toda Europa por la decadencia en su juego pero ha terminado impresionando positivamente. Su madurez y sus detalles de calidad ya se están haciendo notar en Heliópolis y ya ha dejado más que claro que su compromiso con el club es máximo. Mel ya le ha hecho saber que debe ser pieza fundamental de este nuevo Betis, así que ya le está buscando sitio en el once donde pueda lucir al máximo sus virtudes. Por eso, parece que el éxito o el fracaso de esta apuesta por el holandés puede marcar el futuro del equipo verdiblanco para esta temporada. ‘Fali’ es el nuevo líder de Pepe.
Todo entrenador curtido en la élite sabe que debe tener en el campo un jefe, una prolongación suya dentro del terreno de juego que consiga dirigir al equipo con criterio y carácter desde dentro. Desde que arrancó su etapa en el Betis, Mel (casi) siempre acertó en esta tarea. Iriney, Cañas o Beñat fueron excelentes transmisores del estilo del preparador madrileño en el verde. No solo encomendó esta tarea a centrocampistas, ya que la pasada campaña tuvo a Jorge Molina como su mayor valedor, rescatándolo del ostracismo para liderar la remontada bética. Fue precisamente en la infausta temporada de los 25 puntos en la que el míster no pudo o no supo encontrar un jugador que guiara a sus compañeros, algo que marcó el devenir de la campaña.
Entre los futbolistas que actualmente componen la plantilla bética, resalta un nombre de cuatro palabras: Rafael Van der Vaart. Llegó a Sevilla como un fichaje que sorprendió a toda Europa por la decadencia en su juego pero ha terminado impresionando positivamente. Su madurez y sus detalles de calidad ya se están haciendo notar en Heliópolis y ya ha dejado más que claro que su compromiso con el club es máximo. Mel ya le ha hecho saber que debe ser pieza fundamental de este nuevo Betis, así que ya le está buscando sitio en el once donde pueda lucir al máximo sus virtudes. Por eso, parece que el éxito o el fracaso de esta apuesta por el holandés puede marcar el futuro del equipo verdiblanco para esta temporada. ‘Fali’ es el nuevo líder de Pepe.