De la temporalidad, de la solvencia, y el perro de Rocroi.


De la temporalidad:

Léase usted un auto de un órgano judicial donde en sus tres cuartas primeras partes del contenido se va reafirmando, dado lo que se ha conocido en los procesos penales que se llevan en el Juzgado de Instrucción, incluidos sus autos de procesamiento, la comisión por los procesados de unos presuntos delitos contra la sociedad que administraban y sus accionistas minoritarios, y siéntese uno reconfortado en su lectura, al fin y al cabo han sido años de pelea para poder llegar a esta situación, y cuando parece que el relato va a terminar con el final por todos esperado, aparece el concepto de temporalidad y te estropea el final.

Maldita temporalidad, y es que las medidas cautelares se alargan en el tiempo mucho más que las posibles penas a imponer a los presuntos delincuentes, tesis defendida desde tiempo ha por la inigualable Fiscalía de Sevilla, por lo que se podría entender que los presuntos culpables “sufran” una medida cautelar mayor que la posible condena a imponer.

Y es que no es nada más lamentable que el interés que han mantenido los procesados durante toda la instrucción, de 7 años ya, de colaborar con la justicia para el más rápido esclarecimiento de los hechos, y que como contra prestación solo hayan recibido de los demandantes y jueces instructores continuos retrasos para provocar esta lamentable situación de indefensión, y de no poder atender a sus negocios legítimos con la dedicación y buen empeño de todos conocidos.

Además de dos hechos de extrema gravedad añadidos: Que cuando fueron apartados de la gestión de la sociedad Real Betis Balompié, SAD, ésta se encontraba casi en quiebra, con 90 millones de deudas, un concurso de acreedores solicitado por ellos mismos, el primer equipo deportivo en segunda división, y con una estructura de negocio propia de una fonda, además de vaciado patrimonialmente desde empresas paralelas a algunos de los procesados. Lamentablemente ahora, cuando se lo entreguen, está a dos pasos de salir del concurso, en primera división, y con fondos propios positivos después de una década de años sin ellos.

Como segundo hay que advertir que, normalmente, el alargamiento de la instrucción de las causas es directamente proporcional al dinero que te cuesten los abogados. Es conocido que al que roba un jamón no se le causa daño por el alargamiento de las medidas preventivas, y es curioso que mientras más dinero tenga el acusado más indefensión se le causa por el pertinaz retraso de la justicia española. Pero más sorprende aún en este caso porque, dadas las dificultades de algunos para poder atender a las fianzas exigidas por más de 33 millones de euros, enfrentándose a embargos de propiedades inmobiliarias, de acciones, de hasta pensiones de la Seguridad Social, sí ha podido, y puede, pagar una buena defensa, con conocidos ex fiscales y prestigiosos abogados, que están haciendo, por lo que se ve, un muy buen trabajo. Y yo si estoy convencido de algo es de que a los bufetes de abogados les pasa como a las familias de los entrenadores de fútbol, que no son una ONG.

De la solvencia:

Palabra mítica en el loperismo, la solvencia; a la más mínima se espetaba ¿usted es solvente ni ná?. Dejando a un lado el mal momento que se vive en el entorno de las llamadas en sus tiempos “las tontas”, extrañamente perdidas en la memoria de algún procesado, y la preocupación consiguiente que dado que, como se ha demostrado, el Betis sin las tontas nunca fue nada, es primordial aclarar, o por los protagonistas, o por sus escribas, empero alegres, de los medios, quien va a coger el timón del barco en unos meses.

Y es que el contrato entre Bitton y Farusa ha sido dado como legal y vigente por la Audiencia Provincial de Madrid, solo a la espera del levantamiento de las cautelares que impedían su objeto, por lo que quien tiene el 51 % del Real Betis, no el 51,34 %, porque Farusa se queda con un 0,34 % de las acciones en la venta del 6 de julio de 2010, es la prestigiosa mercantil Bitton Sport.

El que se mueva por el mundo de los negocios conoce el prestigio de la firma Bitton Sport, no hay informe de solvencia que se pida a cualquiera de las agencias que se dedican a informar de estos aspectos de las empresas, que no pongan a Bitton en su sitio natural. Ya tuvimos esa fortaleza empresarial en los meses de julio a diciembre de 2010, y creo que a todo el mundo convenció su agilidad en los negocios, y como todo lo que se compró entonces, se impagó, hasta a Molina y Rubén Castro. Eso sí asesores como Orion, o agencias de representación, extrañamente vinculadas a personas del ámbito de Bitton, cobraron todo, sus aparentes servicios y sus comisiones. ¿Con qué carita priva tu a estos empresarios de no poder ejercer su altísima capacidad y diligencia empresarial por unas medidas cautelares dilatadas en el tiempo por inoperancia de la justicia?

Del perro de Rocroi.

Hay un genial artículo de Arturo Pérez Reverte, titulado “El perro de Rocroi”, publicado hace unos años que con base en un cuadro del también genial pintor Augusto Ferrer Dalmau, que pinta el último momento de la batalla de Rocroi, donde un grupo de soldados del Tercio de Flandes malheridos, disminuidos en número, se enfrentan al último combate ante un rival superior. Copio enlaces al artículo y al cuadro al final de este escrito.

Pongo aquí solo el final del artículo de Pérez Reverte:

“Retrata a la pobre y dura España de toda la vida: el soldado ciego con una espada en la mano, al que un compañero mantiene de pie y vuelto hacia el enemigo; los que rematan sañudos a los franceses moribundos; el tranquilo arcabucero que sopla la mecha para el último disparo; el desordenado palilleo de picas que eriza la formación, tan diferente a las victoriosas lanzas que pintó Velázquez. Y sobre todo, la expresión de los soldados que miran al enemigo-espectador con rencor asesino. Acércate, parecen decir. Si tienes ******. Ven a que te raje, ******, mientras nos vamos juntos al infierno. Realmente da miedo acercarse a esos hombres; y uno entiende que les ofrecieran rendirse con honor antes que pagar el precio por exterminarlos uno a uno. Son tan auténticos como el buen Canelo: españoles desesperados, tirados como perros, olvidados de Dios y de su rey. Y pese a todo, arrogantes hasta el final, fieles a su reputación, temibles hasta en la derrota. Peligrosos y homicidas como la madre que nos parió.”

Pues aquí seguimos, con una batalla perdida como los Tercios en Rocroi, pero arrogantes, fieles y temibles. Y convencidos en nuestra rebeldía, si algo tiene el Betis, si algo tienen los béticos es la rebeldía, es nuestra esencia, y esencia también de nuestro país. “Mientras haya un bético habrá Betis” sentenció D. Manuel Ruiz Rodriguez, en los duros años cuarenta, y esa cita es inmutable e intemporal.

Aquí seguimos y enfrente sabemos quienes están también; en estos años casi todos han aclarado sus posiciones, y algunos que decían que estaban a tu lado, y estaban detrás para clavarte el cuchillo, ya se han posicionado, hoy en día todo está casi meridianamente claro. Porque la alegría lógica de algunos, e indignas de otros, por poder volver a recuperar la gestión del Real Betis, no tapa que los procesos penales y mercantiles siguen adelante, hasta como dice el auto último de la Audiencia con confirmación de las presunciones de culpabilidad, y aunque beneficiados por esa lentitud provocada de la justicia, saben que el tiempo corre, Tic-tac, tic-tac, y llegarán las sentencias, y terminará la indignidad, y el Betis será de los Béticos, más temprano que tarde, sin duda.

Cuentan que al final de la batalla de Rocroi, un general francés le pregunto a un tercio español moribundo, “¿cuántos erais?”, y éste le contestó “Contad los muertos”. Así que hoy, con más convicción que ayer, pero menos que mañana, ¡Viva el Betis Libre! ¡Viva el Betis manque pierda!.

El perro de Rocroi | Web oficial de Arturo Pérez-Reverte

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