El Real Betis ha incorporado a Didier Digard (12-07-1986), objeto de deseo en temporadas anteriores y queahora se enfunda las trece barras tras finalizar su vinculación con el Niza. Surgido en una de las canteras más prolíficas de Francia, como es el Le Havre, llegó al club nizardo en el verano de 2010, haciéndose con el brazalete de capitán ya en su segunda campaña en el equipo y disputando más de 130 partidos. Allí brilló sobremanera en el curso 12/13, en el que el Niza quedó 4º clasificado y Digard fue el jugador más destacado del conjunto galo junto a Renato Civelli y Darío Cvitanich. En su último año se ha visto lastrado por las lesiones, motivo por el que apenas ha llegado a la veintena de partidos, aunque sí terminó el campeonato siendo titular en las últimas jornadas.

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[CENTER]¿Cómo juega Digard?[/CENTER]

Con Digard el Betis no incorpora al típico mediocentro, por lo general africano, que devora kilómetros y cuya presencia es casi omnipresente y prácticamente en su totalidad física. Es un pivote de más control y armonía táctica, cuya principal labor reside en que el equipo no se rompa y la zona defensiva no quede excesivamente expuesta. Su objetivo es proteger, recuperar y entregar con certeza.

Didier Digard es un mediocentro de perfil defensivo, que actúa por delante de la defensa y puede hacerlo solo, o formando un doble pivote junto a un centrocampista de mayores recursos en la elaboración. Proporciona un gran equilibrio al equipo debido a su buen dominio de los espacios, su capacidad para bascular en las ayudas defensivas y también a la hora de realizar coberturas o taponar vías de pases al rival. Suele posicionarse muy bien en todo momento y no le cuesta trasladarse, haciendo un despliegue físico importante.

Diestro, muy correcto con el balón, es habitual que se incruste entre los centrales para recibir la pelota e iniciar la jugada, aunque rápidamente opta por el pase sencillo para los jugadores más creativos, buscando complicarse poco y mostrándose seguro en el pase en corto, costándole algo más en desplazamientos largos. También posee un golpeo de balón duro y seco, especialmente en el chut raso, aunque no acostumbra a prodigarse por posiciones ofensivas. La posición de central no es nueva para él, y por colocación y capacidad en el corte es una demarcación en la que ha cumplido sin alardes.

Es un jugador fuerte, potente, con un buen juego aéreo y que hace uso de su cuerpo para proteger bien tanto la pelota como la posición. Contundente cuando tiene que ir al cruce, no rehúye nunca el choque. Trabajador y disciplinado, e incluso con dotes de mando, tiene carácter y eso lo muestra sobre el campo.