re: La Audiencia aplaza la decisición sobre el levantamiento de las cautelares
Buenooo, por una vez nos están ayudando, hoy si, esto es una ayuda en toda regla.
Originalmente publicado por El Analista
Ver Mensaje
El Real Betis Balompié es actualmente un club judicializado, sí, pero gracias a ese estado está en vías de saneamiento. La Administración Judicial tomó las riendas de la entidad verdiblanca con un tremendo agujero de 90 millones de euros, con deudas contraídas con exjugadores y Hacienda, además de otros muchos acreedores. En el trabajo de estos cinco años ha habido errores pero también muchos aciertos, así como el cumplimiento escrupuloso de un estricto calendario de pagos lo que ha provocado que esa deuda haya acabado bajando a cifras totalmente asumibles por una entidad deportiva como es el Betis. Además, en lo social, salvo controversias de algún significado grupo de béticos tanto con José Antonio Bosch como con Francisco Estepa, el club en estos cinco años ha encontrado la paz y la normalidad que en la etapa final de Farusa (la más dura y negativa) al frente del club brilló por su ausencia. Por lo tanto, que la Audiencia Provincial de Sevilla levante las medidas cautelares provocará una situación de caos en un momento delicado, viéndose perjudicada la única víctima de todo este proceso, el Real Betis Balompié. En Alfinaldelapalmera.com hemos hecho un resumen, en algunos puntos, del efecto que provocaríael levantamiento de las medidas cautelares.
Proyecto paralizado – No sólo el deportivo, sino también el económico e institucional de cara al próximo curso en Primera división. Si se produjese un cambio de mando en la actual gestión del club, todas las gestiones que la entidad está llevando a cabo en estos días y también durante las próximas semanas quedarán paradas, no sólo en el apartado deportivo sino también en el de marketing y todo lo relacionado con la planificación de la próxima temporada, en la que el primer equipo verdiblanco volverá a competir en Primera división. El buen hacer de Ollero y su consejo de administración, el trabajo de Eduardo Macià al frente de la dirección deportiva, el contrato con Adidas… todo quedaría en suspenso. Además, ni Lopera ni Bitton podrían empezar a tomar decisiones en el club hasta la celebración de una Junta Extraordinaria de Accionistas, la cual no se celebraría hasta finales de julio o incluso principios de agosto. Por tanto, hasta este mes no se podrían hacer gestiones, ya que si los que rigen el club en la actualidad lo hacen, les podrían pedir responsabilidades.
Vuelta a la inseguridad en la gestión – En estos últimos cinco años de Betis judicializado, cuatro han sido los presidentes que han estado al frente del club verdiblanco: Rafael Gordillo, Miguel Guillén, Manuel Domínguez Platas y Juan Carlos Ollero; y dos los administradores judiciales: José Antonio Bosch y Francisco Estepa. Un lustro en los que ha habido errores en gestiones o decisiones, pero en el que la nota predominante ha sido la de acabar con la deuda y adecuar el club a la actualidad. El levantamiento de las medidas no provocaría otra cosa que no sea una vuelta a la inseguridad en la gestión, puesto que la administración judicial desaparecería y el club volvería a ser controlado por las personas que tanto daño hicieron a la entidad.
Situación de provisionalidad – Mientras el Betis actual sigue marchando y planificando la próxima temporada, el levantamiento de las medidas provocaría una situación de provisionalidad tremenda, puesto que Lopera (Oliver dice que las acciones son suyas), al que se le devolvería el club con esa decisión de la Audiencia, podrían quedar inhabilitados de sus cargos en un corto espacio de tiempo (en torno a un mes), por lo que nuevamente, en unas fechas clave para organizar el Betis de la próxima temporada, todo el proyecto quedaría en el aire. Además, se pedirían otras medidas cautelares por la vía mercantil.
Regreso a la batalla social – Si ahora el Betis puede considerarse que está inmerso en una época de paz y tranquilidad social (se ha logrado el récord de socios, se han superado los cuarenta mil espectadores de media en el Villamarín en la última temporada) el cambio de mando podría contraer nuevamente una guerra en el apartado social y accionarial y recordará a los últimos años de continuas situaciones incómodas que lo único que hacían era perjudicar a la imagen del club verdiblanco.
El levantamiento de las cautelares paralizaría la planificación deportiva hasta agosto - Al final de la Palmera
Las consecuencias serían gravísimas .
Proyecto paralizado – No sólo el deportivo, sino también el económico e institucional de cara al próximo curso en Primera división. Si se produjese un cambio de mando en la actual gestión del club, todas las gestiones que la entidad está llevando a cabo en estos días y también durante las próximas semanas quedarán paradas, no sólo en el apartado deportivo sino también en el de marketing y todo lo relacionado con la planificación de la próxima temporada, en la que el primer equipo verdiblanco volverá a competir en Primera división. El buen hacer de Ollero y su consejo de administración, el trabajo de Eduardo Macià al frente de la dirección deportiva, el contrato con Adidas… todo quedaría en suspenso. Además, ni Lopera ni Bitton podrían empezar a tomar decisiones en el club hasta la celebración de una Junta Extraordinaria de Accionistas, la cual no se celebraría hasta finales de julio o incluso principios de agosto. Por tanto, hasta este mes no se podrían hacer gestiones, ya que si los que rigen el club en la actualidad lo hacen, les podrían pedir responsabilidades.
Vuelta a la inseguridad en la gestión – En estos últimos cinco años de Betis judicializado, cuatro han sido los presidentes que han estado al frente del club verdiblanco: Rafael Gordillo, Miguel Guillén, Manuel Domínguez Platas y Juan Carlos Ollero; y dos los administradores judiciales: José Antonio Bosch y Francisco Estepa. Un lustro en los que ha habido errores en gestiones o decisiones, pero en el que la nota predominante ha sido la de acabar con la deuda y adecuar el club a la actualidad. El levantamiento de las medidas no provocaría otra cosa que no sea una vuelta a la inseguridad en la gestión, puesto que la administración judicial desaparecería y el club volvería a ser controlado por las personas que tanto daño hicieron a la entidad.
Situación de provisionalidad – Mientras el Betis actual sigue marchando y planificando la próxima temporada, el levantamiento de las medidas provocaría una situación de provisionalidad tremenda, puesto que Lopera (Oliver dice que las acciones son suyas), al que se le devolvería el club con esa decisión de la Audiencia, podrían quedar inhabilitados de sus cargos en un corto espacio de tiempo (en torno a un mes), por lo que nuevamente, en unas fechas clave para organizar el Betis de la próxima temporada, todo el proyecto quedaría en el aire. Además, se pedirían otras medidas cautelares por la vía mercantil.
Regreso a la batalla social – Si ahora el Betis puede considerarse que está inmerso en una época de paz y tranquilidad social (se ha logrado el récord de socios, se han superado los cuarenta mil espectadores de media en el Villamarín en la última temporada) el cambio de mando podría contraer nuevamente una guerra en el apartado social y accionarial y recordará a los últimos años de continuas situaciones incómodas que lo único que hacían era perjudicar a la imagen del club verdiblanco.
El levantamiento de las cautelares paralizaría la planificación deportiva hasta agosto - Al final de la Palmera
Las consecuencias serían gravísimas .
Comentario