En juicios por asesinato uno lo entiende, porque hay asuntos interpretables que te pueden reventar si te equivocas expresándote.

En juicios fiscales, con tíos de empresa que llevan toda su vida en ese ámbito, es, simplemente, no querer decir la verdad.

Es este?

TRIBUNALES

Juicio al ex mandatario del Betis por la propiedad de sus acciones en el club
Better call Saul, Lopera

• El expresidente del Betis guarda un doliente silencio en el segundo de sus juicios

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[LEFT]Manuel Ruiz de Lopera visita los juzgados[/LEFT]
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No debe ser fácil la vida del abogado. Pónganse en su lugar. Un día cualquiera entrará por su puerta un caballero con una historia como ésta, alguien que dice haber gastado millones de euros en comprar las acciones con las que controlar una empresa, pero que no encuentra ni rastro, ni un recibito, ni un apunte, ni un talón, ni una transferencia de haber realizado ese pago, cuestión que ha llevado a ponerse tiquismiquis a otros señores de esa empresa y denunciarlo. Ese hombre le dice: «Necesito su ayuda». Y usted, cuadrándose, le mirará fijamente a los ojos, y como no puede ser de otra manera, responderá: «Ya tiene abogado».
Y no, no estamos en 'Breaking Bad' ni en su spin-off 'Better call Saul'. Estamos en Sevilla y en el Betis, en el de 1992 y en el de 2015, dos agujeros en el tiempo cosidos por un largo hilo de corrupción que tratan de desenredar los tribunales. Estamos en el segundo de los procesos contra Manuel Ruiz de Lopera, el hombre que en su momento se instauró como presidente perpetuo del reino verdiblanco.
En el anterior (concurso de acreedores doloso) ni siquiera consideró necesario comparecer. En éste lo hace, con el consecuente ruido mediático. «¡Esto no es 'Sálvame Deluxe'!», se queja a viva voz el juez Carretero. Comparece Lopera pero guarda silencio, atendiendo a la orden de su letrado. Sólo se le escapa que nunca tuvo nada que ver con Farusa, la empresa propietaria del Betis. Si es una broma, parece mala. Si es una línea argumental, parece temeraria.
Lopera calla. La representante de Farusa calla. Nadie entre los presentes, y nos atreveríamos a decir que nadie entre el beticismo, sabía que existía una representante de Farusa. José León, el presidente al que apodaban cuchara porque ni pinchaba ni cortaba, habla y se mete en un lío. Dice que firmaba por firmar, y firmó cosas muy comprometedoras. Le acusan de ser uno de los testaferros a través de los que Lopera se apropió del Betis sin poner un céntimo de su bolsillo. Los abogados de Lopera y Farusa se miran de reojo al ver el jardín en el que ha caído León. El silencio, como táctica, cobra una nueva dimensión.
Un testimonio emocionante

Pero el silencio también duele. El silencio le quema las entrañas a Lopera cuando escucha a los testigos de los denunciantes.Sobrelleva la emocionante crónica de Paco Sánchez. El antiguo directivo no busca la conmiseración, no se refugia en las lagunas de la memoria. Nadie se lo reprocharía. Al fin y al cabo hablamos de un señor septuagenario y unos hechos ocurridos hace 23 años. Pero Sánchez pormenoriza su relato como si hubiera ocurrido ayer. Da datos, da fechas, recuerda las palabras y los gestos. Recuerda que le amenazaron cuando pidió recuperar sus avales: perderás tu casa. Se diría que Paco Sánchez ha hecho esta declaración antes en muchas duermevelas. Parece el exacto momento de una venganza.
El pequeño purgatorio que su abogado exige a Lopera es aguantar que sus enemigos cuenten la historia, su versión de la historia, sin que él pueda rechistar. Es una situación ulcerosa, que alcanza su clímax con la llamada al estrado de Hugo Galera, el presidente que en su día abrió las puertas del Betis a Lopera, el hombre que ha hecho juramento sagrado de limpiar ese error. Galera no se deja nada.Acusa a Lopera de corrupto, de maldad, de dinamitar todas las soluciones trabajadas con el entonces presidente de la Junta, Chaves, con el alcalde, Rojas Marcos, con el secretario de Estado, Gómez Navarro, le acusa de falsear firmas y documentos, en definitiva, de mangonear contablemente con el dinero de los béticos y las cajas, aquellos 308 millones de pelas, para comprar sus acciones y quedarse con el club.
Lopera se revuelve, por momentos se sujeta a la silla, hasta se carcajea a rienda suelta cuando Galera dice que el Betis se habría curado perfectamente si él no hubiera aparecido en el 92. Dudar del salvador... ¿O salvadora? Atenernos a sus palabras, creernos que nada tiene que ver con Farusa, nos conduciría al fabuloso descubrimiento de que quien realmente levantó de su tumba al Betis fue la señora con la que comparte confidencias a su siniestra. Que sepa el beticismo la una inmensa deuda que guarda con doñaAna María Ruiz Peña.
Tras casi seis horas, la causa se interrumpe. Hoy quedará vista para sentencia una vez se expongan las conclusiones. Se aguardan con especial interés las de la defensa de Lopera, que parece haberse decidido por una estrategia de mínimos, sin gastar un solo segundo en intentar demostrar que su cliente compró sus acciones con su propio dinero. Esta vez intentó como separar a Lopera de Farusa, como señalar que todos firmaron de todo, como insinuar que el mundo conspira contra su pagano. En el embrollo está la virtud.
El embrollo lo cortó el juez Carretero a las seis horas. Pudo no durar nada. Lo primero que hicieron las defensas es pedir en bloque la suspensión de la causa por prejudicialidad, demora y otras gracias. El magistrado se enfadó. Vino a decir que trabajaban como esclavos para escuchar esto, y pareció una pataleta en toda regla. Pero luego resultó que el juicio se celebraba con las ventanas abiertas, expuesto al ruido de las obras de la calle, ante la ausencia de aire acondicionado, que apenas si había un micrófono para todos los abogados, que el ordenador de la sala, que asemejaba a un Spectrum, estaba por supuesto en desuso, y que tuvo que ser una abogada quien prestara su portátil al magistrado para poder acceder con prontitud a las decenas de documentos exigidos en las testificales... Vengan las últimas palabras en homenaje al locuaz Carretero y su gremio de quijotes. Cuando mañana vuelva a escuchar de alguna autoridad eso de su firme apuesta por la Justicia, no olvidaré vomitar.

Better call Saul, Lopera | Sevilla | EL MUNDO

@josanespina: Que Lopera cometió tropelías en el #Betis es tan impepinable como que toda la maraña judicial a su alrededor huele a montaje que apesta."

Better call Saul, Lopera

• El expresidente del Betis guarda un doliente silencio en el segundo de sus juicios

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[LEFT]Manuel Ruiz de Lopera visita los juzgados
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No debe ser fácil la vida del abogado. Pónganse en su lugar. Un día cualquiera entrará por su puerta un caballero con una historia como ésta, alguien que dice haber gastado millones de euros en comprar las acciones con las que controlar una empresa, pero que no encuentra ni rastro, ni un recibito, ni un apunte, ni un talón, ni una transferencia de haber realizado ese pago, cuestión que ha llevado a ponerse tiquismiquis a otros señores de esa empresa y denunciarlo. Ese hombre le dice: «Necesito su ayuda». Y usted, cuadrándose, le mirará fijamente a los ojos, y como no puede ser de otra manera, responderá: «Ya tiene abogado».
Y no, no estamos en 'Breaking Bad' ni en su spin-off 'Better call Saul'. Estamos en Sevilla y en el Betis, en el de 1992 y en el de 2015, dos agujeros en el tiempo cosidos por un largo hilo de corrupción que tratan de desenredar los tribunales. Estamos en el segundo de los procesos contra Manuel Ruiz de Lopera, el hombre que en su momento se instauró como presidente perpetuo del reino verdiblanco.
En el anterior (concurso de acreedores doloso) ni siquiera consideró necesario comparecer. En éste lo hace, con el consecuente ruido mediático. «¡Esto no es 'Sálvame Deluxe'!», se queja a viva voz el juez Carretero. Comparece Lopera pero guarda silencio, atendiendo a la orden de su letrado. Sólo se le escapa que nunca tuvo nada que ver con Farusa, la empresa propietaria del Betis. Si es una broma, parece mala. Si es una línea argumental, parece temeraria.
Lopera calla. La representante de Farusa calla. Nadie entre los presentes, y nos atreveríamos a decir que nadie entre el beticismo, sabía que existía una representante de Farusa. José León, el presidente al que apodaban cuchara porque ni pinchaba ni cortaba, habla y se mete en un lío. Dice que firmaba por firmar, y firmó cosas muy comprometedoras. Le acusan de ser uno de los testaferros a través de los que Lopera se apropió del Betis sin poner un céntimo de su bolsillo. Los abogados de Lopera y Farusa se miran de reojo al ver el jardín en el que ha caído León. El silencio, como táctica, cobra una nueva dimensión.

Un testimonio emocionante

Pero el silencio también duele. El silencio le quema las entrañas a Lopera cuando escucha a los testigos de los denunciantes.Sobrelleva la emocionante crónica de Paco Sánchez. El antiguo directivo no busca la conmiseración, no se refugia en las lagunas de la memoria. Nadie se lo reprocharía. Al fin y al cabo hablamos de un señor septuagenario y unos hechos ocurridos hace 23 años. Pero Sánchez pormenoriza su relato como si hubiera ocurrido ayer. Da datos, da fechas, recuerda las palabras y los gestos. Recuerda que le amenazaron cuando pidió recuperar sus avales: perderás tu casa. Se diría que Paco Sánchez ha hecho esta declaración antes en muchas duermevelas. Parece el exacto momento de una venganza.
El pequeño purgatorio que su abogado exige a Lopera es aguantar que sus enemigos cuenten la historia, su versión de la historia, sin que él pueda rechistar. Es una situación ulcerosa, que alcanza su clímax con la llamada al estrado de Hugo Galera, el presidente que en su día abrió las puertas del Betis a Lopera, el hombre que ha hecho juramento sagrado de limpiar ese error. Galera no se deja nada. Acusa a Lopera de corrupto, de maldad, de dinamitar todas las soluciones trabajadas con el entonces presidente de la Junta, Chaves, con el alcalde, Rojas Marcos, con el secretario de Estado, Gómez Navarro, le acusa de falsear firmas y documentos, en definitiva, de mangonear contablemente con el dinero de los béticos y las cajas, aquellos 308 millones de pelas, para comprar sus acciones y quedarse con el club.
Lopera se revuelve, por momentos se sujeta a la silla, hasta se carcajea a rienda suelta cuando Galera dice que el Betis se habría curado perfectamente si él no hubiera aparecido en el 92. Dudar del salvador... ¿O salvadora? Atenernos a sus palabras, creernos que nada tiene que ver con Farusa, nos conduciría al fabuloso descubrimiento de que quien realmente levantó de su tumba al Betis fue la señora con la que comparte confidencias a su siniestra. Que sepa el beticismo la una inmensa deuda que guarda con doñaAna María Ruiz Peña.

Tras casi seis horas, la causa se interrumpe. Hoy quedará vista para sentencia una vez se expongan las conclusiones. Se aguardan con especial interés las de la defensa de Lopera, que parece haberse decidido por una estrategia de mínimos, sin gastar un solo segundo en intentar demostrar que su cliente compró sus acciones con su propio dinero. Esta vez intentó como separar a Lopera de Farusa, como señalar que todos firmaron de todo, como insinuar que el mundo conspira contra su pagano. En el embrollo está la virtud.

El embrollo lo cortó el juez Carretero a las seis horas. Pudo no durar nada. Lo primero que hicieron las defensas es pedir en bloque la suspensión de la causa por prejudicialidad, demora y otras gracias. El magistrado se enfadó. Vino a decir que trabajaban como esclavos para escuchar esto, y pareció una pataleta en toda regla. Pero luego resultó que el juicio se celebraba con las ventanas abiertas, expuesto al ruido de las obras de la calle, ante la ausencia de aire acondicionado, que apenas si había un micrófono para todos los abogados, que el ordenador de la sala, que asemejaba a un Spectrum, estaba por supuesto en desuso, y que tuvo que ser una abogada quien prestara su portátil al magistrado para poder acceder con prontitud a las decenas de documentos exigidos en las testificales... Vengan las últimas palabras en homenaje al locuaz Carretero y su gremio de quijotes. Cuando mañana vuelva a escuchar de alguna autoridad eso de su firme apuesta por la Justicia, no olvidaré vomitar.


Better call Saul, Lopera | Sevilla | EL MUNDO

la verdad, que dando publicidad a las tonterías que dice el espina ese, no haceis más que tenga más audiencia e interés en que se le escuche.

Me encanta cuando los periodistas usan el español culto.

Me encanta cuando los periodistas usan el español culto.

A usted, todo lo que le recuerde un pepino le encanta.

Se las dan de Lope de Vega,a mi me hace tela de gracia.

Que se las quiten cono sea,es más creo que se las van a quitar, pero ojito a la jugada maestra de estos tipos de la fundación que pueden quedarse el club por la cara y son iguales de pájaros que el otro pero con estudios .[/QUOTE

El día que se lo queden me sumo a tu catalogación de pájaros, antes me niego. El día que el Betis recupere las acciones y las ponga a disposición de los béticos, retirarás lo de pájaros?

Sin gustarme la existencia de la Fundación Heliópolis, esa inquina que se detecta en muchas intervenciones de este foro no las comprendo, más allá de cuestiones personales