De Bosch a Estepa: del derecho de admisión a las puertas abiertas - content deportivo
OSCAR MURILLO
Desde su aterrizaje en los últimos días de 2010, José Antonio Bosch dejó claro que su condición de administrador judicial de las acciones de Farusa le impedía contar para el consejo con miembros de Por Nuestro Betis, Béticos por el Villamarín y Liga de Juristas Béticos, argumentando que sería contradictorio que el representante de Lopera reclutase a sus denunciantes. En realidad, el letrado madrileño nunca entendió el presunto interés de las plataformas en mandar o, en su defecto, participar en las decisiones de la entidad, derecho que ellas creían merecer por haber propiciado el nuevo ´statu quo´.
La Fundación Heliópolis fue una especie de solución intermedia, un vivero de notables menos contaminados por la etiqueta del ´antiloperismo´. De ahí llegaron Miguel Guillén y algún otro, profesionales competentes en su ramo que debían ayudar a modernizar unas estructuras inexistentes o, en el mejor de los casos, arcaicas.
Tres años y medio después, Mercedes Alaya ha finalizado la instrucción del ´caso Lopera´ y nombrado un nuevo administrador, Francisco Estepa, cuya actitud hacia la otra parte del proceso judicial es radicalmente contraria. De hecho, las malas lenguas defienden que el sustituto de Bosch, amigo personal del marido de la magistrada, es una recomendación de los hermanos Cuéllar, aunque lo cierto es que, tras hacer una pequeña composición de lugar durante sus primeras semanas en el cargo, el abogado cordobés se ha reunido con las tres plataformas y ha alcanzado un principio de acuerdo para colaborar en los próximos movimientos.
Tanto es así que del ´Reservado el derecho de admisión´ se habría pasado a una política de puertas abiertas para los opositores de Lopera, por lo que la coartada legal que esgrimía el segundo interventor judicial (tras el fallecimiento del primero, Gómez Porrúa) era débil o, simplemente, una excusa. De hecho, todo hace indicar que habrá personas ligadas a PNB, BPV y LJB en el consejo de administración resultante de la nueva remodelación del citado órgano de gobierno, prevista para finales de junio o principios de julio.
Si no, directamente, las personas que conforman las citadas asociaciones béticas, que preferirían no inmiscuirse en la actual tesitura, sí otras designadas por ellas o con unos principios e ideas cercanos. Incluso, estaba prevista una ampliación de la directiva a nueve personas, número máximo para que accionistas minoritarios pero cualificados como Manuel Castaño no pudieran solicitar su acceso. De tal manera, habría tres representantes por plataforma, si bien la idea original parece haberse descartado, entre otras cosas porque Francisco Estepa entiende que tiene que estar en el consejo, encontrándose, además, con el inconveniente de que cada vez hay menos candidatos cualificados y rostros conocidos con deseo de dar el importante paso.
Esta semana habrían comenzado ya las entrevistas de un proceso de selección que no puede dilatarse demasiado. El propio administrador bético ha instado al ´triunvirato´ a enviarle una nómina de alternativas de la que saldrá el órgano rector que, salvo sorpresa, organizará sin injerencias externas la 2014/2015.
OSCAR MURILLO
Desde su aterrizaje en los últimos días de 2010, José Antonio Bosch dejó claro que su condición de administrador judicial de las acciones de Farusa le impedía contar para el consejo con miembros de Por Nuestro Betis, Béticos por el Villamarín y Liga de Juristas Béticos, argumentando que sería contradictorio que el representante de Lopera reclutase a sus denunciantes. En realidad, el letrado madrileño nunca entendió el presunto interés de las plataformas en mandar o, en su defecto, participar en las decisiones de la entidad, derecho que ellas creían merecer por haber propiciado el nuevo ´statu quo´.
La Fundación Heliópolis fue una especie de solución intermedia, un vivero de notables menos contaminados por la etiqueta del ´antiloperismo´. De ahí llegaron Miguel Guillén y algún otro, profesionales competentes en su ramo que debían ayudar a modernizar unas estructuras inexistentes o, en el mejor de los casos, arcaicas.
Tres años y medio después, Mercedes Alaya ha finalizado la instrucción del ´caso Lopera´ y nombrado un nuevo administrador, Francisco Estepa, cuya actitud hacia la otra parte del proceso judicial es radicalmente contraria. De hecho, las malas lenguas defienden que el sustituto de Bosch, amigo personal del marido de la magistrada, es una recomendación de los hermanos Cuéllar, aunque lo cierto es que, tras hacer una pequeña composición de lugar durante sus primeras semanas en el cargo, el abogado cordobés se ha reunido con las tres plataformas y ha alcanzado un principio de acuerdo para colaborar en los próximos movimientos.
Tanto es así que del ´Reservado el derecho de admisión´ se habría pasado a una política de puertas abiertas para los opositores de Lopera, por lo que la coartada legal que esgrimía el segundo interventor judicial (tras el fallecimiento del primero, Gómez Porrúa) era débil o, simplemente, una excusa. De hecho, todo hace indicar que habrá personas ligadas a PNB, BPV y LJB en el consejo de administración resultante de la nueva remodelación del citado órgano de gobierno, prevista para finales de junio o principios de julio.
Si no, directamente, las personas que conforman las citadas asociaciones béticas, que preferirían no inmiscuirse en la actual tesitura, sí otras designadas por ellas o con unos principios e ideas cercanos. Incluso, estaba prevista una ampliación de la directiva a nueve personas, número máximo para que accionistas minoritarios pero cualificados como Manuel Castaño no pudieran solicitar su acceso. De tal manera, habría tres representantes por plataforma, si bien la idea original parece haberse descartado, entre otras cosas porque Francisco Estepa entiende que tiene que estar en el consejo, encontrándose, además, con el inconveniente de que cada vez hay menos candidatos cualificados y rostros conocidos con deseo de dar el importante paso.
Esta semana habrían comenzado ya las entrevistas de un proceso de selección que no puede dilatarse demasiado. El propio administrador bético ha instado al ´triunvirato´ a enviarle una nómina de alternativas de la que saldrá el órgano rector que, salvo sorpresa, organizará sin injerencias externas la 2014/2015.
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