No es nada nuevo. Ése grito ha sido tradicionalmente el último recurso de los incapaces, el abrazo masoquista a la sinrazón.
Hubo un tiempo en que los principales impulsores de ese grito solían acompañarlo de la expresión "Viva la muerte". Ahí dejaron el listón intelectual las criaturas, y ahí siguen avergonzándonos.
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