En su proceso de puesta al día, el consejo de administración del Betis impulsó desde su llegada la creación de Betis Lab, un departamento multidisplicinar dentro del ámbito de la medicina, que gestionara y optimizara los recursos deportivos con los que cuenta el equipo. Se buscaba imitar el proceder de grandes clubes (se citaba a Benfica y Milan, entre otros) para tratar de poner en marcha ideas como la recuperación de los jugadores tras los partidos, la planificación de los entrenamientos, el análisis del rendimiento de los futbolistas y los riesgos de lesión. La idea tenía buena pinta y arrancó en noviembre de 2011. De hecho, desde el club han presumido de su buen caminar en ciertos momentos pero la acumulación actual de jugadores lesionados en la primera plantilla apunta directamente al fracaso de Betis Lab, al menos en la presente campaña.
Bien es verdad que el plantel profesional ha soportado vicisitudes tales como hasta ponerse a las órdenes de tres preparadores físicos diferentes durante la temporada, cada uno con su método, así como a la tensión propia del pésimo caminar deportivo, el estado del césped en el arranque de la Liga y las circunstancias individuales en el físico de cada futbolista. Pero la intervención de Betis Lab se pensó para que sirviera de red en estas circunstancias y la concatenación de jugadores de baja -que alcanza en este momento uno de sus puntos más altos- incide en las críticas que ya desarrolló esta obra de Gesalus, una de las empresas externas que más influencia ha tenido en el diseño del club actual, sobre todo en este apartado médico y de cantera, que maneja un presupuesto importante en la entidad y que fue señalada directamente por Miguel Guillén tras la marcha de José Antonio Bosch, ya que el despacho de éste mantenía relaciones profesionales con la sociedad gestionada por José Millán, también muy influyente en las gestiones de la Fundación Real Betis.
En todo caso, lo que no es normal es que en las últimas jornadas tuviera que cambiar siempre a un futbolista, curiosamente de la defensa, en la primera parte (dos en Elche, uno en el derbi de vuelta, otro ante el Atlético) o antes de arrancar, como pasó con la contractura que sufrió Paulao en el calentamiento en el Ciudad de Valencia. Esta anormalidad no resiste ningún análisis.
Actualmente, el Betis acumula ocho lesionados de relevancia más el canterano Caro. Se trata de Amaya, con una elongación en el abductor derecho con pronóstico de tres semanas de baja; más de un mes para Perquis, con una rotura de fibras de grado dos en el bíceps femoral izquierdo; a Nacho finalmente, tras varias semanas, se le detectó una mínima línea de fractura en formación, secundaria al callo óseo en el tercio distal del peroné izquierdo; Dídac ha dicho adiós a lo que resta de temporada por una fractura en el maleolo tibial de la pierna izquierda tras una patada del jugador del Elche Damián; Xavi Torres se rompió el tendón de Aquiles del pie izquierdo en el duelo de Liga Europa en el Villamarín ante el Rijeka; Nosa completó su muy cargado historial de lesiones en el Betis con una meniscopatía interna en la rodilla izquierda que le llevó a someterse a una artroscopia y se duda de su participación en el tramo final de la campaña; Caro sufrió en el Martínez Valero un esguince de grado II del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda; Chuli pasó esta semana por el quirófano tras algunos días de incertidumbre con su lesión para que se le liberara la zona pseudoartrósica en el sesamoideo medial del pie derecho; y el último, Salva Sevilla, quien ante el Levante sufrió una fractura con desviación del segundo metacarpiano de su mano izquierda.
Evidentemente las lesiones tienen cierto factor azaroso, como los impactos con rivales propios de un deporte de contacto como es el fútbol. En Betis Lab han presumido de tener estudiados y evaluados todos los procesos referentes a estas patologías y tenían en cuenta esta posibilidad pero para ello se trataba de un programa de «investigación y desarrollo» para tratar de mitigar esta posibilidad. Los percances sufridos por Dídac, Nacho o Salva Sevilla han sido provocados por golpes fuertes con rivales pero el análisis trasciende a los que están de baja actualmente y llega hasta valorar que en toda la plantilla sólo Jordi y los recién llegados Adán y Ndiaye no se han perdido minutos por lesiones en la presente temporada, que tiene todas las circunstancias especiales recogidas anteriormente (diferentes métodos de trabajo, tensión, rotaciones con criterios dispares, césped…).
El apoyo del club a Betis Lab ha tenido momentos críticos, como algunos enfrentamientos internos por los métodos aplicados, y también apoyos certeros como los dados por el consejo en su día e incluso por algunos profesionales, como Pepe Mel, que llegó a escribir un artículo de opinión en un periódico avalando su trabajo. Lo cierto es que el fracaso evidente de Betis Lab trasciende la buena labor que ejecutan a diario los fisioterapeutas, masajistas y recuperadores de la primera plantilla, ya que se trata de una metodología de carácter teóricamente superior que no está dando los resultados esperados sobre todo por la inversión dedicada por el club a este concepto.
Está claro que Betis Lab es más que la propia incidencia en el primer equipo de las lesiones, pero es su punto más llamativo. A través de este mecanismo de estudio se controlan todos los historiales de los jugadores de la cantera y se hace trabajo de prevención y puesta a punto pero si su incidencia no es positiva todo queda en cuestión.
Las lesiones en la plantilla y el fracaso de Betis Lab - Al final de la Palmera
Bien es verdad que el plantel profesional ha soportado vicisitudes tales como hasta ponerse a las órdenes de tres preparadores físicos diferentes durante la temporada, cada uno con su método, así como a la tensión propia del pésimo caminar deportivo, el estado del césped en el arranque de la Liga y las circunstancias individuales en el físico de cada futbolista. Pero la intervención de Betis Lab se pensó para que sirviera de red en estas circunstancias y la concatenación de jugadores de baja -que alcanza en este momento uno de sus puntos más altos- incide en las críticas que ya desarrolló esta obra de Gesalus, una de las empresas externas que más influencia ha tenido en el diseño del club actual, sobre todo en este apartado médico y de cantera, que maneja un presupuesto importante en la entidad y que fue señalada directamente por Miguel Guillén tras la marcha de José Antonio Bosch, ya que el despacho de éste mantenía relaciones profesionales con la sociedad gestionada por José Millán, también muy influyente en las gestiones de la Fundación Real Betis.
En todo caso, lo que no es normal es que en las últimas jornadas tuviera que cambiar siempre a un futbolista, curiosamente de la defensa, en la primera parte (dos en Elche, uno en el derbi de vuelta, otro ante el Atlético) o antes de arrancar, como pasó con la contractura que sufrió Paulao en el calentamiento en el Ciudad de Valencia. Esta anormalidad no resiste ningún análisis.
Actualmente, el Betis acumula ocho lesionados de relevancia más el canterano Caro. Se trata de Amaya, con una elongación en el abductor derecho con pronóstico de tres semanas de baja; más de un mes para Perquis, con una rotura de fibras de grado dos en el bíceps femoral izquierdo; a Nacho finalmente, tras varias semanas, se le detectó una mínima línea de fractura en formación, secundaria al callo óseo en el tercio distal del peroné izquierdo; Dídac ha dicho adiós a lo que resta de temporada por una fractura en el maleolo tibial de la pierna izquierda tras una patada del jugador del Elche Damián; Xavi Torres se rompió el tendón de Aquiles del pie izquierdo en el duelo de Liga Europa en el Villamarín ante el Rijeka; Nosa completó su muy cargado historial de lesiones en el Betis con una meniscopatía interna en la rodilla izquierda que le llevó a someterse a una artroscopia y se duda de su participación en el tramo final de la campaña; Caro sufrió en el Martínez Valero un esguince de grado II del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda; Chuli pasó esta semana por el quirófano tras algunos días de incertidumbre con su lesión para que se le liberara la zona pseudoartrósica en el sesamoideo medial del pie derecho; y el último, Salva Sevilla, quien ante el Levante sufrió una fractura con desviación del segundo metacarpiano de su mano izquierda.
Evidentemente las lesiones tienen cierto factor azaroso, como los impactos con rivales propios de un deporte de contacto como es el fútbol. En Betis Lab han presumido de tener estudiados y evaluados todos los procesos referentes a estas patologías y tenían en cuenta esta posibilidad pero para ello se trataba de un programa de «investigación y desarrollo» para tratar de mitigar esta posibilidad. Los percances sufridos por Dídac, Nacho o Salva Sevilla han sido provocados por golpes fuertes con rivales pero el análisis trasciende a los que están de baja actualmente y llega hasta valorar que en toda la plantilla sólo Jordi y los recién llegados Adán y Ndiaye no se han perdido minutos por lesiones en la presente temporada, que tiene todas las circunstancias especiales recogidas anteriormente (diferentes métodos de trabajo, tensión, rotaciones con criterios dispares, césped…).
El apoyo del club a Betis Lab ha tenido momentos críticos, como algunos enfrentamientos internos por los métodos aplicados, y también apoyos certeros como los dados por el consejo en su día e incluso por algunos profesionales, como Pepe Mel, que llegó a escribir un artículo de opinión en un periódico avalando su trabajo. Lo cierto es que el fracaso evidente de Betis Lab trasciende la buena labor que ejecutan a diario los fisioterapeutas, masajistas y recuperadores de la primera plantilla, ya que se trata de una metodología de carácter teóricamente superior que no está dando los resultados esperados sobre todo por la inversión dedicada por el club a este concepto.
Está claro que Betis Lab es más que la propia incidencia en el primer equipo de las lesiones, pero es su punto más llamativo. A través de este mecanismo de estudio se controlan todos los historiales de los jugadores de la cantera y se hace trabajo de prevención y puesta a punto pero si su incidencia no es positiva todo queda en cuestión.
Las lesiones en la plantilla y el fracaso de Betis Lab - Al final de la Palmera
Comentario