Re: La tremenda indignación de un BETICO sobre un equipo desgraciado.
Con lo que la mayoría de la masa borreguil de este país sueña es con ganar, ostentar y poseer obviando que la vida se conforma de otras cosas que son inmateriales y que pese estar al alcance de todo el mundo pocos son los que saben apreciarlas.
Y si tu eres el que sueña con tener un yate y un equipo que gane Uefas, aquí el borrego eres tú, pues acudes con la masa borreguil a una forma de pensar preconcebida que adoptas por instinto sin haberte parado ni siquiera a pensar que existen otras formas de vivir la vida fuera de ese circulo vicioso.
Y sí, me gusta el Betis como es. Fuera de concursos de acreedores, el Betis es una forma de ver la vida. Y no me gusta que pierda y aceptar la derrota no me hace conformista. Ligar mi felicidad a algo que no está en mis manos, como que el Betis gane cada domingo, es poco menos que un acto de imbecilidad extrema. Por eso me gusta el Betis como es. Porque su lema lo dice. Y su lema no ha nacido de una campaña de marketing milimetrada. Su lema nace de su devenir, de su gente. De los que fueron a Utrera y rifaban burras y aún así sentían orgullo de su equipo. De los que siempre veían la luz y el vaso medio lleno. De esa forma de vivir el fútbol que más bien parece una rama del estoicismo. . Es Jaramillo llorando cuando decía Betis. Es llenar el campo en una promoción irremontable. El Betis es lo que escasea en nuestros días. Es romanticismo.
Y ya puestos a elegir, prefiero ser un conformista feliz que un incorfomista infeliz.
Originalmente publicado por Se-Villano
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Y si tu eres el que sueña con tener un yate y un equipo que gane Uefas, aquí el borrego eres tú, pues acudes con la masa borreguil a una forma de pensar preconcebida que adoptas por instinto sin haberte parado ni siquiera a pensar que existen otras formas de vivir la vida fuera de ese circulo vicioso.
Y sí, me gusta el Betis como es. Fuera de concursos de acreedores, el Betis es una forma de ver la vida. Y no me gusta que pierda y aceptar la derrota no me hace conformista. Ligar mi felicidad a algo que no está en mis manos, como que el Betis gane cada domingo, es poco menos que un acto de imbecilidad extrema. Por eso me gusta el Betis como es. Porque su lema lo dice. Y su lema no ha nacido de una campaña de marketing milimetrada. Su lema nace de su devenir, de su gente. De los que fueron a Utrera y rifaban burras y aún así sentían orgullo de su equipo. De los que siempre veían la luz y el vaso medio lleno. De esa forma de vivir el fútbol que más bien parece una rama del estoicismo. . Es Jaramillo llorando cuando decía Betis. Es llenar el campo en una promoción irremontable. El Betis es lo que escasea en nuestros días. Es romanticismo.
Y ya puestos a elegir, prefiero ser un conformista feliz que un incorfomista infeliz.
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