Re: Por nuestra salud...
Nuestro problema histórico viene del mazazo de la guerra civil y la posterior bajada a Tercera. Para muchos clubes eso hubiera sido simplemente el final, la desaparición; para nosotros no, gracias a un sentimiento del que podemos sentirnos orgullosos y cuya expresión máxima es el manquepierda (que no nos hace ni mejores ni peores, pero sí diferentes), pero estos hechos determinan ya nuestra histórica y continua lucha contra una precariedad y unas dificultades que no han sufrido otros clubes con los que nos queremos comparar.
Hemos sido a partir de ahí, y por eso mismo, un club grande en afición pero pequeño en estructuras, un desequilibrio que nos ha abonado a ciclos de puntuales éxitos seguidos de estrepitosos fracasos. Nada que ver con la estabilidad de otros equipos, como el propio Sevilla, Español, Zaragoza, Valencia, Bilbao... (algunos de estos, además, ejemplo de apoyo institucional).
Ese mal lo arrastramos hasta hoy, sin justificación, pues en el fútbol profesionalizado de la actualidad (y hablo de veinte años para acá) deberíamos haber sabido o podido vertebrar un club en condiciones, en base a una masa social que puede ser fácilmente la 6ª mayor de España y una historia y sentimiento únicos que nos hace un club diferente y atractivo; suficiente para crear una máquina continua y estable de ingresos.
Aquí, claro está, tiene mucha culpa el saqueo que para nuestra desgracia hemos sufrido por parte de personajes como el dítero, pero no siendo el único club que ha sufrido dirigentes *********, precisamente esa falta de estructuras nos ha hecho notarlo de manera más trágica. Y por otra parte, esa misma dramática historia que arrastramos, ese caminar por el desierto, explica muchas cosas del encumbramiento de sujetos como ese por parte del Beticismo.
Esto es lo que somos hoy, para bien o para mal. Quien quiera que se rinda, se pierda en la flagelación, en la lamentación, el propio menosprecio... y quien quiera que levante la cabeza, como la levantaron orgullosos los que nos han hecho llegar hasta aquí 107 años después.
Nuestro problema histórico viene del mazazo de la guerra civil y la posterior bajada a Tercera. Para muchos clubes eso hubiera sido simplemente el final, la desaparición; para nosotros no, gracias a un sentimiento del que podemos sentirnos orgullosos y cuya expresión máxima es el manquepierda (que no nos hace ni mejores ni peores, pero sí diferentes), pero estos hechos determinan ya nuestra histórica y continua lucha contra una precariedad y unas dificultades que no han sufrido otros clubes con los que nos queremos comparar.
Hemos sido a partir de ahí, y por eso mismo, un club grande en afición pero pequeño en estructuras, un desequilibrio que nos ha abonado a ciclos de puntuales éxitos seguidos de estrepitosos fracasos. Nada que ver con la estabilidad de otros equipos, como el propio Sevilla, Español, Zaragoza, Valencia, Bilbao... (algunos de estos, además, ejemplo de apoyo institucional).
Ese mal lo arrastramos hasta hoy, sin justificación, pues en el fútbol profesionalizado de la actualidad (y hablo de veinte años para acá) deberíamos haber sabido o podido vertebrar un club en condiciones, en base a una masa social que puede ser fácilmente la 6ª mayor de España y una historia y sentimiento únicos que nos hace un club diferente y atractivo; suficiente para crear una máquina continua y estable de ingresos.
Aquí, claro está, tiene mucha culpa el saqueo que para nuestra desgracia hemos sufrido por parte de personajes como el dítero, pero no siendo el único club que ha sufrido dirigentes *********, precisamente esa falta de estructuras nos ha hecho notarlo de manera más trágica. Y por otra parte, esa misma dramática historia que arrastramos, ese caminar por el desierto, explica muchas cosas del encumbramiento de sujetos como ese por parte del Beticismo.
Esto es lo que somos hoy, para bien o para mal. Quien quiera que se rinda, se pierda en la flagelación, en la lamentación, el propio menosprecio... y quien quiera que levante la cabeza, como la levantaron orgullosos los que nos han hecho llegar hasta aquí 107 años después.
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