Aceptemos que somos y siempre seremos un equipo ascensor, un equipo a la altura de un Osasuna, Zaragoza o Espanyol, un equipo sin ningún tipo de exigencias, un equipo sin líderes naturales, un equipo al que le tiemblan las piernas cuando hay que dar un paso al frente, un equipo rodeado de seres de otra época y buitres que buscan alimentar sus egos, un equipo con una afición conformista como la que más, un equipo en el que se acomoda cualquiera que llega tras una semana por muy alemán que sea, un equipo con infraestructuras de los años ´80, un equipo que año tras año da falsas promesas para conseguir más abonados, un equipo gracioso al que a todo el mundo le cae bien, un equipo que cuando crees que ha tocado fondo aún va más hacia abajo, un equipo donde después de la temporada mas vergonzosa de nuestra historia hay gente que va al estadio a vitorear la salida de los jugadores después de haber ganado al eterno rival por que ese día se presentó en nuestra portería algún santo, un equipo donde el manquepierda está siendo arrastrado por los suelos, un equipo donde los ultras tienen libre acceso a los terrenos de entrenamiento, un equipo al que se eleva a los altares a cualquier cuenta cuentos, un equipo donde la afición se cree la mejor del mundo sin ninguna justificación válida, un equipo que es vapuleado año tras año por el equipo rival, un equipo .... que nos duele demasiado y no nos da nunca lo que nos merecemos.

No os esperéis nada bueno, en esta relación solo una de las partes corresponde a la otra.