Real Betis - Fundación a la fuerza - Diario de Sevilla
JAVIER MÉRIDA · SAMUEL SILVA
"A partir de que el Betis puso el capital fundacional (50.000 euros), todo lo que venga ahora son economías totalmente separadas". La frase pertenece a José Antonio Bosch, hasta hace bien poco patrono nato de la Fundación Real Betis Balompié, el día de su presentación, el 1 de marzo de 2012.
Dos años después, la realidad es bien distinta y, al margen de algún que otro convenio (se aireó mucho uno con Cajasol) y la organización de alguna escuela deportiva, la actividad del organismo es prácticamente nula y, además, sus principales fuentes de ingresos han sido provenientes, directa o indirectamente, del club, ya que sin éste no tendría sentido alguno, en contra de lo que proclaman algunos estatutos, toda vez que sus patronos apenas han puesto un euro.
Bosch, que pergeñó la Fundación del Betis, como nunca se ocultó entre bambalinas, para "proteger" al club de que pudiese caer en otras manos, principalmente en las de Manuel Ruiz de Lopera, articuló una organización que, a la postre, se iba a nutrir del propio Betis. La prueba más evidente es que todos los futbolistas que firmaron o renovaron sus contratos con posterioridad a marzo de 2012 se vieron obligados a ceder el 1% de sus emolumentos a la Fundación. La medida afectó también a entrenadores y otros altos cargos deportivos del club. Lógicamente, esto provocó los llamados "flecos" en alguna negociación cuando a última hora se intentaba colocar la cláusula de esa cesión a la Fundación. Incluso, más de un representante dijo que no tenía problema alguno si lo pactado para su cliente se aumentaba en esa cantidad, es decir, que al final el plus iba a salir de las arcas del club.
Sin poderse conocer la cifra exacta, ese porcentaje, con cada vez más contratos nuevos y menos antiguos (esta campaña hubo trece y alguna renovación), ascendería a una cantidad ligeramente superior a los 150.000 euros.
"La Fundación, para el desarrollo de sus actividades, se financiará con los recursos que provengan del rendimiento de su patrimonio y, en su caso, con aquellos otros procedentes de las ayudas, subvenciones o donaciones que reciba de personas o entidades, tanto públicas como privadas. Asimismo, la Fundación podrá obtener ingresos por sus actividades, siempre que ello no implique una limitación injustificada del ámbito de sus posibles beneficiarios", indica el artículo 38 de sus estatutos.
Ítem más, el Betis cedió su estadio a la Fundación para la disputa del partido Somos leyenda, el pasado 18 de noviembre de 2013 en Heliópolis entre veteranos del club verdiblanco y del Real Madrid. La propia Fundación encargó a la empresa madrileña Zertior la organización del encuentro, que siempre se publicitó, como reza en su propio cartel, como a beneficio de Ándex (Asociación de Padres de Niños con Cáncer en Andalucía).
Las entradas costaron 5 y 10 euros y la asistencia oficial fue de 18.000 personas, lo que arrojó beneficios aproximados de 120.000 euros por taquilla, más 3.000 que donaron los veteranos del Madrid. Descontados gastos, según fuentes próximas a la organización, entre 50.000 y 80.000 euros de margen, a los que sumar la cuenta de la Fila 0 de La Caixa, a nombre de la Fundación, o lo aportado por los seis patrocinadores, cantidad muy superior a la que recibió Ándex (unos 25.000 euros). ¿Por qué no se publicitó que la Fundación también era beneficiaria?
La Fundación está presidida por Rafael Gordillo, único cargo remunerado. El vicepresidente es Ignacio Mora-Figueroa, el secretario José Manuel Castro, los patronos José Rodríguez de la Borbolla y Carlos Herrera y los patronos natos Miguel Guillén y Pablo Gómez Falcón.
JAVIER MÉRIDA · SAMUEL SILVA
"A partir de que el Betis puso el capital fundacional (50.000 euros), todo lo que venga ahora son economías totalmente separadas". La frase pertenece a José Antonio Bosch, hasta hace bien poco patrono nato de la Fundación Real Betis Balompié, el día de su presentación, el 1 de marzo de 2012.
Dos años después, la realidad es bien distinta y, al margen de algún que otro convenio (se aireó mucho uno con Cajasol) y la organización de alguna escuela deportiva, la actividad del organismo es prácticamente nula y, además, sus principales fuentes de ingresos han sido provenientes, directa o indirectamente, del club, ya que sin éste no tendría sentido alguno, en contra de lo que proclaman algunos estatutos, toda vez que sus patronos apenas han puesto un euro.
Bosch, que pergeñó la Fundación del Betis, como nunca se ocultó entre bambalinas, para "proteger" al club de que pudiese caer en otras manos, principalmente en las de Manuel Ruiz de Lopera, articuló una organización que, a la postre, se iba a nutrir del propio Betis. La prueba más evidente es que todos los futbolistas que firmaron o renovaron sus contratos con posterioridad a marzo de 2012 se vieron obligados a ceder el 1% de sus emolumentos a la Fundación. La medida afectó también a entrenadores y otros altos cargos deportivos del club. Lógicamente, esto provocó los llamados "flecos" en alguna negociación cuando a última hora se intentaba colocar la cláusula de esa cesión a la Fundación. Incluso, más de un representante dijo que no tenía problema alguno si lo pactado para su cliente se aumentaba en esa cantidad, es decir, que al final el plus iba a salir de las arcas del club.
Sin poderse conocer la cifra exacta, ese porcentaje, con cada vez más contratos nuevos y menos antiguos (esta campaña hubo trece y alguna renovación), ascendería a una cantidad ligeramente superior a los 150.000 euros.
"La Fundación, para el desarrollo de sus actividades, se financiará con los recursos que provengan del rendimiento de su patrimonio y, en su caso, con aquellos otros procedentes de las ayudas, subvenciones o donaciones que reciba de personas o entidades, tanto públicas como privadas. Asimismo, la Fundación podrá obtener ingresos por sus actividades, siempre que ello no implique una limitación injustificada del ámbito de sus posibles beneficiarios", indica el artículo 38 de sus estatutos.
Ítem más, el Betis cedió su estadio a la Fundación para la disputa del partido Somos leyenda, el pasado 18 de noviembre de 2013 en Heliópolis entre veteranos del club verdiblanco y del Real Madrid. La propia Fundación encargó a la empresa madrileña Zertior la organización del encuentro, que siempre se publicitó, como reza en su propio cartel, como a beneficio de Ándex (Asociación de Padres de Niños con Cáncer en Andalucía).
Las entradas costaron 5 y 10 euros y la asistencia oficial fue de 18.000 personas, lo que arrojó beneficios aproximados de 120.000 euros por taquilla, más 3.000 que donaron los veteranos del Madrid. Descontados gastos, según fuentes próximas a la organización, entre 50.000 y 80.000 euros de margen, a los que sumar la cuenta de la Fila 0 de La Caixa, a nombre de la Fundación, o lo aportado por los seis patrocinadores, cantidad muy superior a la que recibió Ándex (unos 25.000 euros). ¿Por qué no se publicitó que la Fundación también era beneficiaria?
La Fundación está presidida por Rafael Gordillo, único cargo remunerado. El vicepresidente es Ignacio Mora-Figueroa, el secretario José Manuel Castro, los patronos José Rodríguez de la Borbolla y Carlos Herrera y los patronos natos Miguel Guillén y Pablo Gómez Falcón.
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