El colchón económico del Betis si desciende - Al Final de la Palmera
Por MATEO GONZÁLEZ, 18 de febrero de 2014 3:16 h.
El Betis mira de cara el que se presupone ya inevitable descenso y lo hace con una crisis social, deportiva e institucional tremendas, pero con la seguridad de que en materia económica la entidad tiene cierto respaldo a pesar de tener que militar en Segunda. Todo está recogido en el plan de viabilidad que se redactó en marzo de 2012, que proyecta un calendario de pagos a los acreedores en diez años contando con dos en el escenario de la categoría inferior, dados los precedentes históricos del Betis. Si el descenso se consuma, el club disfrutará de una carencia en los pagos de los créditos ordinarios y se sostendrá con un seguro mutual suscrito con otros clubes de Primera y Segunda, la amplia reducción de los contratos de los futbolistas, la respuesta de sus abonados, el exiguo contrato televisivo y la importancia de la marca Betis.
El batacazo deportivo, si se consuma, llegaría acompañado de una disminución drástica de los ingresos pero todo está planificado con una respuesta de sacrificio en todos los órdenes de la entidad, que adelgazaría como está sucediendo en otras muchas compañías en estos tiempos de crisis. El presupuesto previsto sería de 25,8 millones de euros (en la campaña presente es de 43,8), aunque podría variar levemente. La partida que más bajaría sería el ingreso por televisión, que pasaría de los 26 previstos en Primera a los tres de Segunda. Para paliarlo el club se unió a otros 33 equipos de las dos máximas categorías para suscribir un seguro mutual por el que el Betis ya ha pagado 5,4 millones repartidos en (2,4 los dos primeros años y 0,6 el curso actual) y que le restituirá catorce millones, cuyo ingreso se repartiría en dos temporadas:nueve en la próxima y cinco en la siguiente. Se trata de una amortiguación en el caso de que el Betis no consiga el ascenso de manera inmediata para cubrirse las espaldas y que la permanencia en Segunda no se prolongue.
Además de este seguro lo más relevante es que los gastos de personal bajarían de los casi 30 millones a los 16. Para ello, el consejo actual fue incluyendo en cada contrato de los futbolistas una cláusula por la cual sus salarios decrecerían proporcionalmente en caso de cambio de categoría. La horquilla está entre el 25 por ciento de los que menos ganan al 50 de los que tienen un ingreso mayor. La mayor parte de los jugadores cobrarían en torno al 35 y el 40 por ciento de su sueldo en Primera. Hay excepciones, como los que tienen contratos anteriores a los de esta directiva (Nacho y Salva Sevilla, quien concluye su vinculación en junio, ya que Rubén Castro y Jorge Molina actualizaron sus situaciones en las renovaciones) y alguno que llegó más tarde y que negoció no tener esta quita. En cuanto a las cláusulas de rescisión, para la mayoría de futbolistas se mantiene vigente la misma que en Primera, sobre todo para los futbolistas con mayor proyección, aunque en otros casos es más baja.
Es destacado también en el Betis que el calendario de pagos de los créditos ordinarios se paraliza y sólo se respetarían los privilegiados, aunque el litigio ganado por el club a Hacienda el verano pasado hace que su impacto sea realmente menor. Esta carencia estaba prevista para aliviar la economía del club, que avanzaba a gran velocidad en el cumplimiento del convenio. Sí tendrá que afrontar el club las plusvalías generadas por el traspaso de Beñat según están registradas en el convenio, ya que en octubre de 2014 el club tendrá que adelantar a los acreedores un pago de en torno a dos millones. Otro ingreso importante llegaría en la campaña de abonos, ya que se estima que la fidelidad del aficionado verdiblanco es alta incluso en Segunda y el escenario que se maneja ronda los 27.000 socios (este año se han quedado en los 33.700). También bajarán los ingresos del Betis por publicidad pero el club mantendrá los contratos con Macron, Seat o Canal Plus y el impacto en este apartado se prevé menor
Por MATEO GONZÁLEZ, 18 de febrero de 2014 3:16 h.
El Betis mira de cara el que se presupone ya inevitable descenso y lo hace con una crisis social, deportiva e institucional tremendas, pero con la seguridad de que en materia económica la entidad tiene cierto respaldo a pesar de tener que militar en Segunda. Todo está recogido en el plan de viabilidad que se redactó en marzo de 2012, que proyecta un calendario de pagos a los acreedores en diez años contando con dos en el escenario de la categoría inferior, dados los precedentes históricos del Betis. Si el descenso se consuma, el club disfrutará de una carencia en los pagos de los créditos ordinarios y se sostendrá con un seguro mutual suscrito con otros clubes de Primera y Segunda, la amplia reducción de los contratos de los futbolistas, la respuesta de sus abonados, el exiguo contrato televisivo y la importancia de la marca Betis.
El batacazo deportivo, si se consuma, llegaría acompañado de una disminución drástica de los ingresos pero todo está planificado con una respuesta de sacrificio en todos los órdenes de la entidad, que adelgazaría como está sucediendo en otras muchas compañías en estos tiempos de crisis. El presupuesto previsto sería de 25,8 millones de euros (en la campaña presente es de 43,8), aunque podría variar levemente. La partida que más bajaría sería el ingreso por televisión, que pasaría de los 26 previstos en Primera a los tres de Segunda. Para paliarlo el club se unió a otros 33 equipos de las dos máximas categorías para suscribir un seguro mutual por el que el Betis ya ha pagado 5,4 millones repartidos en (2,4 los dos primeros años y 0,6 el curso actual) y que le restituirá catorce millones, cuyo ingreso se repartiría en dos temporadas:nueve en la próxima y cinco en la siguiente. Se trata de una amortiguación en el caso de que el Betis no consiga el ascenso de manera inmediata para cubrirse las espaldas y que la permanencia en Segunda no se prolongue.
Además de este seguro lo más relevante es que los gastos de personal bajarían de los casi 30 millones a los 16. Para ello, el consejo actual fue incluyendo en cada contrato de los futbolistas una cláusula por la cual sus salarios decrecerían proporcionalmente en caso de cambio de categoría. La horquilla está entre el 25 por ciento de los que menos ganan al 50 de los que tienen un ingreso mayor. La mayor parte de los jugadores cobrarían en torno al 35 y el 40 por ciento de su sueldo en Primera. Hay excepciones, como los que tienen contratos anteriores a los de esta directiva (Nacho y Salva Sevilla, quien concluye su vinculación en junio, ya que Rubén Castro y Jorge Molina actualizaron sus situaciones en las renovaciones) y alguno que llegó más tarde y que negoció no tener esta quita. En cuanto a las cláusulas de rescisión, para la mayoría de futbolistas se mantiene vigente la misma que en Primera, sobre todo para los futbolistas con mayor proyección, aunque en otros casos es más baja.
Es destacado también en el Betis que el calendario de pagos de los créditos ordinarios se paraliza y sólo se respetarían los privilegiados, aunque el litigio ganado por el club a Hacienda el verano pasado hace que su impacto sea realmente menor. Esta carencia estaba prevista para aliviar la economía del club, que avanzaba a gran velocidad en el cumplimiento del convenio. Sí tendrá que afrontar el club las plusvalías generadas por el traspaso de Beñat según están registradas en el convenio, ya que en octubre de 2014 el club tendrá que adelantar a los acreedores un pago de en torno a dos millones. Otro ingreso importante llegaría en la campaña de abonos, ya que se estima que la fidelidad del aficionado verdiblanco es alta incluso en Segunda y el escenario que se maneja ronda los 27.000 socios (este año se han quedado en los 33.700). También bajarán los ingresos del Betis por publicidad pero el club mantendrá los contratos con Macron, Seat o Canal Plus y el impacto en este apartado se prevé menor
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