Antonio Amaya va a demostrar ser uno de los pocos jugadores que antepone otros factores al dinero en el mercadeo futbolero. El central es libre desde el pasado 1 de enero para firmar con cualquier club ya que finaliza su compromiso con el Betis el 30 de junio. Sin embargo, y a pesar de tener ofertas de Primera, su decisión es quedarse en Heliópolis aunque se confirme el descenso de categoría.
Según ha podido saber MARCA.com, la semana pasada se produjo una reunión entre sus agentes y los dirigentes béticos, donde quedó prácticamente perfilado el acuerdo para su renovación a falta de los clásicos flecos.
La única diferencia reside en los años de contrato. El jugador quiere tres años garantizados como contraprestación a su decisión de quedarse en el club perdiendo dinero si el año próximo el equipo juega en Segunda. Desde el Betis proponen dos años fijos con un tercero opcional en función de objetivos, aunque no parece que este punto vaya a romper un acuerdo deseado por ambas partes.
Amaya fue quien oficializó ayer este acuerdo durante su participación en el programa de visitas escolares, Del cole al fútbol: "He vivido aquí lo bueno y lo malo. Siempre he dicho que me quiero quedar en el Betis. Si todo va bien, voy a continuar aunque esté en Segunda. El Betis es más grande que 10 equipos que van a quedarse en Primera. Mi familia y yo nos queremos quedar aquí". Y aquí es donde radica el factor que ha decantado la continuidad de esta relación existente entre Amaya y el Betis.
La familia ha sido clave
Como ya informó MARCA.com el pasado mes de noviembre, la prioridad para el central bético no era ni el dinero ni la categoría, sino la felicidad de su familia. Amaya ya tiene la mala experiencia sufrida por sus hijos durante su etapa en la Premier y no quiere volver a arriesgarse.
Además, el jugador jamás ha ocultado que el sentimiento bético ha podido con él. Incluso a sus allegados no duda en comentarles que salvo en el Rayo jamás ha sentido a un club como ahora. Si a eso unimos la capitanía, la ciudad y el trato que recibe a diario por parte de los aficionados, no quiere arriesgarse probando suerte en otra ciudad.
Todos estos condicionantes y su voluntad de renovar no le impidieron ayer levantar la voz para ofrecer un mensaje positivo sobre las opciones del Betis de continuar en Primera: "Que nadie dude de nuestro trabajo. Recibimos palo tras palo y es muy complicado, pero tenemos que seguir trabajando para sacar esto adelante. Mientras hay vida, hay esperanza".
Fuente Marca.com
Según ha podido saber MARCA.com, la semana pasada se produjo una reunión entre sus agentes y los dirigentes béticos, donde quedó prácticamente perfilado el acuerdo para su renovación a falta de los clásicos flecos.
La única diferencia reside en los años de contrato. El jugador quiere tres años garantizados como contraprestación a su decisión de quedarse en el club perdiendo dinero si el año próximo el equipo juega en Segunda. Desde el Betis proponen dos años fijos con un tercero opcional en función de objetivos, aunque no parece que este punto vaya a romper un acuerdo deseado por ambas partes.
Amaya fue quien oficializó ayer este acuerdo durante su participación en el programa de visitas escolares, Del cole al fútbol: "He vivido aquí lo bueno y lo malo. Siempre he dicho que me quiero quedar en el Betis. Si todo va bien, voy a continuar aunque esté en Segunda. El Betis es más grande que 10 equipos que van a quedarse en Primera. Mi familia y yo nos queremos quedar aquí". Y aquí es donde radica el factor que ha decantado la continuidad de esta relación existente entre Amaya y el Betis.
La familia ha sido clave
Como ya informó MARCA.com el pasado mes de noviembre, la prioridad para el central bético no era ni el dinero ni la categoría, sino la felicidad de su familia. Amaya ya tiene la mala experiencia sufrida por sus hijos durante su etapa en la Premier y no quiere volver a arriesgarse.
Además, el jugador jamás ha ocultado que el sentimiento bético ha podido con él. Incluso a sus allegados no duda en comentarles que salvo en el Rayo jamás ha sentido a un club como ahora. Si a eso unimos la capitanía, la ciudad y el trato que recibe a diario por parte de los aficionados, no quiere arriesgarse probando suerte en otra ciudad.
Todos estos condicionantes y su voluntad de renovar no le impidieron ayer levantar la voz para ofrecer un mensaje positivo sobre las opciones del Betis de continuar en Primera: "Que nadie dude de nuestro trabajo. Recibimos palo tras palo y es muy complicado, pero tenemos que seguir trabajando para sacar esto adelante. Mientras hay vida, hay esperanza".
Fuente Marca.com
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