Repuesto ya de su última desgracia, un cólico nefrítico, Perquis desvela para MARCA cómo fue su período de recuperación tras el accidente vivido en La Rosaleda.
Pregunta. Se le sigue viendo mucho más delgado.
Respuesta. Sí, pero he recuperado el peso que perdí tras la operación de la mandíbula. El viaje a Francia fue muy bueno para mi cuerpo y ahora estoy bien.
P. Anímicamente se le ve como si nada hubiera pasado.
R. Es mi filosofía de vida, sonreír siempre, porque estoy haciendo un trabajo que quiero mucho. Mi familia tiene salud y qué más voy a pedir.
P. En verano se planteó dejar el Betis por su mala suerte, ¿y ahora?
R. Es verdad y sigue en mi cabeza, pero ahora no puedo dejar al Betis así. No es mi mentalidad abandonar un club donde no he hecho las cosas bien. Ya salí del Saint-Etienne con la sensación de haber dejado el trabajo a medias y no quiero hacer lo mismo aquí.
P. Cuénteme cómo ha vivido este tiempo sin poder comer, ni hablar.
R. Viendo a los niños tristes porque su padre no puede jugar con ellos, fue un momento muy difícil. Soy un hombre duro pero este momento fue el peor de mi vida, llorando siempre. Viendo a mis padres que están en Francia a miles de kilómetros sin poder decirles nada... Fue la peor lesión de mi vida.
P. ¿Cómo lo ha superado?
R. He estado hablando mucho con una psicóloga y también con mi mujer. Ahora tengo un trabajo como futbolista y soy el jefe de una familia, por tanto no puedo dejar ni al Betis, ni mi carrera.
P. ¿Qué le dijo la psicóloga?
R. Le conté que me dio un bajón, estuve sin fuerzas, sin deseo de nada, pero ella me dijo que solo era una lesión y que tanto mi familia como yo estábamos bien. También trabajamos el tema del balón, porque me daba miedo darle con la cabeza.
P. ¿Da ahora más valor a otras cosas en la vida?
R. Sí, porque la pérdida de consciencia me dio miedo. Hasta el hospital no respondía a nada, ni a levantar un brazo ni una pierna. Cuando me desperté lo primero que pregunté fue dónde estaban mis hijos, no me acordaba de nada. Estuve llorando mucho tiempo como un bebé.
P. ¿Recuerda algo de la visita de Fabrice?
R. Sí, pero prefiero no hablar mucho del tema. Vino una vez a verme y ya está. Fue un buen gesto, pero llorar después delante de la cámara... Si yo hago algo así a un jugador me preocuparía cada semana por saber cómo está, pero él es joven y aprenderá.
P. ¿Pasó mucha hambre?
R. Al principio sí. Durante una semana tuve mucha hambre, quería comer de todo. Mi mujer se llevaba a los niños a comer a la cocina para que yo no los viera porque si no me quería comer todo. A los 10 días el hambre se fue y al final todo fue mejor.
P. ¿Qué comida ha echado más de menos?
R. Las cosas simples como la pasta que es lo más importante para un futbolista.
P. ¿Cómo fue su recuperación en Francia?
R. Pues aprendí a andar de nuevo correctamente, posicionar mi cuerpo, correr, coger un poco de peso... Pero también me dio mucha fuerza la ayuda de los doctores y los fisios de aquí. Han hecho un trabajo increíble.
P. ¿Y ahora cómo se siente?
R. Con hambre de fútbol. Yo no soy el salvador, no soy Zidane ni tengo su técnica, pero he hecho mi carrera con mi mentalidad y quiero ayudar.
Perquis: "Llor como un beb mucho tiempo" - MARCA.com
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