A mi esto, me parece una sobrada...
Tras la miniconcentración del equipo en Lepe, el Betis ha regresado a los entrenamientos en la ciudad deportiva en la tarde de este miércoles. La sesión se ha celebrado a puerta abierta, pero minutos antes de que ésta comenzara, el técnico, Gabriel Humberto Calderón, acompañado de su segundo, Anzarda, y de Juan José Cañas, se han dirigido hacia la grada de la ciudad deportiva, donde había aproximadamente 500 aficionados, y les ha advertido de que si escucha “insultos o faltas de respeto” hacia sus jugadores clausurará los entrenamientos al público a partir de ahora.
En ese momento, Calderón ha mantenido una pequeña discusión con un grupo de cuatro o cinco aficionados que le exigían al técnico “resultados” a partir del próximo domingo o, de lo contrario, amenazaban con protestar durante las sesiones de trabajo la semana que viene. La mayor parte de la grada ha increpado a este pequeño grupo de aficionados por su ‘amenaza’ a Calderón. Minutos después, salían los jugadores bajo el aplauso del medio millar de aficionados. Parece, de momento, que el mensaje de Calderón ha calado y el entrenamiento transcurre como una balsa de aceite ante la atenta mirada de la multitud.
Tras la miniconcentración del equipo en Lepe, el Betis ha regresado a los entrenamientos en la ciudad deportiva en la tarde de este miércoles. La sesión se ha celebrado a puerta abierta, pero minutos antes de que ésta comenzara, el técnico, Gabriel Humberto Calderón, acompañado de su segundo, Anzarda, y de Juan José Cañas, se han dirigido hacia la grada de la ciudad deportiva, donde había aproximadamente 500 aficionados, y les ha advertido de que si escucha “insultos o faltas de respeto” hacia sus jugadores clausurará los entrenamientos al público a partir de ahora.
En ese momento, Calderón ha mantenido una pequeña discusión con un grupo de cuatro o cinco aficionados que le exigían al técnico “resultados” a partir del próximo domingo o, de lo contrario, amenazaban con protestar durante las sesiones de trabajo la semana que viene. La mayor parte de la grada ha increpado a este pequeño grupo de aficionados por su ‘amenaza’ a Calderón. Minutos después, salían los jugadores bajo el aplauso del medio millar de aficionados. Parece, de momento, que el mensaje de Calderón ha calado y el entrenamiento transcurre como una balsa de aceite ante la atenta mirada de la multitud.
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