Guillermo Sara (Rafaela, Argentina, 30 de septiembre de 1987) arribó al Betis el pasado verano con toda la ilusión del mundo. De físico similar a Casillas, en pretemporada gustó, pero Mel ya le había dado la titularidad a Andersen. No obstante, los fallos del danés y una gran actuación suya en Jablonec lo pusieron en primer plano. Pero él también falló, el equipo entró en barrena y los cambios en la portería se sucedieron. A un portero joven esta situación lo superó, de ahí que en el Betis aún no se haya visto al verdadero Sara.
-Imagino que cuando llegó al Betis no podía esperarse esta situación, ¿verdad?
-No, por supuesto. Yo venía con la idea de tener otro presente, de que el equipo iba a estar más tranquilo, pero desgraciadamente no ha salido todo como venía planeando. Aunque hay posibilidades de revertir esto, depende de nosotros y seguimos teniendo la fe intacta pese a esta última derrota.
-¿Cómo está el vestuario?
-Normal. Últimamente, hemos realizado mucha autocrítica y hemos hablado entre nosotros. El cambio de entrenadores hace que todo se comprima un poco y esto es lo que pasó con la llegada de Gabriel Calderón, que están las esperanzas renovadas y los que se veían un poco fuera con el anterior técnico ahora van a seguir peleando por un lugar. Es bueno que todos estemos dispuestos y no nos demos por vencidos.
-Amaya dio a entender que a algunos les ha podido venir grande el Betis, que el club los ha superado. ¿Puede tener razón?
-No sé si el club, pero sí quizá la situación, porque no es una situación fácil de vivir y, por ahí, que haya llegado tanta gente nueva hace que se compliquen las cosas. Porque la mayoría ha llegado con una buena imagen y haciendo las cosas bien en sus clubes y esperaba otro presente. Y al llegar y ver que las cosas no van bien se hace más difícil revertir la situación. Pero repito que seguimos firmes y convencidos de que lo vamos a lograr.
-En su caso, llegar después que Andersen y cedido quizá lo haya perjudicado, ¿no?
-No creo, porque sinceramente mi mejor momento fue al principio de la temporada. Me gané un puesto e hice mis mejores partidos. No ha sido importante en mi estadía aquí en Sevilla, aunque luego, junto con los malos rendimientos individuales, el equipo cayó.
-¿Y el hecho de que el club no ejerciese la opción de compra cómo le sentó?
-Hubiese querido que se hiciese la operación, por supuesto. Yo acá vine con la idea de quedarme mucho tiempo, pero entiendo la decisión de la dirigencia. Todo depende de mí, necesito hacer buenos partidos y demostrar que puedo estar aquí en el Betis para que hagan uso de la opción en adelante.
-¿Ve lógico que el club esté buscando un nuevo guardameta?
-Puede ser que lo estén buscando y es entendible. Es obvio que no me gustaría perder el lugar con un arquero nuevo que llegue. Pero entra dentro de lo normal que el club busque otros jugadores para que le den respuesta. Yo sigo trabajando y quiero jugar, así tenga nuevos compañeros o entrenador.
-¿Ha podido perjudicarles a usted y a Andersen tanta alternancia en la portería por parte de los dos entrenadores anteriores?
-Sí, por ahí la situación no fue la lógica, la normal. Pero un jugador de fútbol debe adaptarse y más en la mejor liga del mundo. Es obligado adaptarse rápido y dejar todas esas cosas secundarias a un lado. Es una liga nueva, un club grande… son cosas importantes, pero hay que intentar que no afecten en la cancha.
-¿Qué explicación puede ofrecer entonces para explicar que su rendimiento no haya sido el esperado?
-Por supuesto que no he tenido mi mejor nivel y soy el primer autocrítico, cuando las cosas me van bien y más cuando me van mal. No estoy en mi mejor presente, se puede dar más. La cabeza en estos momentos juega un papel muy importante, porque cuando las cosas van mal todo lo malo es terrible y lo bueno es insignificante. Tenemos que lograr resultados en lo grupal para que nos ayude en lo anímico, creer en lo bueno que podemos hacer y que ya lo demostramos en los buenos partidos.
-¿Habéis tenido ayuda psicológica de algún profesional o sólo os habéis analizado entre futbolistas y entrenadores?
-Entre nosotros y con los cuerpos técnicos hemos tratado en el vestuario de cambiar la cabeza del grupo. No nos entregamos, pero hay situaciones que son muy complicadas y llevan tiempo. Hay momentos en los que se puede hablar mucho y saber qué hacer y después te salen partidos como el del Almería, en el que a los cinco minutos nos hacen un gol y se tira todo por la borda. Tratas semana a semana de restablecer la confianza, pero encima tienes que reaccionar rápido y no es fácil.
-La afición ha llegado a silbarle, con lo peligroso que es poner nervioso a un portero…
-Estoy tranquilo. En tan poco tiempo aquí en el Betis la gente ha llegado a corear mi nombre en un partido y veinte minutos después me ha silbado. Yo si me siento culpable por algo es por el esfuerzo de mis compañeros y no poder corresponderlos. La afición tiene derecho a todo porque lo da todo y estamos obligados a corresponderla y darle alegrías, pero hoy mi preocupación es dar seguridad a mis compañeros y que se sientan respaldados.
-Hábleme un poco del presente. ¿Cómo han recibido a Calderón y Anzarda?
-Son dos personas que han descomprimido la situación. Calderón es un entrenador que confía mucho en nosotros, que ha estado pendiente del Betis y nos conoce y nos ha demostrado que nos va ayudar cuando necesitemos. Ojalá seamos capaces devolverle la confianza que nos está brindando.
-¿Es más parecido a Mel o a Garrido?
-Tiene un estilo bastante particular de llevar adelante el grupo, que no lo he visto ni en Mel ni en Garrido. No es ni mejor ni peor, es diferente. Cuando hay que trabajar sabe cómo trabajar en serio y luego dentro del vestuario lleva muy bien el grupo.
-Cuénteme algo de la Liga. ¿Qué le ha llamado la atención del fútbol español?
-El nivel de los futbolistas tras venir de Argentina. Sabía que hay grandes jugadores, pero viviéndolo personalmente y sobre la cancha es más alto el nivel de lo que ves por la televisión. Es una experiencia muy linda, no me esperaba tanto y por eso quiero seguir a Europa.
-Eso le iba a preguntar, ¿si el Betis no lo compra a final de temporada, regresaría al Atlético de Rafaela o le gustaría quedarse en Europa?
-Mi idea es seguir aquí sumando experiencias y jugando con los mejores del mundo, ya luego habrá momentos de volver a mi ciudad, a Rafaela.
-Una curiosidad: ¿jugaría con el Betis en Segunda en caso de descenso?
-No pienso en que el Betis baje a Segunda. Sería algo raro. No podría contestarle porque, de verdad, pienso que nos vamos a quedar en Primera. Todos, equipo y afición, queremos salir adelante y junto lo vamos a conseguir. Quiero que esto sea lo único que prevalezca en mi cabeza y en la de mis compañeros, no puedo pensar en otra cosa y espero que ya ante el Espanyol, con nuestra gente, se vea nuestra mejor cara.
Los balones y el reglamento, en contra de los guardametas
A Guille Sara le ha sorprendido el nivel de los guardametas en España, aunque aprovecha la coyuntura para defender a todo su gremio. "Hay un gran nivel acá. Con la dificultad que tiene hoy ser un arquero, porque parece que todo está en nuestra contra: las pelotas cada día son más livianas, en cada competencia hay una diferente, los jugadores se especializan cada vez más en los golpeos... Es difícil ser arquero", argumenta el argentino, quien coincide en que la reglamentación se modifica siempre contra de los porteros, al punto de que no pueden ni tocar al adversario, ya que el mínimo contacto es señalado con penalti y expulsión. "Así es, lo tenemos todo en contra. Por eso siempre digo que somos una raza aparte", defiende.
"Si me siento culpable es por no corresponder al esfuerzo del...
-Imagino que cuando llegó al Betis no podía esperarse esta situación, ¿verdad?
-No, por supuesto. Yo venía con la idea de tener otro presente, de que el equipo iba a estar más tranquilo, pero desgraciadamente no ha salido todo como venía planeando. Aunque hay posibilidades de revertir esto, depende de nosotros y seguimos teniendo la fe intacta pese a esta última derrota.
-¿Cómo está el vestuario?
-Normal. Últimamente, hemos realizado mucha autocrítica y hemos hablado entre nosotros. El cambio de entrenadores hace que todo se comprima un poco y esto es lo que pasó con la llegada de Gabriel Calderón, que están las esperanzas renovadas y los que se veían un poco fuera con el anterior técnico ahora van a seguir peleando por un lugar. Es bueno que todos estemos dispuestos y no nos demos por vencidos.
-Amaya dio a entender que a algunos les ha podido venir grande el Betis, que el club los ha superado. ¿Puede tener razón?
-No sé si el club, pero sí quizá la situación, porque no es una situación fácil de vivir y, por ahí, que haya llegado tanta gente nueva hace que se compliquen las cosas. Porque la mayoría ha llegado con una buena imagen y haciendo las cosas bien en sus clubes y esperaba otro presente. Y al llegar y ver que las cosas no van bien se hace más difícil revertir la situación. Pero repito que seguimos firmes y convencidos de que lo vamos a lograr.
-En su caso, llegar después que Andersen y cedido quizá lo haya perjudicado, ¿no?
-No creo, porque sinceramente mi mejor momento fue al principio de la temporada. Me gané un puesto e hice mis mejores partidos. No ha sido importante en mi estadía aquí en Sevilla, aunque luego, junto con los malos rendimientos individuales, el equipo cayó.
-¿Y el hecho de que el club no ejerciese la opción de compra cómo le sentó?
-Hubiese querido que se hiciese la operación, por supuesto. Yo acá vine con la idea de quedarme mucho tiempo, pero entiendo la decisión de la dirigencia. Todo depende de mí, necesito hacer buenos partidos y demostrar que puedo estar aquí en el Betis para que hagan uso de la opción en adelante.
-¿Ve lógico que el club esté buscando un nuevo guardameta?
-Puede ser que lo estén buscando y es entendible. Es obvio que no me gustaría perder el lugar con un arquero nuevo que llegue. Pero entra dentro de lo normal que el club busque otros jugadores para que le den respuesta. Yo sigo trabajando y quiero jugar, así tenga nuevos compañeros o entrenador.
-¿Ha podido perjudicarles a usted y a Andersen tanta alternancia en la portería por parte de los dos entrenadores anteriores?
-Sí, por ahí la situación no fue la lógica, la normal. Pero un jugador de fútbol debe adaptarse y más en la mejor liga del mundo. Es obligado adaptarse rápido y dejar todas esas cosas secundarias a un lado. Es una liga nueva, un club grande… son cosas importantes, pero hay que intentar que no afecten en la cancha.
-¿Qué explicación puede ofrecer entonces para explicar que su rendimiento no haya sido el esperado?
-Por supuesto que no he tenido mi mejor nivel y soy el primer autocrítico, cuando las cosas me van bien y más cuando me van mal. No estoy en mi mejor presente, se puede dar más. La cabeza en estos momentos juega un papel muy importante, porque cuando las cosas van mal todo lo malo es terrible y lo bueno es insignificante. Tenemos que lograr resultados en lo grupal para que nos ayude en lo anímico, creer en lo bueno que podemos hacer y que ya lo demostramos en los buenos partidos.
-¿Habéis tenido ayuda psicológica de algún profesional o sólo os habéis analizado entre futbolistas y entrenadores?
-Entre nosotros y con los cuerpos técnicos hemos tratado en el vestuario de cambiar la cabeza del grupo. No nos entregamos, pero hay situaciones que son muy complicadas y llevan tiempo. Hay momentos en los que se puede hablar mucho y saber qué hacer y después te salen partidos como el del Almería, en el que a los cinco minutos nos hacen un gol y se tira todo por la borda. Tratas semana a semana de restablecer la confianza, pero encima tienes que reaccionar rápido y no es fácil.
-La afición ha llegado a silbarle, con lo peligroso que es poner nervioso a un portero…
-Estoy tranquilo. En tan poco tiempo aquí en el Betis la gente ha llegado a corear mi nombre en un partido y veinte minutos después me ha silbado. Yo si me siento culpable por algo es por el esfuerzo de mis compañeros y no poder corresponderlos. La afición tiene derecho a todo porque lo da todo y estamos obligados a corresponderla y darle alegrías, pero hoy mi preocupación es dar seguridad a mis compañeros y que se sientan respaldados.
-Hábleme un poco del presente. ¿Cómo han recibido a Calderón y Anzarda?
-Son dos personas que han descomprimido la situación. Calderón es un entrenador que confía mucho en nosotros, que ha estado pendiente del Betis y nos conoce y nos ha demostrado que nos va ayudar cuando necesitemos. Ojalá seamos capaces devolverle la confianza que nos está brindando.
-¿Es más parecido a Mel o a Garrido?
-Tiene un estilo bastante particular de llevar adelante el grupo, que no lo he visto ni en Mel ni en Garrido. No es ni mejor ni peor, es diferente. Cuando hay que trabajar sabe cómo trabajar en serio y luego dentro del vestuario lleva muy bien el grupo.
-Cuénteme algo de la Liga. ¿Qué le ha llamado la atención del fútbol español?
-El nivel de los futbolistas tras venir de Argentina. Sabía que hay grandes jugadores, pero viviéndolo personalmente y sobre la cancha es más alto el nivel de lo que ves por la televisión. Es una experiencia muy linda, no me esperaba tanto y por eso quiero seguir a Europa.
-Eso le iba a preguntar, ¿si el Betis no lo compra a final de temporada, regresaría al Atlético de Rafaela o le gustaría quedarse en Europa?
-Mi idea es seguir aquí sumando experiencias y jugando con los mejores del mundo, ya luego habrá momentos de volver a mi ciudad, a Rafaela.
-Una curiosidad: ¿jugaría con el Betis en Segunda en caso de descenso?
-No pienso en que el Betis baje a Segunda. Sería algo raro. No podría contestarle porque, de verdad, pienso que nos vamos a quedar en Primera. Todos, equipo y afición, queremos salir adelante y junto lo vamos a conseguir. Quiero que esto sea lo único que prevalezca en mi cabeza y en la de mis compañeros, no puedo pensar en otra cosa y espero que ya ante el Espanyol, con nuestra gente, se vea nuestra mejor cara.
Los balones y el reglamento, en contra de los guardametas
A Guille Sara le ha sorprendido el nivel de los guardametas en España, aunque aprovecha la coyuntura para defender a todo su gremio. "Hay un gran nivel acá. Con la dificultad que tiene hoy ser un arquero, porque parece que todo está en nuestra contra: las pelotas cada día son más livianas, en cada competencia hay una diferente, los jugadores se especializan cada vez más en los golpeos... Es difícil ser arquero", argumenta el argentino, quien coincide en que la reglamentación se modifica siempre contra de los porteros, al punto de que no pueden ni tocar al adversario, ya que el mínimo contacto es señalado con penalti y expulsión. "Así es, lo tenemos todo en contra. Por eso siempre digo que somos una raza aparte", defiende.
"Si me siento culpable es por no corresponder al esfuerzo del...
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