Son las 00:15 del sábado 25 de enero y sigo sin comprender cómo este consejo de administración ha rematado al enfermo Betis en lo deportivo este año.

Haber jugado contra 4 rivales directos sin reforzar el equipo como hasta el más lerdo se había dado cuenta que hacía falta ha sido la decisión deportiva más fatal que recuerdo desde aquellas ventas de Calderón y Hadzibegic que Retamero perpetró para dar ejemplo en la LFP de una austeridad que luego nadie siguió.

Los motivos los desconozco: sea por incapacidad manifiesta para moverse en el mercado, sea por mantener el pulso tratando de demostrar que no tenemos tan mala plantilla como dice todo el mundo o sea porque la vorágine en la que ellos mismos metieron al Betis con 3 técnicos y 3 responsables de fichar en un mes y medio (precisamente en el mes y medio que hay que fichar para más INRI), lo cierto es que le han dado el tiro de gracia en la sien a un equipo que cuando el ínclito Figueras desfenestraba a Mel con su fallo en el descuento de un partido que nunca debimos dejar de ganar contra el Rayo, se mostraba enfermo pero con claros síntomas de recuperación y a tan sólo un partido (3 puntos) de la salvación y con un calentario muy muy amable por delante.

Esta inacción ******* pasará a la Historia del Real Betis Balompié como uno de los episodios negros de la misma; y si felicité al Consejo por su valentía al decir clarito el por qué le pedían la dimisión a Bosch, ahora toca decir que han contribuido decisivamente a terminar de descender a nuestro equipo a Segunda División.

Decir que ya están fuera todos los responsables de esta situación es, claramente, faltar a la verdad