Al Final de la PalmeraNoticiasReal BetisCalderón: el Betis se apunta al “modelo Simeone”
El Real Betis ha contratado a Gabriel Humberto Calderón, un ex con sello en el Benito Villamarín. Y el Valencia, a Juan Antonio Pizzi, pasajero de postín en los noventa por la ciudad del Turia. “El momento de jugar siempre fue un momento de liberación. ¿No ves esos animales que corren libres por el campo? Son libres. Yo me sentía libre, en mi hábitat, jugando al fútbol”. Así explicó Diego Simeone a ABC de dónde proviene su pasión por el fútbol. Un sentimiento salvaje, callejero, que enlaza con la devoción que siente la población de su país por el fútbol. En Argentina, el dos por ciento de la ciudadanía practica este deporte de forma recreativa o federada. Y nueve de cada diez habitantes se declaran seguidores de algún equipo. El Atlético ha entronizado el efecto Simeone y sus competidores en el campeonato se han apuntado, como siempre, a las modas. Un entrenador argentino con raíces e impronta en la entidad. Con Martino en el Barça, la Liga ha decidido poner un argentino en su vida.
En Argentina el fútbol conserva una referencia común, el “potrero”. Es el sistema del libre albedrío, de aprendizaje autodidacta en los parques, sin ninguna supervisión institucional ni estructura por parte de los poderes públicos. El fútbol de las calles donde crecieron Simeone, Calderón y Pizzi.
España ha fichado dos campeones en Argentina (Simeone y Pizzi) y un técnico sin pedigrí en el fútbol moderno (Calderón). Simeone conquistó títulos con el River Plate y el Estudiantes, y Pizzi se ha coronado con el San Lorenzo de Almagro. Gabriel Humberto Calderón ha explorado territorios menos influyentes: el Caen francés (donde jugó en 1993) el Laussane Sports suizo y diversas selecciones o clubes del ***** Pérsico, donde pagan bien y no exprimen ansiedades (Omán, Bahréin, Arabia Saudí o Emiratos Árabes).
Calderón, sin embargo, cuenta con un aval impagable: los recuerdos. La ascendencia sobre la hinchada, el aprecio del público, el sentido de pertenencia. El nuevo técnico del Betis (53 años) jugó en el Betis desde 1983 a 1987 junto a una de las mejores añadas del club: Gordillo, Cardeñosa, Salva, Esnaola, Parra, Ortega, Canito, Rincón...Un elenco que dio vida entonces a un buen Betis y cuya estrella fue Gabriel Calderón. El argentino fue un fino estilista que lanzaba las faltas con primor y disponía de un regate a la brasileña. Disputó el Mundial de España con el dorsal 5 en una selección pecluliar en la que Ardiles jugaba con el 1 y el Pato Fillol, el portero, con el 7. Argentina y Maradona no pasaron de Gentile en aquel Mundial. Calderón no fue alistado por Bilardo en el Mundial de México 86, el de Maradona, y se retiró de la albiceleste después de caer ante Alemania en la final de Italia 90.
En el Valencia ha sucedido algo parecido con Pizzi. Aunque solo jugó un año (1993-94) en aquel equipo de Mendieta, Mijatovic, Quique Flores y Sempere, dejó huella. Rufete, el director deportivo, adujo varios argumentos para su elección: identificación con el club y la afición, ideas claras y un fútbol aguerrido. El influjo de Simeone se extiende por la Liga. Los efluvios del toque y Guardiola parecen esfumarse. El Cholo lo ve meridiano: “Yo sé lo que quiere el hincha del Atlético. Pasión y un fútbol concreto”.
Calderón: el Betis se apunta al
El Real Betis ha contratado a Gabriel Humberto Calderón, un ex con sello en el Benito Villamarín. Y el Valencia, a Juan Antonio Pizzi, pasajero de postín en los noventa por la ciudad del Turia. “El momento de jugar siempre fue un momento de liberación. ¿No ves esos animales que corren libres por el campo? Son libres. Yo me sentía libre, en mi hábitat, jugando al fútbol”. Así explicó Diego Simeone a ABC de dónde proviene su pasión por el fútbol. Un sentimiento salvaje, callejero, que enlaza con la devoción que siente la población de su país por el fútbol. En Argentina, el dos por ciento de la ciudadanía practica este deporte de forma recreativa o federada. Y nueve de cada diez habitantes se declaran seguidores de algún equipo. El Atlético ha entronizado el efecto Simeone y sus competidores en el campeonato se han apuntado, como siempre, a las modas. Un entrenador argentino con raíces e impronta en la entidad. Con Martino en el Barça, la Liga ha decidido poner un argentino en su vida.
En Argentina el fútbol conserva una referencia común, el “potrero”. Es el sistema del libre albedrío, de aprendizaje autodidacta en los parques, sin ninguna supervisión institucional ni estructura por parte de los poderes públicos. El fútbol de las calles donde crecieron Simeone, Calderón y Pizzi.
España ha fichado dos campeones en Argentina (Simeone y Pizzi) y un técnico sin pedigrí en el fútbol moderno (Calderón). Simeone conquistó títulos con el River Plate y el Estudiantes, y Pizzi se ha coronado con el San Lorenzo de Almagro. Gabriel Humberto Calderón ha explorado territorios menos influyentes: el Caen francés (donde jugó en 1993) el Laussane Sports suizo y diversas selecciones o clubes del ***** Pérsico, donde pagan bien y no exprimen ansiedades (Omán, Bahréin, Arabia Saudí o Emiratos Árabes).
Calderón, sin embargo, cuenta con un aval impagable: los recuerdos. La ascendencia sobre la hinchada, el aprecio del público, el sentido de pertenencia. El nuevo técnico del Betis (53 años) jugó en el Betis desde 1983 a 1987 junto a una de las mejores añadas del club: Gordillo, Cardeñosa, Salva, Esnaola, Parra, Ortega, Canito, Rincón...Un elenco que dio vida entonces a un buen Betis y cuya estrella fue Gabriel Calderón. El argentino fue un fino estilista que lanzaba las faltas con primor y disponía de un regate a la brasileña. Disputó el Mundial de España con el dorsal 5 en una selección pecluliar en la que Ardiles jugaba con el 1 y el Pato Fillol, el portero, con el 7. Argentina y Maradona no pasaron de Gentile en aquel Mundial. Calderón no fue alistado por Bilardo en el Mundial de México 86, el de Maradona, y se retiró de la albiceleste después de caer ante Alemania en la final de Italia 90.
En el Valencia ha sucedido algo parecido con Pizzi. Aunque solo jugó un año (1993-94) en aquel equipo de Mendieta, Mijatovic, Quique Flores y Sempere, dejó huella. Rufete, el director deportivo, adujo varios argumentos para su elección: identificación con el club y la afición, ideas claras y un fútbol aguerrido. El influjo de Simeone se extiende por la Liga. Los efluvios del toque y Guardiola parecen esfumarse. El Cholo lo ve meridiano: “Yo sé lo que quiere el hincha del Atlético. Pasión y un fútbol concreto”.
Calderón: el Betis se apunta al
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