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Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrúa?

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  • Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrúa?

    Lo desliza Antonio Félix en El Mundo. Alaya pensó en María José Guerrero como sustituta de su difunto marido, Gómez Porrúa, como administradora judicial del Betis. Yo a ese hombre lo vi siempre con carisma, era de esas personas que daban buen rollo, rectitud y coherencia… Y no lo digo por lo que leí en la prensa o lo que observé en televisión, lo tuve cerca en repetidas ocasiona allá en el verano de 2010…

    Qué queréis que os diga, me parecería un gran golpe de timón, más si Alaya consiguiera que a María José Guerrero estuviera acompañada de la vuelta de Ruiz de Huidobro, que sólo él sabe por qué tuvo que decirle adiós a Bosch. Y ojo que este último ha hecho cosas buenas, muchas, las suficientes para que un club moribundo en segunda consiguiera estabilidad para llegar subir e ir a Europa. Pero nadie sabe bien, sólo él y su economía, el porqué de esta locura…

    A María José Guerreo, Félix la define como “una experta doctora y jurista en derecho Mercantil”...

    Para nosotros sería un soplo de aire fresco, un recuerdo de aquello que pusieron su corazón al servicio del Betis. Compañer@s nos hace falta algo distinto, épico, y si me lo permitís mágico. Con esto y un entrenador Bético, llámese Calderón, Cardeñosa, Hadzibejic e incluso el mismo Ríos –con Merino de segundo- (por qué no, quién conoce mejor la plantilla que él)…

    ¡Nos hace falta agarrarnos al espíritu de Porrúa, de Miki y del cuarto anillo…!

    Os dejo el enlace de El Mundo, en el que desliza esto, sobre la administración judicial, entre líneas…

    Pocas personas han visto llorar a Mercedes Alaya, la esfinge hecha juez que los lectores de este periódico eligieron como personaje del año, por su implacable persecución de la corrupción allá donde se encuentre. Pero en la tarde del 1 de noviembre de 2010, en una fría sala del tanatorio de Sevilla, un puñado de testigos permanecían atónitos ante el fuego y las lágrimas que brotaban de los ojos de la magistrada. Alaya no podía contenerse la pena por la muerte de Juan Manuel Gómez Porrúa, el primer administrador judicial que había designado para el Betis. Tampoco la ira.

    Para sorpresa de todos, la juez anunció allí mismo quién sucedería a Porrúa, cuyo corazón reventó ante la presión por poner orden en el último Betis loperiano. Sería... ¡su mujer! María Jesús Guerrero, como Juan Manuel, una experta doctora y jurista en derecho Mercantil. También como él, una persona de una naturalidad y empatía extraordinarias.

    Por razones obvias, los asesores de la juez le reconvinieron. Parecía una determinación tomada desde las entrañas. En realidad, era mucho más. Pero Alaya acabó atendiendo a los riesgos de designar a Guerrero, que hubiera aceptado, y reconsideró su decisión. Unos días después, anunció que José Antonio Bosch Valero pasaba a ser el nuevo administrador judicial del paquete de acciones de Lopera. El mandamás del Betis.

    Con respecto a Porrúa, Bosch era otra cosa. Profesionalmente, Gómez Porrúa gozaba de una extraordinaria reputación como técnico y docente. En el caso de Bosch Valero, su prestigio venía por su condición de afilado penalista, especialmente conseguido en causas particularmente polémicas. La más célebre, su defensa en el caso Ollero, donde libró a su cliente (gracias principalmente a la anulación de las escuchas) de lo que parecía un flagrante delito de pago de comisiones presuntamente destinadas a la financiación ilegal de partidos políticos.

    Las distancias, sin embargo, eran mucho más amplias en el plano personal. Ahí la bonhomía, el buenismo, la calidez de Porrúa contrastaban con el carácter arisco, altivo y distante de Bosch. Una forma de ser que pronto le generó problemas. A los pocos meses, el nuevo jefe se quitó de en medio al administrador judicial de apoyo que tenía en el Betis, Luis Carlos Ruiz de Huidobro. En aquel momento, Huidobro ya anticipó muchos de los males que amenazaban al club con Bosch. Así se los insinuó a la propia juez.
    Pero ni Alaya ni nadie le hizo caso. Eran tiempos de euforia en el club verdiblanco, al fin liberado del yugo de Lopera y sus esbirros. En su lugar, Bosch capitaneó al Betis al frente de una directiva de perfil llano, funcionarial, muy técnico, donde ni siquiera el presidente Miguel Guillén -muy desposeído de cualquier función ejecutiva- le hacía sombra.

    Fueron tiempos de vino y rosas. El club estalló en un magma de euforia. El equipo se contagió y protagonizó una etapa espléndida de fútbol: ascenso, permanencia y Europa. La hinchada correspondió, orgullosa de una clase directiva caracterizada esencialmente por su insobornable honradez, después de la larguísima etapa anterior de vergüenza institucional y saqueo económico. Nadie la representaba mejor que José Antonio Bosch.

    El peligro que acechaba era evidente: el veneno del éxito y el poder en el fútbol.


    Fue éste el que comenzó a corromper a Bosch. Poco a poco, el jefe fue amparando hechos y comportamientos impensables en su primera etapa. En los últimos tiempos, éstos se agravaron. En octubre de 2012, pasó demasiado desapercibido el contrato que la firma de abogados de Bosch, Bolonia, consiguió de la Federación Andaluza de fútbol para realizar una serie de colaboraciones. Parecía evidente que el administrador del Betis había utilizado las influencias logradas de su cargo para favorecer a su despacho.

    Más flagrante fue el desvelamiento, el pasado diciembre en Diario de Sevilla, de cómo Bosch había contratado a la sociedad Gesalus para llevar los servicios médicos del Betis, después de haberle facturado con su propia empresa. Eran apenas 10.000 euros. Los más caros en la vida de Bosch.

    Tras esa información, antes de Reyes, el administrador pidió audiencia a la juez Alaya para defenderse de lo que consideraba un desmesurado ataque. "Nada ilegal", insistía el abogado. Pero desde luego tampoco nada edificante. La excusatio non petita puso en alerta a la magistrada, que hizo una ronda de consultas. Tras ella quedó alarmada. Inmersa de lleno en el caso de los ERE fraudulentos, y con la instrucción del del Betis casi concluida, no esperaba esta bomba.

    Para la magistrada resultó intolerable que Bosch hubiera contratado a la misma vez una empresa para su sociedad privada y para el Betis. Pese a que se tratara de una cifra tan exigua como 10.000 euros. Ni uno. Como líder de una ejecutiva caracterizada por su ejemplaridad, a sus ojos quedaba absolutamente desacreditado. En su descargo, Bosch recordó que, tres años después, todavía no había recibido ni un céntimo de su sueldo como administrador, recurrido en los tribunales. No coló. La juez terminó de perder una confianza que ya había mermado cuando el abogado aceptó defender a dos de los acusados por Alaya en el caso de los ERE fraudulentos.


    A partir de ahí, y siempre con el respaldo judicial, los acontecimientos se precipitaron. La directiva, sobre la que Bosch había reinado de modo autárquico, y que hasta entonces se había caracterizado por su sumisión, se rebeló. Meses antes ya se había marchado el consejero León Lasa, muy crítico con el sistema. El día 7, el consejo en pleno afeó a Bosch su conducta y forzó su dimisión. Los directivos, que no cobran ni ahora ni nunca, le reprocharon que extendiera sobre todos la sospecha de la corruptela. Bosch estaba perplejo. Se sintió solo y abandonado. Unicamente le quedaba irse.

    El presidente Miguel Guillén desveló este último acto, en lo que supuso una durísima acusación contra Bosch ("actividades comerciales incompatibles"). En la directiva se teme que los enjuagues por aparecer, ilegales o no, sean aún más graves. Guillén, que hasta ahora había sido reducido a una faceta esencialmente representativa, obró con una entereza a la altura de su cargo. Para muchos cobró una nueva dimensión. "El Betis puede haber perdido un gestor para ganar a un presidente", resumía un directivo.

    La situación que enfrenta es, en cualquier caso, crítica. Según fuentes solventes, la juez redactaba ya el auto para cesar de su actividad a Bosch. Probablemente, en breve designe a un sucesor (¿María Jesús Guerrero?) para ordenar la gobernabilidad del club, al menos hasta que concluya su instrucción. Ante la inminencia de ésta, incluso podría decretar otro tipo de medidas excepcionales.


    Por supuesto, todo este terremoto institucional ha tenido su reflejo en lo deportivo, donde se ha sucedido una tanda de decisiones absolutamente descabelladas que han hundido al equipo en el fondo de la Liga. Si no logra algo nunca visto hasta ahora, remontar desde los 11 puntos, se irá a Segunda. En breve, además, despedirá a su segundo entrenador, Juan Carlos Garrido, inhábil en el campo y cuya agencia de representación ha cobrado comisiones por el fichaje de Leo Baptistao. Sólo un milagro salvaría al Betis. Pero en el Betis parecen tener claro que ese milagro jamás sucederá en un club que no esté limpio. [LEFT]
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    Bosch, la natural corrupcin del poder | Zidaneando | Blogs | elmundo.es

  • #2
    Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

    Pongo el articulo:

    Pocas personas han visto llorar a Mercedes Alaya, la esfinge hecha juez que los lectores de este periódico eligieron como personaje del año, por su implacable persecución de la corrupción allá donde se encuentre. Pero en la tarde del 1 de noviembre de 2010, en una fría sala del tanatorio de Sevilla, un puñado de testigos permanecían atónitos ante el fuego y las lágrimas que brotaban de los ojos de la magistrada. Alaya no podía contenerse la pena por la muerte de Juan Manuel Gómez Porrúa, el primer administrador judicial que había designado para el Betis. Tampoco la ira.

    Para sorpresa de todos, la juez anunció allí mismo quién sucedería a Porrúa, cuyo corazón reventó ante la presión por poner orden en el último Betis loperiano. Sería... ¡su mujer! María Jesús Guerrero, como Juan Manuel, una experta doctora y jurista en derecho Mercantil. También como él, una persona de una naturalidad y empatía extraordinarias.

    Por razones obvias, los asesores de la juez le reconvinieron. Parecía una determinación tomada desde las entrañas. En realidad, era mucho más. Pero Alaya acabó atendiendo a los riesgos de designar a Guerrero, que hubiera aceptado, y reconsideró su decisión. Unos días después, anunció que José Antonio Bosch Valero pasaba a ser el nuevo administrador judicial del paquete de acciones de Lopera. El mandamás del Betis.

    Con respecto a Porrúa, Bosch era otra cosa. Profesionalmente, Gómez Porrúa gozaba de una extraordinaria reputación como técnico y docente. En el caso de Bosch Valero, su prestigio venía por su condición de afilado penalista, especialmente conseguido en causas particularmente polémicas. La más célebre, su defensa en el caso Ollero, donde libró a su cliente (gracias principalmente a la anulación de las escuchas) de lo que parecía un flagrante delito de pago de comisiones presuntamente destinadas a la financiación ilegal de partidos políticos.

    Las distancias, sin embargo, eran mucho más amplias en el plano personal. Ahí la bonhomía, el buenismo, la calidez de Porrúa contrastaban con el carácter arisco, altivo y distante de Bosch. Una forma de ser que pronto le generó problemas. A los pocos meses, el nuevo jefe se quitó de en medio al administrador judicial de apoyo que tenía en el Betis, Luis Carlos Ruiz de Huidobro. En aquel momento, Huidobro ya anticipó muchos de los males que amenazaban al club con Bosch. Así se los insinuó a la propia juez.
    Pero ni Alaya ni nadie le hizo caso. Eran tiempos de euforia en el club verdiblanco, al fin liberado del yugo de Lopera y sus esbirros. En su lugar, Bosch capitaneó al Betis al frente de una directiva de perfil llano, funcionarial, muy técnico, donde ni siquiera el presidente Miguel Guillén -muy desposeído de cualquier función ejecutiva- le hacía sombra.

    Fueron tiempos de vino y rosas. El club estalló en un magma de euforia. El equipo se contagió y protagonizó una etapa espléndida de fútbol: ascenso, permanencia y Europa. La hinchada correspondió, orgullosa de una clase directiva caracterizada esencialmente por su insobornable honradez, después de la larguísima etapa anterior de vergüenza institucional y saqueo económico. Nadie la representaba mejor que José Antonio Bosch.

    El peligro que acechaba era evidente: el veneno del éxito y el poder en el fútbol.


    Fue éste el que comenzó a corromper a Bosch. Poco a poco, el jefe fue amparando hechos y comportamientos impensables en su primera etapa. En los últimos tiempos, éstos se agravaron. En octubre de 2012, pasó demasiado desapercibido el contrato que la firma de abogados de Bosch, Bolonia, consiguió de la Federación Andaluza de fútbol para realizar una serie de colaboraciones. Parecía evidente que el administrador del Betis había utilizado las influencias logradas de su cargo para favorecer a su despacho.

    Más flagrante fue el desvelamiento, el pasado diciembre en Diario de Sevilla, de cómo Bosch había contratado a la sociedad Gesalus para llevar los servicios médicos del Betis, después de haberle facturado con su propia empresa. Eran apenas 10.000 euros. Los más caros en la vida de Bosch.

    Tras esa información, antes de Reyes, el administrador pidió audiencia a la juez Alaya para defenderse de lo que consideraba un desmesurado ataque. "Nada ilegal", insistía el abogado. Pero desde luego tampoco nada edificante. La excusatio non petita puso en alerta a la magistrada, que hizo una ronda de consultas. Tras ella quedó alarmada. Inmersa de lleno en el caso de los ERE fraudulentos, y con la instrucción del del Betis casi concluida, no esperaba esta bomba.

    Para la magistrada resultó intolerable que Bosch hubiera contratado a la misma vez una empresa para su sociedad privada y para el Betis. Pese a que se tratara de una cifra tan exigua como 10.000 euros. Ni uno. Como líder de una ejecutiva caracterizada por su ejemplaridad, a sus ojos quedaba absolutamente desacreditado. En su descargo, Bosch recordó que, tres años después, todavía no había recibido ni un céntimo de su sueldo como administrador, recurrido en los tribunales. No coló. La juez terminó de perder una confianza que ya había mermado cuando el abogado aceptó defender a dos de los acusados por Alaya en el caso de los ERE fraudulentos.


    A partir de ahí, y siempre con el respaldo judicial, los acontecimientos se precipitaron. La directiva, sobre la que Bosch había reinado de modo autárquico, y que hasta entonces se había caracterizado por su sumisión, se rebeló. Meses antes ya se había marchado el consejero León Lasa, muy crítico con el sistema. El día 7, el consejo en pleno afeó a Bosch su conducta y forzó su dimisión. Los directivos, que no cobran ni ahora ni nunca, le reprocharon que extendiera sobre todos la sospecha de la corruptela. Bosch estaba perplejo. Se sintió solo y abandonado. Unicamente le quedaba irse.

    El presidente Miguel Guillén desveló este último acto, en lo que supuso una durísima acusación contra Bosch ("actividades comerciales incompatibles"). En la directiva se teme que los enjuagues por aparecer, ilegales o no, sean aún más graves. Guillén, que hasta ahora había sido reducido a una faceta esencialmente representativa, obró con una entereza a la altura de su cargo. Para muchos cobró una nueva dimensión. "El Betis puede haber perdido un gestor para ganar a un presidente", resumía un directivo.

    La situación que enfrenta es, en cualquier caso, crítica. Según fuentes solventes, la juez redactaba ya el auto para cesar de su actividad a Bosch. Probablemente, en breve designe a un sucesor (¿María Jesús Guerrero?) para ordenar la gobernabilidad del club, al menos hasta que concluya su instrucción. Ante la inminencia de ésta, incluso podría decretar otro tipo de medidas excepcionales.


    Por supuesto, todo este terremoto institucional ha tenido su reflejo en lo deportivo, donde se ha sucedido una tanda de decisiones absolutamente descabelladas que han hundido al equipo en el fondo de la Liga. Si no logra algo nunca visto hasta ahora, remontar desde los 11 puntos, se irá a Segunda. En breve, además, despedirá a su segundo entrenador, Juan Carlos Garrido, inhábil en el campo y cuya agencia de representación ha cobrado comisiones por el fichaje de Leo Baptistao. Sólo un milagro salvaría al Betis. Pero en el Betis parecen tener claro que ese milagro jamás sucederá en un club que no esté limpio.

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    • #3
      Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

      Originalmente publicado por GargantaVerdeyBlanca Ver Mensaje
      Pongo el articulo:

      Pocas personas han visto llorar a Mercedes Alaya, la esfinge hecha juez
      Despues se meten conmigo si digo que esta mujer parece una momia...

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      • #4
        Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

        No sé que tipo de golpe de efecto puede provocar esa señora,si la jueza la pone pues muy bien y espero que el club reflote pero ese sesacionalismo que da este Félix no lo entiendo.

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        • #5
          Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

          Más surrealismo no, por favor.

          Comentario


          • #6
            Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

            Originalmente publicado por Trecebarrado Ver Mensaje
            Más surrealismo no, por favor.
            Si esa señora es una buena profesional y se dedica sólo a velar por el paquete famoso adelante,pero ya está bien de engañarnos de nuevo con tonterias como golpe de efecto y similares...que estamos hartos.

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            • #7
              Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

              Nada nada, esto ya esta hecho, lo único que tenemos que pensar es, en la plantilla para segunda, en cuanto podemos sacar por vadillo, y en salir ya del concurso. Hasta que no venga uno que le hayan costado algo las acciones y si lo hace mejor o peor, gana o pierde dinero, no hay nada que hacer, eso es lo que hay, solo espero que podamos sacar dinero en ventas este año para dejar medio finiquitado el concurso

              Comentario


              • #8
                Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                Real Betis Balompie SAD, sede: prado de san sebastian, juzgado de instruccion nº6

                Comentario


                • #9
                  Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                  Originalmente publicado por Mayoritario Ver Mensaje
                  Real Betis Balompie SAD, sede: prado de san sebastian, juzgado de instruccion nº6
                  por alli ha ido tu idolo ya varias veces, no?? y las que quedan

                  Gracias Dª Mercedes

                  Comentario


                  • #10
                    Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                    Originalmente publicado por Pelusa97 Ver Mensaje
                    por alli ha ido tu idolo ya varias veces, no?? y las que quedan

                    Gracias Dª Mercedes
                    La misma que puso al que hoy echan por sus tejemanejes.

                    Gracias doña Mercedes, siga usted asi que le hace muy bien a la entidad Betis

                    Comentario


                    • #11
                      Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                      Originalmente publicado por Mayoritario Ver Mensaje
                      La misma que puso al que hoy echan por sus tejemanejes.

                      Gracias doña Mercedes, siga usted asi que le hace muy bien a la entidad Betis
                      ¿Y tu amo hacia muy bien a la entidad?. Jajajajaja yo flipo de verdad. Gracias a doña Mercedes está el club vivo y no desaparecido como lo estaría ahora si hubiese seguido tu amo y dios todo señor.

                      El real lopera para ustedes, nosotros a seguir luchando por el BETIS. Equipo que os interesa una pütisima mierdå.

                      Comentario


                      • #12
                        Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                        Originalmente publicado por Balompédico Ver Mensaje
                        Si esa señora es una buena profesional y se dedica sólo a velar por el paquete famoso delante,pero ya está bien de engañarnos de nuevo con tonterias como golpe de efecto y similares...que estamos hartos.

                        Comentario


                        • #13
                          Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                          Originalmente publicado por Reconquista Ver Mensaje
                          Tienes la mente sucia y lo sabes

                          Comentario


                          • #14
                            Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                            Originalmente publicado por Mayoritario Ver Mensaje
                            La misma que puso al que hoy echan por sus tejemanejes.

                            Gracias doña Mercedes, siga usted asi que le hace muy bien a la entidad Betis
                            Mientras L.opera nos dejó un agujero de 90 millones ("calderilla"), Bosch y su equipo, con sus cagadas recientes, han reducido la deuda considerablemente.

                            Comentario


                            • #15
                              Re: Necesitamos un golpe de timón, ¿podríamos darlo con Mª J. Guerrero mujer de Porrú

                              Mujeres al poder xDD.

                              Alemania, Merkel. Andalucía Susana Díaz.

                              Me parecería bien.

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