Desde que el equipo cambió de entrenador he notado sobremanera una cosa que Garrido quiere cambiar: la circulación del balón a dos/tres toques.
Los últimos años hemos jugado de manera sobona. Conduciendo mucho el balón y, llegados a los 3/4, intentando jugar al primer toque hasta llegar a la meta. Un par de años nos ha salido especialmente bien este tipo de juego, sin embargo, la cosa cambia esta temporada.
Se puede argumentar que es debido a que los equipos nos conocen y juegan en consonancia. También que el excesivo sobeteo de balón permite que el contrario se compacte y juegue sólido. Por qué no, no es menos cierto que un jugador como Beñat conseguía meterte ese pase que el equipo necesitaba y el cual no ha aparecido en lo que llevamos de campeonato.
Eso es lo que veo que Garrido quiere cambiar: dos, tres toques máximos, rotaciones, paredes, circulación rápida. Que los equipos se vean sorprendidos y tengan dudas a la hora de enfrentarse a nosotros. Se ha podido ver perfectamente los primeros 25 minutos de partido. Reto que cojan el replay y cuenten, cuenten los toques. Vean el resultado: dinamismo, chispa, sorpresa, llegada, gol.
Sin embargo, a esto que llegan los vicios adquiridos, se intenta "dormir el partido". Se abusa del toque, el equipo se vuelve plano, fácil de defender. Los jugadores ya no ven líneas de pase. Se desesperan, empiezan a dudar. Llegan fallos. Los errores se convierten en peligro... Y nos caen dos goles.
Dato positivo: si conseguimos jugar a la velocidad que Garrido quiere, con su filosofía, habrá algo diferente a lo de antes que creo que es lo que se pedía, ya que el equipo estaba hundido y sin soluciones. Otra cosa es que esta solución sea la panacea y nos consiga llegar al objetivo (esperemos que sí).
Bueno, ese es uno de los análisis que quería compartir, ahora que ya se puede ver la mano de el nuevo "míster". Ya me contaréis.
Los últimos años hemos jugado de manera sobona. Conduciendo mucho el balón y, llegados a los 3/4, intentando jugar al primer toque hasta llegar a la meta. Un par de años nos ha salido especialmente bien este tipo de juego, sin embargo, la cosa cambia esta temporada.
Se puede argumentar que es debido a que los equipos nos conocen y juegan en consonancia. También que el excesivo sobeteo de balón permite que el contrario se compacte y juegue sólido. Por qué no, no es menos cierto que un jugador como Beñat conseguía meterte ese pase que el equipo necesitaba y el cual no ha aparecido en lo que llevamos de campeonato.
Eso es lo que veo que Garrido quiere cambiar: dos, tres toques máximos, rotaciones, paredes, circulación rápida. Que los equipos se vean sorprendidos y tengan dudas a la hora de enfrentarse a nosotros. Se ha podido ver perfectamente los primeros 25 minutos de partido. Reto que cojan el replay y cuenten, cuenten los toques. Vean el resultado: dinamismo, chispa, sorpresa, llegada, gol.
Sin embargo, a esto que llegan los vicios adquiridos, se intenta "dormir el partido". Se abusa del toque, el equipo se vuelve plano, fácil de defender. Los jugadores ya no ven líneas de pase. Se desesperan, empiezan a dudar. Llegan fallos. Los errores se convierten en peligro... Y nos caen dos goles.
Dato positivo: si conseguimos jugar a la velocidad que Garrido quiere, con su filosofía, habrá algo diferente a lo de antes que creo que es lo que se pedía, ya que el equipo estaba hundido y sin soluciones. Otra cosa es que esta solución sea la panacea y nos consiga llegar al objetivo (esperemos que sí).
Bueno, ese es uno de los análisis que quería compartir, ahora que ya se puede ver la mano de el nuevo "míster". Ya me contaréis.
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