Antes que nada, no es mi intención soltar un tocho infumable, solo quiero ofrecer mi pensamiento desde la humildad de un bético cualquiera. Espero que el bético que lea esto lo haga con perspectiva temporal y recuerde las fases por las que ha ido pasando su parecer.
12 de Julio de 2010, Pepe Mel es presentado como nuevo entrenador del Betis. En aquel momento mi desconfianza absoluta en el, por entonces, okupa era también mi desconfianza en Mel. Todos conocemos cómo estaba el club, la institución y el equipo. Pero comienza la liga y las cosas empiezan a funcionar. Más allá de los buenos resultados el juego del equipo es aplaudido por todos, en liga y copa. Llega la primera racha de resultados negativos y el ascenso peligra. Primer cuestionamiento de Mel y dudas. Como todos sabemos, la racha se acaba con el gol de Roversio y el Betis continúa su escalada hacia el ascenso. La dinámica de buenos resultados y buen juego hacen prever que Mel logrará llevar al Betis a primera; es decir, tras las dudas, Mel sale reforzado y logramos ganar la competición y el ascenso con semanas de antelación. En este momento se cristaliza la unión entre la mayoría bética y el entrenador. Surge entonces, lo que yo comparo metafóricamente con encender una vela. Una vela que simboliza mi ilusión por renacer como club, ser por fin un club respetado y moderno, todo de la mano de Pepe Mel, que para algunos como yo llamábamos cariñosamente Melguson, en referencia a la idea de un entrenador de la casa para muchos años que comandara el nuevo Betis.
Llega el salto a primera. El buen arranque del equipo hacía presagiar como mínimo, una temporada tranquila, pero no iba a ser así, ya que una racha de 1 punto de 30 empieza a tambalear el puesto de Mel. Como es lógico, las voces críticas aumentan conforme el equipo se va dejando puntos en el camino. Finalmente, así como ocurrió con el gol de Roversio, los goles de Rubo a pases de Juanma contra el Valencia salvan a Mel y la dinámica cambia. Desde entonces pudimos ver un Betis irregular, pero que no vería peligrar su permanencia y que además haría dos buenos partidos en los derbis, beñatazos incluidos. Termina la temporada y Mel salva la difícil vuelta a la primera división, no sin complicaciones: brisas que no apagan la vela.
Tercera temporada de Mel en el glorioso. Expectación tanto por parte de los defensores como de los detractores del entrenador. Una temporada que no empieza mal, pero que pronto se vería condicionada por el derbi del 5-1. Todo bético sufrió con aquello, para más tarde ganar en ilusión por la recuperación del equipo frente al Madrid y los posteriores resultados que finalmente meterían al Betis en Europa. La satisfacción por el logro conseguido se celebra por todos, pero ya parte del beticismo duda de Mel por la irregularidad y la malísima imagen en los derbis. Se consolidan las corrientes de opinión a favor y en contra de la marcha de Mel. La clasificación europea sirve a Pepe para ser renovado hasta 2017. Una clara apuesta por el técnico para que dirija la nave bética hasta el fin del saneamiento. La vela sigue prendida.
La temporada actual, para mí, es la historia de cómo la vela se consume. Durante mucho tiempo he defendido a Mel, despojándolo de una responsabilidad que veo excesiva con respecto a los malos resultados, todo mientras el clamor popular pide su cese (decapitación para algunos…). Hoy hace dos meses que no veo ganar a mi equipo, pintada de cara del Sevilla incluida, pero además, el juego del equipo es pésimo, y nuestro entrenador nos regala escenas como la reunión con SGS y las repetitivas ruedas de prensa que ya me tocan la moral.
Sigo pensando que hay más culpables que Mel. La planificación, el césped, las lesiones, mala suerte… hay más factores además del entrenador. Pero ayer, reflexionando sobre lo que vi frente al Lyon, voy desmontado otro argumento que mantenía mi vela encendida: y es que ya no veo tanto esto como otra racha del equipo que al final Pepe superará, veo que puede ser necesario un giro brusco de la situación para lograr la permanencia.
En conclusión, creo que el partido del Rayo es muy simbólico si os fijáis. Jugamos contra el peor equipo después de nosotros, en casa y frente a una bestia negra de Mel. Una verdadera prueba para el entrenador. Para mí este partido va a marcar mi postura frente al banquillo: si ganamos al Rayo y se van consiguiendo puntos, estabilizando el equipo, hasta alcanzar los 45, lo apoyaré hasta el final de temporada; si no ganamos al Rayo será la prueba de que Mel ha gastado su última oportunidad, y finalmente, daré un soplo a la vela...
Pd: perdón por el tocho, quien esté aburrido que me lea.
12 de Julio de 2010, Pepe Mel es presentado como nuevo entrenador del Betis. En aquel momento mi desconfianza absoluta en el, por entonces, okupa era también mi desconfianza en Mel. Todos conocemos cómo estaba el club, la institución y el equipo. Pero comienza la liga y las cosas empiezan a funcionar. Más allá de los buenos resultados el juego del equipo es aplaudido por todos, en liga y copa. Llega la primera racha de resultados negativos y el ascenso peligra. Primer cuestionamiento de Mel y dudas. Como todos sabemos, la racha se acaba con el gol de Roversio y el Betis continúa su escalada hacia el ascenso. La dinámica de buenos resultados y buen juego hacen prever que Mel logrará llevar al Betis a primera; es decir, tras las dudas, Mel sale reforzado y logramos ganar la competición y el ascenso con semanas de antelación. En este momento se cristaliza la unión entre la mayoría bética y el entrenador. Surge entonces, lo que yo comparo metafóricamente con encender una vela. Una vela que simboliza mi ilusión por renacer como club, ser por fin un club respetado y moderno, todo de la mano de Pepe Mel, que para algunos como yo llamábamos cariñosamente Melguson, en referencia a la idea de un entrenador de la casa para muchos años que comandara el nuevo Betis.
Llega el salto a primera. El buen arranque del equipo hacía presagiar como mínimo, una temporada tranquila, pero no iba a ser así, ya que una racha de 1 punto de 30 empieza a tambalear el puesto de Mel. Como es lógico, las voces críticas aumentan conforme el equipo se va dejando puntos en el camino. Finalmente, así como ocurrió con el gol de Roversio, los goles de Rubo a pases de Juanma contra el Valencia salvan a Mel y la dinámica cambia. Desde entonces pudimos ver un Betis irregular, pero que no vería peligrar su permanencia y que además haría dos buenos partidos en los derbis, beñatazos incluidos. Termina la temporada y Mel salva la difícil vuelta a la primera división, no sin complicaciones: brisas que no apagan la vela.
Tercera temporada de Mel en el glorioso. Expectación tanto por parte de los defensores como de los detractores del entrenador. Una temporada que no empieza mal, pero que pronto se vería condicionada por el derbi del 5-1. Todo bético sufrió con aquello, para más tarde ganar en ilusión por la recuperación del equipo frente al Madrid y los posteriores resultados que finalmente meterían al Betis en Europa. La satisfacción por el logro conseguido se celebra por todos, pero ya parte del beticismo duda de Mel por la irregularidad y la malísima imagen en los derbis. Se consolidan las corrientes de opinión a favor y en contra de la marcha de Mel. La clasificación europea sirve a Pepe para ser renovado hasta 2017. Una clara apuesta por el técnico para que dirija la nave bética hasta el fin del saneamiento. La vela sigue prendida.
La temporada actual, para mí, es la historia de cómo la vela se consume. Durante mucho tiempo he defendido a Mel, despojándolo de una responsabilidad que veo excesiva con respecto a los malos resultados, todo mientras el clamor popular pide su cese (decapitación para algunos…). Hoy hace dos meses que no veo ganar a mi equipo, pintada de cara del Sevilla incluida, pero además, el juego del equipo es pésimo, y nuestro entrenador nos regala escenas como la reunión con SGS y las repetitivas ruedas de prensa que ya me tocan la moral.
Sigo pensando que hay más culpables que Mel. La planificación, el césped, las lesiones, mala suerte… hay más factores además del entrenador. Pero ayer, reflexionando sobre lo que vi frente al Lyon, voy desmontado otro argumento que mantenía mi vela encendida: y es que ya no veo tanto esto como otra racha del equipo que al final Pepe superará, veo que puede ser necesario un giro brusco de la situación para lograr la permanencia.
En conclusión, creo que el partido del Rayo es muy simbólico si os fijáis. Jugamos contra el peor equipo después de nosotros, en casa y frente a una bestia negra de Mel. Una verdadera prueba para el entrenador. Para mí este partido va a marcar mi postura frente al banquillo: si ganamos al Rayo y se van consiguiendo puntos, estabilizando el equipo, hasta alcanzar los 45, lo apoyaré hasta el final de temporada; si no ganamos al Rayo será la prueba de que Mel ha gastado su última oportunidad, y finalmente, daré un soplo a la vela...
Pd: perdón por el tocho, quien esté aburrido que me lea.
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