Malas noticias para Eder Vilarchao. El vasco, que estaba en la fase final de su recuperación y que hace un par de semanas regresaba felizmente al trabajo del equipo, ha visto cómo los últimos días ha dado un retroceso importante y, ante la falta de soluciones, se plantea tener que ser tratatado en Barcelona por el doctor Ramón Cugat. Y es que el zurdo, una vez que logró ponerse a las órdenes de Pepe Mel, ha visto cómo la articulación ha dado señales de que no está del todo bien. Las pruebas que le han realizado detectan que el cartílago no ha regenerado del todo y sufre dolor intenso, por lo que ha tenido que parar y por ello no fue a Montecastillo y en estos días está haciendo un tratamiento especial a la espera de otras pruebas complementarias que se le realizarán en breve. Mientras, el jugador asume resignado ante el presente pero con confianza en un futuro mejor toda esta delicada situación.
Un último tweet del 19 de noviembre con la escueta frase de «no entiendo nada» resume su estado de ánimo en el momento en el que le comunicaron las peores noticias. Y es que el vasco ha trabajado mucho desde que se operó en verano para llegar a entrenarse con el equipo. Al tercer día notó un fuerte dolor ya que, según las pruebas, la falta de regeneración completa del cartílago hacía que el astrágalo le rozara y generara unas molestias que no le permitían seguir. Es un problema importante ya que se reproduce sólo al hacer fútbol, puesto que el centrocampista realiza ahora trabajo de gimnasio, carrera y piscina sin problemas, pero es cuando se pone en contacto con el balón cuando sufre. Sus sensaciones futbolísticas eran buenas y realizó tres entrenamientos positivos, pero ahora debe parar y someterse a nuevos tratamientos.
Un tornillo "olvidado"
Un detalle significativo es que en las pruebas de las últimas semanas se detectó en el tobillo de Vilarchao restos de uno de los tornillos que se le colocaron en su día para recuperar a la articulación pero que habían sido retirados, por lo que se ve, sin éxito aunque se ha determinado que esta circunstancia no afecta a su dolencia actual. El cirujano Santiago Pérez Hidalgo fue quien intervino en las dos ocasiones al jugador vasco, la primera en la «reducción de la fractura articular en la metáfisis distal de la tibia», realizada por cirugía abierta y con dos osteosíntesis, en enero de este año; y la segunda, a finales de julio cuando se sometió a una artroscopia para «retirarle los dos tornillos que tenía y existía una fractura consolidada y hemos realizado una limpieza articular del cartílago dañado», en palabras del propio Pérez Hidalgo.
El caso es que Vilarchao ha tenido que frenar su evolución tras varios meses de intenso trabajo de recuperación y se abre una gran incógnita sobre su futuro deportivo. El club le renovó el contrato nada más lesionarse por vez primera y tenía las esperanzas de incorporarlo al primer equipo en enero o buscarle una cesión para que fuera ganando minutos y regresara consolidado. Sin embargo, este contratiempo con final indeterminado en plazos provocará que tenga que ser examinado, si los últimos tratamientos no prosperan, por el doctor Cugat y se alargue su posible regreso. Un ejemplo cercano de recuperación en una lesión de cartílagos se encuentra en el sevillista Trochowski, que estuvo un año sin jugar, fue tratado en Estados Unidos y ha vuelto felizmente al fútbol de primer nivel.
Vilarchao sigue con dolor y podría ser tratado por Cugat
Un último tweet del 19 de noviembre con la escueta frase de «no entiendo nada» resume su estado de ánimo en el momento en el que le comunicaron las peores noticias. Y es que el vasco ha trabajado mucho desde que se operó en verano para llegar a entrenarse con el equipo. Al tercer día notó un fuerte dolor ya que, según las pruebas, la falta de regeneración completa del cartílago hacía que el astrágalo le rozara y generara unas molestias que no le permitían seguir. Es un problema importante ya que se reproduce sólo al hacer fútbol, puesto que el centrocampista realiza ahora trabajo de gimnasio, carrera y piscina sin problemas, pero es cuando se pone en contacto con el balón cuando sufre. Sus sensaciones futbolísticas eran buenas y realizó tres entrenamientos positivos, pero ahora debe parar y someterse a nuevos tratamientos.
Un tornillo "olvidado"
Un detalle significativo es que en las pruebas de las últimas semanas se detectó en el tobillo de Vilarchao restos de uno de los tornillos que se le colocaron en su día para recuperar a la articulación pero que habían sido retirados, por lo que se ve, sin éxito aunque se ha determinado que esta circunstancia no afecta a su dolencia actual. El cirujano Santiago Pérez Hidalgo fue quien intervino en las dos ocasiones al jugador vasco, la primera en la «reducción de la fractura articular en la metáfisis distal de la tibia», realizada por cirugía abierta y con dos osteosíntesis, en enero de este año; y la segunda, a finales de julio cuando se sometió a una artroscopia para «retirarle los dos tornillos que tenía y existía una fractura consolidada y hemos realizado una limpieza articular del cartílago dañado», en palabras del propio Pérez Hidalgo.
El caso es que Vilarchao ha tenido que frenar su evolución tras varios meses de intenso trabajo de recuperación y se abre una gran incógnita sobre su futuro deportivo. El club le renovó el contrato nada más lesionarse por vez primera y tenía las esperanzas de incorporarlo al primer equipo en enero o buscarle una cesión para que fuera ganando minutos y regresara consolidado. Sin embargo, este contratiempo con final indeterminado en plazos provocará que tenga que ser examinado, si los últimos tratamientos no prosperan, por el doctor Cugat y se alargue su posible regreso. Un ejemplo cercano de recuperación en una lesión de cartílagos se encuentra en el sevillista Trochowski, que estuvo un año sin jugar, fue tratado en Estados Unidos y ha vuelto felizmente al fútbol de primer nivel.
Vilarchao sigue con dolor y podría ser tratado por Cugat
Comentario