Lo primero es tener todas las piezas necesarias. Estaría feo que a mitad del ensamblaje descubriesemos que nos falta una manecilla.
Lo segundo, engrasarlas bien. Es importante que todas las piezas lleguen en un estado óptimo para el ensamblaje. De no ser así, habrá que esperar para ver el perfecto funcionamiento del reloj.
Tercero y muy importante, encontrar el sitio correcto de cada pieza. No todas la piezas valen para todo, y en el mundo de los relojes hay veces que la pieza que creímos a priori seria una gran esfera resulta que funciona mejor como tapa. El relojero deberá decidir sobre estos aspectos.
Paciencia y mimo. Sobre todo con las piezas recién salidas de fábrica. Éstas tienden a chirriar bastante al principio, pues no están pulidas ni tan rodadas como las más antiguas. Será clave tener paciencia con ellas, pues de ellas dependerá que el reloj funcione también mañana. Eso sí, si se observa que las piezas nuevas no terminan de encajar, ha de darseles una salida digna. Quizás en otros relojes cuajen.
Quinto lugar para las piezas salidas de otros relojes. Al igual que con las piezas nuevas ha de tenerse paciencia con ellas. No es lo mismo funcionar en un Casio que hacerlo ahora en un Rolex. Habrá que darles un tiempo de adaptación y permitir que el engranaje sea perfecto con las piezas más veteranas de nuestro reloj. Al igual que con las nuevas, si pasado un tiempo vemos que el funcionamiento no es el adecuado, ha de darseles una salida digna.
Sexto. Señor relojero, recuerde que hasta el más tonto hace relojes. No por ello debe desesperar. Si su vecino ha reunido muchas piezas y parece que de momento funcionan y usted aún no se siente seguro con su aparato, tranquilo, un reloj no se hace en cinco minutos y por supuesto, el reloj bueno es aquel que dura muchos años, no el que le da la hora durante un rato. Deje un buen reloj en herencia para el que venga detrás.
Por último y no por ello menos importante. Recuerde dar cuerda a su reloj habitualmente. Las piezas de un reloj tienden a estancarse con el funcionamiento continuado. Si observa que su reloj comienza a pararse, no dude en dar cuerda y engrasar sus piezas de nuevo. Si esto no diese resultado, pruebe a cambiar piezas por los repuestos adquiridos antes del ensamblaje.
P.D.- Señor relojero, muchos criticarán su trabajo, no haga caso. No todo el mundo se da cuenta que la segunda vez que se le pide la hora a un reloj nuevo, éste puede fallar. Suerte y regálenos una temporada puntual!!
Pues eso niños y niñas, a buen entendedor...
Lo segundo, engrasarlas bien. Es importante que todas las piezas lleguen en un estado óptimo para el ensamblaje. De no ser así, habrá que esperar para ver el perfecto funcionamiento del reloj.
Tercero y muy importante, encontrar el sitio correcto de cada pieza. No todas la piezas valen para todo, y en el mundo de los relojes hay veces que la pieza que creímos a priori seria una gran esfera resulta que funciona mejor como tapa. El relojero deberá decidir sobre estos aspectos.
Paciencia y mimo. Sobre todo con las piezas recién salidas de fábrica. Éstas tienden a chirriar bastante al principio, pues no están pulidas ni tan rodadas como las más antiguas. Será clave tener paciencia con ellas, pues de ellas dependerá que el reloj funcione también mañana. Eso sí, si se observa que las piezas nuevas no terminan de encajar, ha de darseles una salida digna. Quizás en otros relojes cuajen.
Quinto lugar para las piezas salidas de otros relojes. Al igual que con las piezas nuevas ha de tenerse paciencia con ellas. No es lo mismo funcionar en un Casio que hacerlo ahora en un Rolex. Habrá que darles un tiempo de adaptación y permitir que el engranaje sea perfecto con las piezas más veteranas de nuestro reloj. Al igual que con las nuevas, si pasado un tiempo vemos que el funcionamiento no es el adecuado, ha de darseles una salida digna.
Sexto. Señor relojero, recuerde que hasta el más tonto hace relojes. No por ello debe desesperar. Si su vecino ha reunido muchas piezas y parece que de momento funcionan y usted aún no se siente seguro con su aparato, tranquilo, un reloj no se hace en cinco minutos y por supuesto, el reloj bueno es aquel que dura muchos años, no el que le da la hora durante un rato. Deje un buen reloj en herencia para el que venga detrás.
Por último y no por ello menos importante. Recuerde dar cuerda a su reloj habitualmente. Las piezas de un reloj tienden a estancarse con el funcionamiento continuado. Si observa que su reloj comienza a pararse, no dude en dar cuerda y engrasar sus piezas de nuevo. Si esto no diese resultado, pruebe a cambiar piezas por los repuestos adquiridos antes del ensamblaje.
P.D.- Señor relojero, muchos criticarán su trabajo, no haga caso. No todo el mundo se da cuenta que la segunda vez que se le pide la hora a un reloj nuevo, éste puede fallar. Suerte y regálenos una temporada puntual!!
Pues eso niños y niñas, a buen entendedor...
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