Re: La Grandeza del Betis (por Antonio GP).
Cuando se confunden las churras con las merinas, ocurre lo que ocurre. Y lo peor de todo, es hacia donde deriva el posterior debate suscitado.
El Real Betis Balompié, nuestro Betis, ha sido lo que fue, es como es y será como quiera que sea el beticismo. Y dentro del beticismo, dado su patente caracter universal y heterogéneo, hay tal diversidad en todos los aspectos, sentidos y formas posibles, como para, si quiera, pretender esbozar un patrón o molde bajo el cual definirlos a todos, más allá de ser... béticos.
Está muy bien hablar de nuestra historia, del título de "Real" concedido por el entonces monarca, Alfonso XIII, al Betis FC en 1914, del origen del escudo de las 13 barras verdiblancas (o XIII, según se quiera interpretar) elegido a la par que los avatares históricos y nueva forma del Estado imponían la supresión de símbolos y elementos monárquicos.
Pero de ahí a trascender su exclusivo ámbito histórico (el correspondiente al momento y forma de ser, pensar y vivir el beticismo de aquellas personas) y pretender hacer de ello norma de cómo ha de ser, pensar y sentir el beticismo hoy y en el futuro, va un trecho, una distancia aún mayor que la que separan en el tiempo las distintas épocas. Más aún, cuando -como antes escribí-, la universalidad del beticismo implica una gran variedad y heterogeneidad, y ahí sí encuentro yo un rasgo y elemento propio de nuestra grandeza.
Viva el Real Betis Balompié. El de ayer, el de hoy y el del mañana.
Cuando se confunden las churras con las merinas, ocurre lo que ocurre. Y lo peor de todo, es hacia donde deriva el posterior debate suscitado.
El Real Betis Balompié, nuestro Betis, ha sido lo que fue, es como es y será como quiera que sea el beticismo. Y dentro del beticismo, dado su patente caracter universal y heterogéneo, hay tal diversidad en todos los aspectos, sentidos y formas posibles, como para, si quiera, pretender esbozar un patrón o molde bajo el cual definirlos a todos, más allá de ser... béticos.
Está muy bien hablar de nuestra historia, del título de "Real" concedido por el entonces monarca, Alfonso XIII, al Betis FC en 1914, del origen del escudo de las 13 barras verdiblancas (o XIII, según se quiera interpretar) elegido a la par que los avatares históricos y nueva forma del Estado imponían la supresión de símbolos y elementos monárquicos.
Pero de ahí a trascender su exclusivo ámbito histórico (el correspondiente al momento y forma de ser, pensar y vivir el beticismo de aquellas personas) y pretender hacer de ello norma de cómo ha de ser, pensar y sentir el beticismo hoy y en el futuro, va un trecho, una distancia aún mayor que la que separan en el tiempo las distintas épocas. Más aún, cuando -como antes escribí-, la universalidad del beticismo implica una gran variedad y heterogeneidad, y ahí sí encuentro yo un rasgo y elemento propio de nuestra grandeza.
Viva el Real Betis Balompié. El de ayer, el de hoy y el del mañana.
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