Desde tiempo inmemorial el Betis fue Betis porque así lo quisieron los romanos. Ya era grande. Después, los árabes hicieron justicia y lo llamaron el "Río Grande" (Guadalquivir). Oficialmente confirmado. Más tarde, el Betis quiso revindicar su grandeza como antaño, con el nombre de Betis. Así fue, en 1907 nació el Balompié y en 1909 el Betis F.C. Alfonso XIII hizo el resto en 1914.
Y nació grande, porque no tuvo infancia; y nació grande, porque con pocos recursos lo ganaba todo en los primeros años; y nació grande, porque era una formación de aspectos sencillos y nobles; y nació grande, porque, desde el principio, respiraba llaneza y camaradería; y así nació lo que demandaba Sevilla, Andalucía, España y el mundo. Nació lo más grande, el sentimiento más bonito del mundo: el beticismo.
Un Betis muy español: Balompié. Un Betis muy andaluz: Verdiblanco. Un Betis muy sevillano: El río. Un Betis muy "british": Harry Jones. Un Betis muy monárquico: Alfonso XIII. Un Betis muy noble: Sus marqueses, duques y condes fundadores. Un Betis muy Noble: el pueblo llano. Un Betis muy artista: De Ignacio Sánchez Mejías a Curro Romero.
La madre del Rey Juan Carlos era bética. La Duquesa de Alba y la de Medinaceli. Cantaores flamencos, toreros, tonadilleras... Escritores, con mayúsculas: De nuevo Mejías, Montoto, Hernández, Burgos, Murube... Este último afirmó que "el Betis era lo más sevillano de Sevilla", y lo argumentó.
Entre Arandas, Urquiagas, Aresos, Aedos, Del Soles, Benítez, Cardeñosas, Gordillos, Alfonsos o Joaquines, el Betis es admirado por toda la nación española. El Betis es grande por naturaleza. Es extravagante, fuera de lo común, antirutinario, anormal, distinto, diferente. El sevillano de verdad, el de arte, verás que es bético. No se sabe por qué, no preguntároslo.
Sólo se sabe que es grande. Así lo quisimos, queremos y querremos. Un bético no debe anteponerse a los títulos materiales del rival, al revés, hay que aplaudirle. El título innato y más noble del Betis es la grandeza: bajando a Segunda, ¡Betis, Betis!; aún en Tercera, ¡manquepierda, manquepierda!; en Primera y en el puesto 19º, cuarenta mil almas...
Si el bético hubiese querido títulos, que no Títulos, se hubiera hecho del Madrid, ¿no creéis? ¿Qué más queremos, béticos? Lo tenemos todo. Una cosa es clara, querido lector, allí donde esté habrá un bético, y gritará a los cuatro vientos...más allá de la frontera: ¡Viva er Beti manquepierda!
(Sacado de El Desmarque).
Y nació grande, porque no tuvo infancia; y nació grande, porque con pocos recursos lo ganaba todo en los primeros años; y nació grande, porque era una formación de aspectos sencillos y nobles; y nació grande, porque, desde el principio, respiraba llaneza y camaradería; y así nació lo que demandaba Sevilla, Andalucía, España y el mundo. Nació lo más grande, el sentimiento más bonito del mundo: el beticismo.
Un Betis muy español: Balompié. Un Betis muy andaluz: Verdiblanco. Un Betis muy sevillano: El río. Un Betis muy "british": Harry Jones. Un Betis muy monárquico: Alfonso XIII. Un Betis muy noble: Sus marqueses, duques y condes fundadores. Un Betis muy Noble: el pueblo llano. Un Betis muy artista: De Ignacio Sánchez Mejías a Curro Romero.
La madre del Rey Juan Carlos era bética. La Duquesa de Alba y la de Medinaceli. Cantaores flamencos, toreros, tonadilleras... Escritores, con mayúsculas: De nuevo Mejías, Montoto, Hernández, Burgos, Murube... Este último afirmó que "el Betis era lo más sevillano de Sevilla", y lo argumentó.
Entre Arandas, Urquiagas, Aresos, Aedos, Del Soles, Benítez, Cardeñosas, Gordillos, Alfonsos o Joaquines, el Betis es admirado por toda la nación española. El Betis es grande por naturaleza. Es extravagante, fuera de lo común, antirutinario, anormal, distinto, diferente. El sevillano de verdad, el de arte, verás que es bético. No se sabe por qué, no preguntároslo.
Sólo se sabe que es grande. Así lo quisimos, queremos y querremos. Un bético no debe anteponerse a los títulos materiales del rival, al revés, hay que aplaudirle. El título innato y más noble del Betis es la grandeza: bajando a Segunda, ¡Betis, Betis!; aún en Tercera, ¡manquepierda, manquepierda!; en Primera y en el puesto 19º, cuarenta mil almas...
Si el bético hubiese querido títulos, que no Títulos, se hubiera hecho del Madrid, ¿no creéis? ¿Qué más queremos, béticos? Lo tenemos todo. Una cosa es clara, querido lector, allí donde esté habrá un bético, y gritará a los cuatro vientos...más allá de la frontera: ¡Viva er Beti manquepierda!
(Sacado de El Desmarque).
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