Su final de temporada cambió las bocas abiertas para criticar por las de admiración por su fútbol. Su primer año en verdiblanco fue un compendio de malentendidos, infortunios, lesiones y desaplicaciones que desdibujaron el fútbol que tenía en sus botas. Un año perdido y un año ganado. Una temporada sin la aportación de Nosa pero un curso de universidad en la vida de este nigeriano de 22 años que apunta a futbolista importante en la Liga. Fuerte, talentoso, con personalidad. El Betis le va a dar una de las llaves del funcionamiento de su equipo. Es pieza clave. Se fue Beñat y llegó Verdú para ocupar su importancia, pero su papel en el campo es el de Nosa, muy diferente al vasco en virtudes y defectos aunque igualmente determinante. Se siente como si fuera nuevo con tantos cambios en el equipo y, sobre todo, por sus ganas de tener una campaña normal y que todos conozcan al verdadero Nosa.

«Ahora todo va perfectamente bien. Vamos creciendo poco a poco como equipo, nos conocemos más y estamos en el camino correcto», comienza el africano, que recibe «buenas vibraciones» de cómo se comporta el equipo y empuja a un lado a la incertidumbre por tanto cambio en un grupo que aún está por ver cómo se va a comportar en la competición. «Hemos perdido a doce jugadores y se puede decir que no será lo mismo, pero yo creo que podemos mejorar. Los que han llegado nuevos son muy buenos y echaremos de menos a algunos que se fueron como Beñat o Cañas, pero si seguimos en este camino de compenetración llegaremos lejos esta temporada», manifiesta el centrocampista, quien sabe que esta temporada la exigencia va a ser «dura» por estar embarcados en «tres competiciones». Acepta el reto En todo caso, se siente preparado y asocia su papel rápidamente al de «key player», jugador determinante. Lo está siendo en este verano de tanta progresión para él. Mel lo ve ahí y Nosa acepta el reto. «Lo he sido en todos mis equipos, pero ese rol no me lo voy a adjudicar yo mismo. Si juego, creceré y el equipo lo hará conmigo. Yo no me autoproclamo nada. Eso es algo natural, sale solo. Es el mejor camino. Cuando fui mejorando en Noruega no pensaba serlo. Llega con la confianza. Lo mismo me pasó en Israel. Nadie me conocía pero poco a poco crecí. Ahora empiezo igual. Ya saldrá», señala con madurez, al tiempo que expresa su gran deseo: «No puedo negar que el fútbol es mi pasión. Si tengo libertad en el campo y no tengo presión, voy a ser mejor. Necesito ser libre y tener la confianza de todos. Si el entrenador me la da, llegaré más lejos. También los compañeros. Si no llega, me vendré abajo». ¿Y la percibe ahora? «Está creciendo, es cierto. No está ahora en el máximo, pero va hacia arriba. Tenemos que competir y ahí se verá cómo va todo. Esto lleva un tiempo porque tenemos que conocernos bien todos».

«Me siento casi como un fichaje. Soy nuevo en muchas cosas porque la temporada pasada no fue normal, no tuve la oportunidad de demostrar quién soy. Cuando jugué me lesioné, la selección, los problemas...», señala el africano, quien va a formar una sociedad interesantísima con Verdú en el centro del campo, la zona de creación de un equipo que quiere jugar al ataque. «Joan tiene mucha experiencia. No hay duda de que es el tipo de jugador al que tengo que mirar porque soy joven. Me fijo en lo que hace cada día. Como persona me gusta y en el campo me encanta cómo juega. Quiero que coincidamos y que nos entendamos. Pensamos de la misma manera, vemos el mismo fútbol. Es muy fácil jugar con él. Es muy inteligente. Es un espejo en el que tengo que mirarme», sostiene Nosa, quien acepta el reto de sustituir a Beñat, ya que Mel espera que ocupe su puesto en el campo, aunque comparte esa responsabilidad con Verdú, evidentemente: «Es un desafío importante, pero es mi posición. El año pasado vine para jugar ahí pero no pude hacerlo por diferentes circunstancias. La primera temporada nunca es fácil porque tienes que empezar a saber qué quiere el entrenador de ti. Ahora no tengo ninguna presión por la marcha de Beñat. Si tengo la oportunidad de jugar no pensaré cómo lo haría Beñat en mi puesto. Le respeto, es un gran jugador, pero yo soy Nosa. Jugaré como Nosa y no como Beñat. Considero que es la mejor manera de hacer las cosas». Mejorar su español, clave Para la compenetración, Nosa debe mejorar su español. Apenas utiliza unas palabras y su comunicación no es muy fluida con el grupo, aunque siempre tiene una sonrisa dispuesta para facilitar las cosas. «Voy poco a poco (sus únicas palabras en castellano en la entrevista). Después de la pretemporada, cuando regresemos a Sevilla, ya tendré un profesor de español. Para ser honesto sólo sé unas palabras y no es suficiente. No puedo hablar bien pero si el entrenador nos dice algo cojo el 60 por ciento de lo que dice», asegura el nigeriano, que ve cómo el técnico hace esfuerzos para hablarle en inglés. «Si hacemos una competición sobre quién aprenderá antes el idioma, seguro que yo hablaré español antes que él inglés», afirma soltando una carcajada. Una fina lluvia suspende la entrevista y en el camino a los salones del hotel confiesa Nosa que le encanta este clima británico. «Nosotros hacíamos las pretemporadas en Polonia y no estaba nada mal», añade. En cuanto al idioma, este verano sí se encuentra Nosa con más compañeros con los que puede hablar en inglés y eso facilita su integración: «Están Andersen, Steinhöfer y Perquis. Todos nos podemos ayudar. A los nuevos les explicamos cómo es el equipo y así es más fácil. La pasada temporada sí fue complicada para mí porque prácticamente estaba solo».

Por último, uno de los incidentes de la pretemporada en Inglaterra le recordó a Nosa un mal momento de la campaña anterior. Fue cuando Cedrick tuvo que regresar a España por problemas con su visado: «Cuando le pararon me sentí muy mal por él porque sé lo que significa eso y te hace enloquecer. Me sentí muy mal pero para mí ese incidente que me pasó me enseñó una lección y siempre estaré viéndolo todo de una manera diferente».

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