De esta me echan, pero me sacrifico.
Desde siempre, me ha atraído la erótica del fútbol. Pero lo de "desangrarnos por detrás" por el tema del mediocentro, me ha estimulado, más allá de lo normal, en estas tórridas jornadas veraniegas. Despierta en mí compulsiones freudianas e imágenes que prefiero no mencionar. Hace un mes nos íbamos a desangrar por el lateral derecho, luego por los centrales y luego por los delanteros. Ahora, por el mediocentro.
Los dos mediocentros más eróticos que he visto en mi vida fueron los del Celta: Makelele y Mazinho. Ambos eran eróticos. Makelele por razones obvias (sabidas por todos los que siguen el fútbol), y Mazinho, que era un mediocentro defensivo que jugaba al fútbol como los ángeles. Tenía un movimiento de caderas brasileiro, que hacía que siempre, hubiera algún estúpido mirándole las nalgas, cual europeo hechizado por las garotas en el carnaval de Río.
Busco en el Betis y no encuentro erotismo semejante: el de Juande Ramos tenía de mediocentro defensivo a un tal Ito, que ni rellenaba la camiseta ni sabía mover las caderas. El siguiente mejor Betis que recuerdo fue el de la Copa, donde jugaba un tal Arzu, cuya única nota erótica era que tenía buen tipo sin exagerar, y que se ponía una diadema. Defender no defendía; tampoco atacaba -lo que los periodistas sevillanos llamaron durante lustros un "jugador completo". Ni menciono el Betis que tenía a Alexis como mediocentro -ya sería crueldad.
Vamos, que erotismo erotismo, tampoco hemos tenido mucho.
Iriney, por ejemplo: tampoco llenaba la camiseta, y perdía la posición muchas veces. Salvo sus caras de pirata al abordaje, no encontré nunca demasiada sensualidad en él. Juego por alto: 0. Capacidad de meterse entre los centrales: 0. Cañas -que era una especie de Poulsen porretilla- lo mejoró basculando y sin correr tanto, más allá de su bajada de rendimiento en los últimos meses.
El año pasado se pidió un mediocentro que rellenara la camiseta, que marcara pezones. No vino -Nosa rellena la mar de bien, pero no es defensivo estrictamente hablando- y este año se requiere que no sólo vuelva a ser erótico -alto, fuerte, que rellene la camiseta con enhiestos pezones- sino que además, tenga veteranía. Por supuesto, todo esto surge porque un chileno nada erótico -Reyes- no puede ni de narices ser un buen mediocentro. Bajito y feúcho, preferimos un nórdico o un africano macizo.
Salvo que... esos nórdicos o africanos que suenan, ¿cuál es la razón de que gusten? Ninguno se parece nada al otro salvo por la edad, unos hacen la raya, otros presionan, otros se meten entre los centrales...
Yo sé en qué se parecen: son caros.
La erótica del dinero, vaya. Si es caro, nos parece bien; si no, grave irresponsabilidad a la hora de hacer el equipo.
Lo demás da igual. El sistema, el tipo de jugador, la salida con el balón... que sea caro, y será erótico.
Un erótico saludo a todos.
Desde siempre, me ha atraído la erótica del fútbol. Pero lo de "desangrarnos por detrás" por el tema del mediocentro, me ha estimulado, más allá de lo normal, en estas tórridas jornadas veraniegas. Despierta en mí compulsiones freudianas e imágenes que prefiero no mencionar. Hace un mes nos íbamos a desangrar por el lateral derecho, luego por los centrales y luego por los delanteros. Ahora, por el mediocentro.
Los dos mediocentros más eróticos que he visto en mi vida fueron los del Celta: Makelele y Mazinho. Ambos eran eróticos. Makelele por razones obvias (sabidas por todos los que siguen el fútbol), y Mazinho, que era un mediocentro defensivo que jugaba al fútbol como los ángeles. Tenía un movimiento de caderas brasileiro, que hacía que siempre, hubiera algún estúpido mirándole las nalgas, cual europeo hechizado por las garotas en el carnaval de Río.
Busco en el Betis y no encuentro erotismo semejante: el de Juande Ramos tenía de mediocentro defensivo a un tal Ito, que ni rellenaba la camiseta ni sabía mover las caderas. El siguiente mejor Betis que recuerdo fue el de la Copa, donde jugaba un tal Arzu, cuya única nota erótica era que tenía buen tipo sin exagerar, y que se ponía una diadema. Defender no defendía; tampoco atacaba -lo que los periodistas sevillanos llamaron durante lustros un "jugador completo". Ni menciono el Betis que tenía a Alexis como mediocentro -ya sería crueldad.
Vamos, que erotismo erotismo, tampoco hemos tenido mucho.
Iriney, por ejemplo: tampoco llenaba la camiseta, y perdía la posición muchas veces. Salvo sus caras de pirata al abordaje, no encontré nunca demasiada sensualidad en él. Juego por alto: 0. Capacidad de meterse entre los centrales: 0. Cañas -que era una especie de Poulsen porretilla- lo mejoró basculando y sin correr tanto, más allá de su bajada de rendimiento en los últimos meses.
El año pasado se pidió un mediocentro que rellenara la camiseta, que marcara pezones. No vino -Nosa rellena la mar de bien, pero no es defensivo estrictamente hablando- y este año se requiere que no sólo vuelva a ser erótico -alto, fuerte, que rellene la camiseta con enhiestos pezones- sino que además, tenga veteranía. Por supuesto, todo esto surge porque un chileno nada erótico -Reyes- no puede ni de narices ser un buen mediocentro. Bajito y feúcho, preferimos un nórdico o un africano macizo.
Salvo que... esos nórdicos o africanos que suenan, ¿cuál es la razón de que gusten? Ninguno se parece nada al otro salvo por la edad, unos hacen la raya, otros presionan, otros se meten entre los centrales...
Yo sé en qué se parecen: son caros.
La erótica del dinero, vaya. Si es caro, nos parece bien; si no, grave irresponsabilidad a la hora de hacer el equipo.
Lo demás da igual. El sistema, el tipo de jugador, la salida con el balón... que sea caro, y será erótico.
Un erótico saludo a todos.
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