"El Betis te da cosas que no vive ni el presidente del Gobierno"
Acaba de cumplir dos años como presidente del Betis, el equipo que le quitaba el sueño como aficionado y que ahora le da tantas satisfacciones como le roba tiempo con su familia y su empresa. Es la imagen de los nuevos tiempos, del club que querían todos, de la visión de empresa del fútbol, de las buenas formas, del respeto, de la gestión eficiente. Miguel Guillén Vallejo (Sevilla, 1968) es un broker del aceite que ya no necesita presentación en el mundo del balompié y que responde a todas las preguntas con firmeza o con sonrisa, según lo que sea preciso. Mira al horizonte y ve prosperidad en Heliópolis, su casa.
—¿Qué balance hace de los dos años de su gestión?
—Bastante positivo. Y todo ha sido gracias al apoyo de los béticos. Estamos en el camino de recuperar el Betis de toda la vida. Con un crecimiento sostenible, sin grandes sobresaltos, que en lo social tiene paz y en lo institucional empieza a estar representado como debía, con presencia en todos los organismos y cierto reconocimiento. Percibo que hay cariño hacia el Betis. Estamos en el camino de normalizar la institución pero nos faltan muchas cosas. Hay que hacer que crezca la marca Betis, los ingresos que no son de la televisión, la relación con los socios, consolidar al Betis en la elite... Y el tema societario.
—En ese sentido, usted y su consejo han gobernado siempre el club sin mirar su caducidad en el cargo pero hay avances judiciales y el siguiente cambio se avecina.
—El horizonte temporal se va estrechando pero la actitud es la misma. En teoría veníamos para 40 días. Tenemos la tranquilidad de que el que venga sabrá sin problema todas las decisiones que hemos tomado porque no tenemos nada que esconder.
—¿Le preocupa que las siguientes manos que tomen el club deshagan el proyecto actual?
—No debemos pensar en lo que haga el que venga. Si no, no podemos trabajar. Igual que no me puse fecha para empezar en mi labor como presidente, tampoco me la pongo para terminar. Todo puede ir en función de las decisiones de los juzgados.
—¿Viven algo de desgaste?
—Lógicamente, uno se desgasta porque la labor es continua, no para. Cuando llegue el momento asumiré con cierta gratitud poder volver a dedicarme el cien por cien a la familia y mis negocios.
—Bosch ya ha dicho que no seguiría tras esta etapa, ¿y usted?
—No integraré otra directiva. Lo tengo muy claro, meridianamente claro. He venido a cumplir con mis obligaciones en un periodo de transición y cuando se acabe se acabó. Eso lo tengo bastante claro, es algo que no procede. Hay mucha gente capacitada en la ciudad para ser presidente del Betis y me hace gracia que se diga que sólo hay cuatro cuando es todo lo contrario. No hay que obsesionarse con que lo que hay ahora es lo único válido. Hace un tiempo pensábamos que si el señor que estaba aquí se iba, el barco se hundía y el tiempo ha demostrado que no era así. Hay gente con una capacidad de trabajo enorme. Eso sí, ser presidente del Betis es una experiencia maravillosa, apartando la responsabilidad, que es enorme. No es lo mismo ser presidente del Betis en una situación normalizada que con un club como estaba y una deuda de cien millones de euros, un escenario poco favorable, ruptura total... Se trata de una experiencia única, pero tiene un desgaste. Desde que salí de mi localidad de Primer Anfiteatro, no he vuelto a disfrutar de un partido de fútbol. No puedo disfrutar, estoy viendo otra cosa: lo que representa para tantos béticos, las cuentas, los objetivos de la permanencia, los ingresos televisivos, un calendario de pagos… Con esa responsabilidad no puede estar pendiente de cómo juega el equipo. Aun así, te da cosas que no te lo da nada más. Ni presidente del Gobierno, ni alcalde de Sevilla, ni parlamentario… El fútbol en general y el Betis en particular. El cariño que te dan los béticos, la felicidad que te transmiten. Es impagable.
—Entonces, ¿no participará en una compra masiva de acciones del club si éstas están disponibles?
—Me gustaría tener mis acciones para ayudar al club, pero siempre con un paquete normalito, al que puede acceder cualquier persona hoy en día, pero no tengo capacidad para ser un máximo accionista. Ayudar, sí.
—Se ve su gestión plagada de aciertos pero, ¿qué errores han cometido?
—Desde no acertar con una campaña de abonos a no haber dado con la persona adecuada para el crecimiento continuo de la entidad, por ejemplo, para algunos cargos concretos.
—¿Con la campaña de abonos que presentan este jueves evitarán esa mala sensación del año pasado?
—Estamos convencidos de que hemos hecho todo lo posible. A partir de ahí, sabemos que no a todo el mundo le va a cuadrar pero es que está también nuestra parte de responsabilidad. Tenemos que dar la mayor de las facilidades a los aficionados y, por otro lado, salvaguardar los intereses de la entidad. Sería irresponsable hacer lo contrario con la segunda partida de ingresos que tenemos, aunque no tuviéramos un calendario de pagos establecido por el concurso. Estamos convencidos de que hemos hecho todo lo posible para mantener el equilibrio. Un directivo importante, nada más llegar a la presidencia, me dijo que «siempre habrá un siete por ciento de aficionados descontentos». Todos queremos aspirar a cosas importantes. Hemos considerado una obligación la bajada de precios.
—¿Una de las medidas es si hay más socios, los precios serán más baratos?
—A eso le responderé el jueves. Hay muchas medidas, no sólo el precio fraccionado. No sólo vamos buscando más ingresos para el Betis, sino favorecer al abonado e ingresar como mínimo lo del año pasado. Ir al fútbol hoy en día es un privilegio y en todos lados hay problemas para mantener a los abonados. Si el Betis pierde a su masa social, ya no vale ni una buena gestión deportiva ni nada parecido.
—¿Con qué número de abonados se conformarían?
—Somos ambiciosos. Esperamos que con las fórmulas que aplicamos se pueda aumentar la masa social en estos tiempos tan complicados. Ahora estamos cerca de 31.000 y la verdad es que no lo firmo a día de hoy. Creo que podemos conseguir más. Hemos apostado fuerte para lograr la fórmula mágica que nos haga subir el número de abonados.
—Un atractivo de la campaña será que no tendrán que jugar en horarios inhabituales, ¿no?
—En principio, está garantizado que el Betis no tenga que jugar en horarios como los padecidos el año pasado.
—Tebas dijo que compensarían a los equipos que más jugaron los lunes, ¿cómo va ese asunto?
—Todavía no han llegado a las cantidades con las que pretenden compensar. Están trabajando en ello. Está bien pero nunca será suficiente compensación con respecto a la pérdida de gente en la grada. Es algo que vamos a exigir porque es lógico y razonable. Los datos de audiencia están claros. De los equipos que estaban fuera de Europa el que más tenía era el Betis y por eso era el elegido siempre. Entiendo que es un derecho adquirido. Aun así las cantidades nunca compensarán el hecho de que haya muchos béticos, niños, padres, aficionados que no hayan podido venir a ver al equipo.
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...-gobierno.html
Acaba de cumplir dos años como presidente del Betis, el equipo que le quitaba el sueño como aficionado y que ahora le da tantas satisfacciones como le roba tiempo con su familia y su empresa. Es la imagen de los nuevos tiempos, del club que querían todos, de la visión de empresa del fútbol, de las buenas formas, del respeto, de la gestión eficiente. Miguel Guillén Vallejo (Sevilla, 1968) es un broker del aceite que ya no necesita presentación en el mundo del balompié y que responde a todas las preguntas con firmeza o con sonrisa, según lo que sea preciso. Mira al horizonte y ve prosperidad en Heliópolis, su casa.
—¿Qué balance hace de los dos años de su gestión?
—Bastante positivo. Y todo ha sido gracias al apoyo de los béticos. Estamos en el camino de recuperar el Betis de toda la vida. Con un crecimiento sostenible, sin grandes sobresaltos, que en lo social tiene paz y en lo institucional empieza a estar representado como debía, con presencia en todos los organismos y cierto reconocimiento. Percibo que hay cariño hacia el Betis. Estamos en el camino de normalizar la institución pero nos faltan muchas cosas. Hay que hacer que crezca la marca Betis, los ingresos que no son de la televisión, la relación con los socios, consolidar al Betis en la elite... Y el tema societario.
—En ese sentido, usted y su consejo han gobernado siempre el club sin mirar su caducidad en el cargo pero hay avances judiciales y el siguiente cambio se avecina.
—El horizonte temporal se va estrechando pero la actitud es la misma. En teoría veníamos para 40 días. Tenemos la tranquilidad de que el que venga sabrá sin problema todas las decisiones que hemos tomado porque no tenemos nada que esconder.
—¿Le preocupa que las siguientes manos que tomen el club deshagan el proyecto actual?
—No debemos pensar en lo que haga el que venga. Si no, no podemos trabajar. Igual que no me puse fecha para empezar en mi labor como presidente, tampoco me la pongo para terminar. Todo puede ir en función de las decisiones de los juzgados.
—¿Viven algo de desgaste?
—Lógicamente, uno se desgasta porque la labor es continua, no para. Cuando llegue el momento asumiré con cierta gratitud poder volver a dedicarme el cien por cien a la familia y mis negocios.
—Bosch ya ha dicho que no seguiría tras esta etapa, ¿y usted?
—No integraré otra directiva. Lo tengo muy claro, meridianamente claro. He venido a cumplir con mis obligaciones en un periodo de transición y cuando se acabe se acabó. Eso lo tengo bastante claro, es algo que no procede. Hay mucha gente capacitada en la ciudad para ser presidente del Betis y me hace gracia que se diga que sólo hay cuatro cuando es todo lo contrario. No hay que obsesionarse con que lo que hay ahora es lo único válido. Hace un tiempo pensábamos que si el señor que estaba aquí se iba, el barco se hundía y el tiempo ha demostrado que no era así. Hay gente con una capacidad de trabajo enorme. Eso sí, ser presidente del Betis es una experiencia maravillosa, apartando la responsabilidad, que es enorme. No es lo mismo ser presidente del Betis en una situación normalizada que con un club como estaba y una deuda de cien millones de euros, un escenario poco favorable, ruptura total... Se trata de una experiencia única, pero tiene un desgaste. Desde que salí de mi localidad de Primer Anfiteatro, no he vuelto a disfrutar de un partido de fútbol. No puedo disfrutar, estoy viendo otra cosa: lo que representa para tantos béticos, las cuentas, los objetivos de la permanencia, los ingresos televisivos, un calendario de pagos… Con esa responsabilidad no puede estar pendiente de cómo juega el equipo. Aun así, te da cosas que no te lo da nada más. Ni presidente del Gobierno, ni alcalde de Sevilla, ni parlamentario… El fútbol en general y el Betis en particular. El cariño que te dan los béticos, la felicidad que te transmiten. Es impagable.
—Entonces, ¿no participará en una compra masiva de acciones del club si éstas están disponibles?
—Me gustaría tener mis acciones para ayudar al club, pero siempre con un paquete normalito, al que puede acceder cualquier persona hoy en día, pero no tengo capacidad para ser un máximo accionista. Ayudar, sí.
—Se ve su gestión plagada de aciertos pero, ¿qué errores han cometido?
—Desde no acertar con una campaña de abonos a no haber dado con la persona adecuada para el crecimiento continuo de la entidad, por ejemplo, para algunos cargos concretos.
—¿Con la campaña de abonos que presentan este jueves evitarán esa mala sensación del año pasado?
—Estamos convencidos de que hemos hecho todo lo posible. A partir de ahí, sabemos que no a todo el mundo le va a cuadrar pero es que está también nuestra parte de responsabilidad. Tenemos que dar la mayor de las facilidades a los aficionados y, por otro lado, salvaguardar los intereses de la entidad. Sería irresponsable hacer lo contrario con la segunda partida de ingresos que tenemos, aunque no tuviéramos un calendario de pagos establecido por el concurso. Estamos convencidos de que hemos hecho todo lo posible para mantener el equilibrio. Un directivo importante, nada más llegar a la presidencia, me dijo que «siempre habrá un siete por ciento de aficionados descontentos». Todos queremos aspirar a cosas importantes. Hemos considerado una obligación la bajada de precios.
—¿Una de las medidas es si hay más socios, los precios serán más baratos?
—A eso le responderé el jueves. Hay muchas medidas, no sólo el precio fraccionado. No sólo vamos buscando más ingresos para el Betis, sino favorecer al abonado e ingresar como mínimo lo del año pasado. Ir al fútbol hoy en día es un privilegio y en todos lados hay problemas para mantener a los abonados. Si el Betis pierde a su masa social, ya no vale ni una buena gestión deportiva ni nada parecido.
—¿Con qué número de abonados se conformarían?
—Somos ambiciosos. Esperamos que con las fórmulas que aplicamos se pueda aumentar la masa social en estos tiempos tan complicados. Ahora estamos cerca de 31.000 y la verdad es que no lo firmo a día de hoy. Creo que podemos conseguir más. Hemos apostado fuerte para lograr la fórmula mágica que nos haga subir el número de abonados.
—Un atractivo de la campaña será que no tendrán que jugar en horarios inhabituales, ¿no?
—En principio, está garantizado que el Betis no tenga que jugar en horarios como los padecidos el año pasado.
—Tebas dijo que compensarían a los equipos que más jugaron los lunes, ¿cómo va ese asunto?
—Todavía no han llegado a las cantidades con las que pretenden compensar. Están trabajando en ello. Está bien pero nunca será suficiente compensación con respecto a la pérdida de gente en la grada. Es algo que vamos a exigir porque es lógico y razonable. Los datos de audiencia están claros. De los equipos que estaban fuera de Europa el que más tenía era el Betis y por eso era el elegido siempre. Entiendo que es un derecho adquirido. Aun así las cantidades nunca compensarán el hecho de que haya muchos béticos, niños, padres, aficionados que no hayan podido venir a ver al equipo.
http://www.alfinaldelapalmera.com/no...-gobierno.html
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