«A algunos entrenadores les pudo la presión que había hacia mí»
El Betis pierde a un líder en su vestuario, a un referente para sus compañeros. Se va Casto Espinosa, que en unos días cumple 31 años, y lo hace hablando claro en ABC.
-¿Cómo afronta su marcha del Betis?
-Me da pena porque no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Tengo que empezar un camino nuevo. He vivido muchas cosas aquí, el Betis te marca.
-¿Qué balance hace?
-Han sido siete temporadas y lo único que se me viene a la cabeza es el crecimiento. Quizás en los últimos años me he estancado porque podría haber disfrutado más. Sinceramente, tras llegar para el filial y alcanzar el primer equipo, el balance es positivo.
-¿Le ha podido faltar continuidad?
-Sí, pero hago autocrítica y sé que en momentos puntuales no he estado lo bien que he querido. Quizás era por la presión. No he podido jugar una temporada entera. Lo cierto es que en una ciudad como Sevilla o por pertenecer al Betis hay que aguantar ciertas cosas y creo que a algunos entrenadores quizás le pudo esa presión hacia mí.
-¿Cree que se ha generado un ambiente desfavorable en su contra?
-En algunos momentos no se ha tenido conmigo la paciencia que se tuvo con otros compañeros. Quizás por ser canterano o porque no me lo merecía, pero es verdad que con ese poquito de paciencia o suerte podría haber jugado más. Siempre he trabajado bien, jamás me quité de en medio y eso ha hecho que nunca bajara los brazos pero el empujón de algún entrenador me hubiera venido muy bien.
-Pero, ¿quién genera eso? ¿Los técnicos, la afición, los medios?
-Trabajar en el Betis no es fácil porque hay mucha presión. También tengo la herencia de los tres años anteriores al descenso que es algo que ha marcado mucho mi trayectoria porque no sólo fue una experiencia para mi debut sino que los resultados eran malísimos y el ambiente estaba muy crispado con el tema de Lopera. Aquello me ha marcado mucho después. Si unes esos años malos con actuaciones que quizás no fueron tan buenas, ahí lo tienes todo. Es mucho más fácil jugar cuando te aplauden que cuando te pitan, pero la gente cree que hace lo mejor para el club y tiene su derecho.
-En tantos años ha vivido de todo en el Betis. ¿Con qué se queda?
-Con el resurgir de un equipo que internamente parecía muerto. Los que sabíamos de puertas para dentro lo que sucedía, lo que veíamos y lo que nos decían es que era un club que había tocado a su fin. No sólo por el mandato del anterior propietario sino porque internamente era un ambiente irrespirable, había deudas que asfixiaban al club y, de repente, de un año a todo ha cambiado todo: la inercia, la tranquilidad, la forma de trabajar y, sinceramente, eso afecta. Me siento partícipe y estoy muy orgulloso de ello. Por eso para mí el año más importante no ha sido el actual, sino el ascenso, salir del pozo cuanto antes. El club lo necesitaba y contribuimos a ello.
-¿Le ha perjudicado ser capitán?
-Todo lo que he hecho ha sido por ayudar a mis compañeros, bien lo saben todos, y cooperar con el club. Ha habido momentos en los que hemos hecho miles de cosas atendiendo a la situación tan precaria del Betis. Muchísimas reuniones en las que ayudamos lo que pudimos entendiendo lo que pasaba. Han entrado unas personas con cierta inexperiencia en el fútbol y se han apoyado mucho y han sido capaces de entender las necesidades de un equipo de fútbol. Espero que eso no fuera motivo para pensar mal de mí en ningún momento.
-¿Con qué persona se queda?
-Una sola es difícil porque cada uno a su manera te ha ayudado o lo ha intentado. Los más importantes, quizás, fueron Rivas o Melli, gente que nada más llegar me abrieron las puertas de su casa sin conocerme de nada.
-Como canterano, le tocaría interpretar ese mismo papel posteriormente con otros chavales, ¿no?
-Ha sido la intención, que sepan pronto lo importante que es jugar en el Betis, que no se relajen y que cada día den lo mejor. También había que ofrecerles cariño y que vieran que en el Betis hay un grupo humano excelente del que ellos eran partícipes en las bromas o en cualquier cosa que hiciéramos.
-¿Quizás el secreto de este equipo ha sido su vestuario?
-Los vestuarios del Betis han marcado la pauta del comportamiento del club en los últimos años. Hemos dado ejemplo de todo lo bueno: compañerismo, solidaridad, comprensión de la situación del club... Todo el mundo ha sabido verlo y entender que teníamos que cambiar porque de la otra manera no íbamos a ningún lado. El vestuario del Betis es fantástico y la pena es que gente importante no estará la temporada que viene.
-¿Puede perderse esta sintonía?
-Es mucho más difícil fichar buenas personas que buenos jugadores. Entendiendo de fútbol y teniendo dinero consigues lo segundo. Lo complicado era unir un grupo humano tan bueno como el que hay actualmente. Es una pena perder eso porque ha sido una base del éxito de los últimos años. También hay que lamentar que jugadores como Adrián y Cañas, que llevaban más de diez años en el Betis, se vayan por la puerta de atrás. O Pozuelo. No han podido despedirse como merecen. Y no hablo de mí. Estoy bien con lo que he jugado pero hay gente que este año ha hecho cosas muy importantes por el Betis, ha dado la cara, ha arriesgado sin contrato y jamás se quitaron de en medio. Tiene mérito.
-¿Teme que al no seguir no disfrute de los éxitos que pueden venir?
-Creo que en un futuro inmediato el Betis no está preparado para luchar con equipos de más experiencia en Europa. No porque tenga menor consideración del vestuario, porque insisto en que es muy bueno para conseguir cosas importantes con algunas ayudas pero parece que se va mucha gente. No sabes qué va a pasar. El Betis tiene un gran equipo, una buena afición y eso siempre influye, pero habrá que ver qué equipo queda después de este verano.
-¿Le apena no haber recibido una propuesta de renovación?
-No, no pasa nada. Es entendible. Cada club hace lo que cree mejor para sus intereses. Si ellos consideran que mi etapa en el Betis ha terminado, perfecto. Yo también lo sentía así. Hace tiempo que salir era más que una posibilidad, pero por circunstancias no fue así y seguí, algo que era perfecto. Ya no hay que darle más vueltas.
-Pudo haberse ido antes, ¿no?
-Quería jugar. Ha habido entrenadores que me han convencido para que me quedara y otros que querían que me fuera y luego fue el que más me puso... En fin, no he salido, he cumplido mi contrato y me siento orgulloso.
-¿Cómo ha sido su relación con Mel?
-Es un entrenador que ante todo ha cumplido con lo que le han pedido: ascenso, permanencia y Europa. Incluso ha hecho más. Si sólo se valora eso es lógico que lo renueven. Si me pregunta por mi relación personal puedo decir que es correcta. Nunca nos hemos faltado. Le respeto y punto.
-¿Qué futuro le espera a Casto?
-No tengo ni idea. Ahora quiero disfrutar de las vacaciones con la familia, estar en la playa. De momento tengo que esperar. El fútbol está un poco complicado y hay que tener paciencia.
-Hoy en día, ¿es mejor estar libre o con un contrato pero sin jugar?
-Depende de lo que uno busca. Ahora lo que quiero es jugar y sentirme futbolista importante. No estoy buscando el equipo de mi vida, sino ser feliz. Lo demás llegará cuando tenga que llegar.
-¿Volvería algún día al Betis?
-Tengo casa en Sevilla y en este club he sido muy feliz. Aquí ha nacido mi hijo y me pasaron cosas muy buenas. Cuando termine esto seguiré como profesional del fútbol y tendré la puerta abierta para lo que sea.
«A algunos entrenadores les pudo la presión que había hacia mí»
El Betis pierde a un líder en su vestuario, a un referente para sus compañeros. Se va Casto Espinosa, que en unos días cumple 31 años, y lo hace hablando claro en ABC.
-¿Cómo afronta su marcha del Betis?
-Me da pena porque no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Tengo que empezar un camino nuevo. He vivido muchas cosas aquí, el Betis te marca.
-¿Qué balance hace?
-Han sido siete temporadas y lo único que se me viene a la cabeza es el crecimiento. Quizás en los últimos años me he estancado porque podría haber disfrutado más. Sinceramente, tras llegar para el filial y alcanzar el primer equipo, el balance es positivo.
-¿Le ha podido faltar continuidad?
-Sí, pero hago autocrítica y sé que en momentos puntuales no he estado lo bien que he querido. Quizás era por la presión. No he podido jugar una temporada entera. Lo cierto es que en una ciudad como Sevilla o por pertenecer al Betis hay que aguantar ciertas cosas y creo que a algunos entrenadores quizás le pudo esa presión hacia mí.
-¿Cree que se ha generado un ambiente desfavorable en su contra?
-En algunos momentos no se ha tenido conmigo la paciencia que se tuvo con otros compañeros. Quizás por ser canterano o porque no me lo merecía, pero es verdad que con ese poquito de paciencia o suerte podría haber jugado más. Siempre he trabajado bien, jamás me quité de en medio y eso ha hecho que nunca bajara los brazos pero el empujón de algún entrenador me hubiera venido muy bien.
-Pero, ¿quién genera eso? ¿Los técnicos, la afición, los medios?
-Trabajar en el Betis no es fácil porque hay mucha presión. También tengo la herencia de los tres años anteriores al descenso que es algo que ha marcado mucho mi trayectoria porque no sólo fue una experiencia para mi debut sino que los resultados eran malísimos y el ambiente estaba muy crispado con el tema de Lopera. Aquello me ha marcado mucho después. Si unes esos años malos con actuaciones que quizás no fueron tan buenas, ahí lo tienes todo. Es mucho más fácil jugar cuando te aplauden que cuando te pitan, pero la gente cree que hace lo mejor para el club y tiene su derecho.
-En tantos años ha vivido de todo en el Betis. ¿Con qué se queda?
-Con el resurgir de un equipo que internamente parecía muerto. Los que sabíamos de puertas para dentro lo que sucedía, lo que veíamos y lo que nos decían es que era un club que había tocado a su fin. No sólo por el mandato del anterior propietario sino porque internamente era un ambiente irrespirable, había deudas que asfixiaban al club y, de repente, de un año a todo ha cambiado todo: la inercia, la tranquilidad, la forma de trabajar y, sinceramente, eso afecta. Me siento partícipe y estoy muy orgulloso de ello. Por eso para mí el año más importante no ha sido el actual, sino el ascenso, salir del pozo cuanto antes. El club lo necesitaba y contribuimos a ello.
-¿Le ha perjudicado ser capitán?
-Todo lo que he hecho ha sido por ayudar a mis compañeros, bien lo saben todos, y cooperar con el club. Ha habido momentos en los que hemos hecho miles de cosas atendiendo a la situación tan precaria del Betis. Muchísimas reuniones en las que ayudamos lo que pudimos entendiendo lo que pasaba. Han entrado unas personas con cierta inexperiencia en el fútbol y se han apoyado mucho y han sido capaces de entender las necesidades de un equipo de fútbol. Espero que eso no fuera motivo para pensar mal de mí en ningún momento.
-¿Con qué persona se queda?
-Una sola es difícil porque cada uno a su manera te ha ayudado o lo ha intentado. Los más importantes, quizás, fueron Rivas o Melli, gente que nada más llegar me abrieron las puertas de su casa sin conocerme de nada.
-Como canterano, le tocaría interpretar ese mismo papel posteriormente con otros chavales, ¿no?
-Ha sido la intención, que sepan pronto lo importante que es jugar en el Betis, que no se relajen y que cada día den lo mejor. También había que ofrecerles cariño y que vieran que en el Betis hay un grupo humano excelente del que ellos eran partícipes en las bromas o en cualquier cosa que hiciéramos.
-¿Quizás el secreto de este equipo ha sido su vestuario?
-Los vestuarios del Betis han marcado la pauta del comportamiento del club en los últimos años. Hemos dado ejemplo de todo lo bueno: compañerismo, solidaridad, comprensión de la situación del club... Todo el mundo ha sabido verlo y entender que teníamos que cambiar porque de la otra manera no íbamos a ningún lado. El vestuario del Betis es fantástico y la pena es que gente importante no estará la temporada que viene.
-¿Puede perderse esta sintonía?
-Es mucho más difícil fichar buenas personas que buenos jugadores. Entendiendo de fútbol y teniendo dinero consigues lo segundo. Lo complicado era unir un grupo humano tan bueno como el que hay actualmente. Es una pena perder eso porque ha sido una base del éxito de los últimos años. También hay que lamentar que jugadores como Adrián y Cañas, que llevaban más de diez años en el Betis, se vayan por la puerta de atrás. O Pozuelo. No han podido despedirse como merecen. Y no hablo de mí. Estoy bien con lo que he jugado pero hay gente que este año ha hecho cosas muy importantes por el Betis, ha dado la cara, ha arriesgado sin contrato y jamás se quitaron de en medio. Tiene mérito.
-¿Teme que al no seguir no disfrute de los éxitos que pueden venir?
-Creo que en un futuro inmediato el Betis no está preparado para luchar con equipos de más experiencia en Europa. No porque tenga menor consideración del vestuario, porque insisto en que es muy bueno para conseguir cosas importantes con algunas ayudas pero parece que se va mucha gente. No sabes qué va a pasar. El Betis tiene un gran equipo, una buena afición y eso siempre influye, pero habrá que ver qué equipo queda después de este verano.
-¿Le apena no haber recibido una propuesta de renovación?
-No, no pasa nada. Es entendible. Cada club hace lo que cree mejor para sus intereses. Si ellos consideran que mi etapa en el Betis ha terminado, perfecto. Yo también lo sentía así. Hace tiempo que salir era más que una posibilidad, pero por circunstancias no fue así y seguí, algo que era perfecto. Ya no hay que darle más vueltas.
-Pudo haberse ido antes, ¿no?
-Quería jugar. Ha habido entrenadores que me han convencido para que me quedara y otros que querían que me fuera y luego fue el que más me puso... En fin, no he salido, he cumplido mi contrato y me siento orgulloso.
-¿Cómo ha sido su relación con Mel?
-Es un entrenador que ante todo ha cumplido con lo que le han pedido: ascenso, permanencia y Europa. Incluso ha hecho más. Si sólo se valora eso es lógico que lo renueven. Si me pregunta por mi relación personal puedo decir que es correcta. Nunca nos hemos faltado. Le respeto y punto.
-¿Qué futuro le espera a Casto?
-No tengo ni idea. Ahora quiero disfrutar de las vacaciones con la familia, estar en la playa. De momento tengo que esperar. El fútbol está un poco complicado y hay que tener paciencia.
-Hoy en día, ¿es mejor estar libre o con un contrato pero sin jugar?
-Depende de lo que uno busca. Ahora lo que quiero es jugar y sentirme futbolista importante. No estoy buscando el equipo de mi vida, sino ser feliz. Lo demás llegará cuando tenga que llegar.
-¿Volvería algún día al Betis?
-Tengo casa en Sevilla y en este club he sido muy feliz. Aquí ha nacido mi hijo y me pasaron cosas muy buenas. Cuando termine esto seguiré como profesional del fútbol y tendré la puerta abierta para lo que sea.
«A algunos entrenadores les pudo la presión que había hacia mí»
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