Re: Pepe Mel quedará atado
Mel, ni un salario desorbitado ni plenos poderes: un proyecto
Las negociaciones para la renovación de Pepe Mel no tardarán mucho en comenzar, aunque hace días que arrancaron las filtraciones por ambas partes. Incluso, el míster, Miguel Guillén y José Antonio Bosch se han pronunciado públicamente al respecto, por lo que la simbólica partida de cartas puede considerarse oficialmente inaugurada. Según ha podido saber ESTADIO, hasta ahora sólo existen contactos incipientes, conversaciones informales durante alguna concentración, como las dos celebradas en Montecastillo. Resta sentarse, dar seriedad al asunto, poner cifras en los documentos y alcanzar acuerdos concretos, pero tanto el club como el entrenador conocen ya cómo palpita el otro.
Carece de fundamento, por ejemplo, la especulación de que Mel piensa exigir un cargo de mánager general para prolongar su continuidad. No son los plenos poderes la principal preocupación del madrileño, que sí necesita garantías de que la inversión en la parcela deportiva crecerá. El interesado es perfectamente consciente de que la tesitura institucional no permite excesos, aunque insiste en que los beneficios derivados de la venta de jugadores o del ahorro de fichas por la rescisión de éstos redunde en la planificación. En definitiva, el ex rayista desea un proyecto ambicioso que le permita luchar cada año por Europa, no por casualidad, sino como exigencia. Una exigencia, claro está, sustentada en hechos tangibles: la plantilla debe ser acorde a los nuevos objetivos.
La sempiterna rumorología sobre su mala relación con Stosic y la implicación de Mel en materia de fichajes -participará en las negociaciones para prolongar la cesión de Campbell y podría haber hablado con Juanfran para terminar de convencerle- alimentan la teoría del mánager general. En cualquier caso, la rescisión del serbio, que tiene un año más de contrato, resulta improbable. En último caso, su cargo quedaría supeditado al del de Chamartín, si bien en el consejo de administración no hay ‘quórum’ sobre ninguna de estas cuestiones. Todo hace indicar que, al menos durante la 13/14, el rol de ambos seguirá siendo similar, acaso con una matización para Mel en forma de más responsabilidad.
El confeso interés de equipos de la Premier League produce mínimas dudas en el técnico, a quien ilusiona dirigir en las islas británicas, tanto como ser el Ferguson del Betis. De no continuar Mourinho en el Real Madrid, ya sería el preparador más longevo en un banquillo de Primera. Si completa el ejercicio, superará en permanencia consecutiva a un mito como Serra Ferrer. Con todo, no se descartan ‘cortafuegos’ contractuales por parte y parte: Mel podría pedir algún guiño en caso de recibir una propuesta irrechazable durante los próximos meses (cobrando sólo hasta ese momento), al tiempo que el club establecería una cláusula compensatoria.
Huelga decir que las negociaciones partirán de cero, por lo que se rompería el actual contrato entre las partes, que expira el 30 de junio de 2014, rubricándose ahora uno nuevo por dos o tres temporadas, con un aumento de los emolumentos. Nada desorbitado, pues, como se ha referido anteriormente, el entrenador madrileño es consciente de las limitaciones económicas de la entidad y no la hipotecará. A partir del próximo año, cuando acabe la vinculación de Stosic, sería menos descabellado que Mel asumiera sus funciones, por lo que el sueldo iría ya en consonancia con estas nuevas responsabilidades. Pero lo importante, por encima de cualquier consideración, es que el entrenador vea no sólo interés por su renovación, sino también complicidad con el proyecto.
Mel, ni un salario desorbitado ni plenos poderes: un proyecto - Estadio deportivo
Mel, ni un salario desorbitado ni plenos poderes: un proyecto
Las negociaciones para la renovación de Pepe Mel no tardarán mucho en comenzar, aunque hace días que arrancaron las filtraciones por ambas partes. Incluso, el míster, Miguel Guillén y José Antonio Bosch se han pronunciado públicamente al respecto, por lo que la simbólica partida de cartas puede considerarse oficialmente inaugurada. Según ha podido saber ESTADIO, hasta ahora sólo existen contactos incipientes, conversaciones informales durante alguna concentración, como las dos celebradas en Montecastillo. Resta sentarse, dar seriedad al asunto, poner cifras en los documentos y alcanzar acuerdos concretos, pero tanto el club como el entrenador conocen ya cómo palpita el otro.
Carece de fundamento, por ejemplo, la especulación de que Mel piensa exigir un cargo de mánager general para prolongar su continuidad. No son los plenos poderes la principal preocupación del madrileño, que sí necesita garantías de que la inversión en la parcela deportiva crecerá. El interesado es perfectamente consciente de que la tesitura institucional no permite excesos, aunque insiste en que los beneficios derivados de la venta de jugadores o del ahorro de fichas por la rescisión de éstos redunde en la planificación. En definitiva, el ex rayista desea un proyecto ambicioso que le permita luchar cada año por Europa, no por casualidad, sino como exigencia. Una exigencia, claro está, sustentada en hechos tangibles: la plantilla debe ser acorde a los nuevos objetivos.
La sempiterna rumorología sobre su mala relación con Stosic y la implicación de Mel en materia de fichajes -participará en las negociaciones para prolongar la cesión de Campbell y podría haber hablado con Juanfran para terminar de convencerle- alimentan la teoría del mánager general. En cualquier caso, la rescisión del serbio, que tiene un año más de contrato, resulta improbable. En último caso, su cargo quedaría supeditado al del de Chamartín, si bien en el consejo de administración no hay ‘quórum’ sobre ninguna de estas cuestiones. Todo hace indicar que, al menos durante la 13/14, el rol de ambos seguirá siendo similar, acaso con una matización para Mel en forma de más responsabilidad.
El confeso interés de equipos de la Premier League produce mínimas dudas en el técnico, a quien ilusiona dirigir en las islas británicas, tanto como ser el Ferguson del Betis. De no continuar Mourinho en el Real Madrid, ya sería el preparador más longevo en un banquillo de Primera. Si completa el ejercicio, superará en permanencia consecutiva a un mito como Serra Ferrer. Con todo, no se descartan ‘cortafuegos’ contractuales por parte y parte: Mel podría pedir algún guiño en caso de recibir una propuesta irrechazable durante los próximos meses (cobrando sólo hasta ese momento), al tiempo que el club establecería una cláusula compensatoria.
Huelga decir que las negociaciones partirán de cero, por lo que se rompería el actual contrato entre las partes, que expira el 30 de junio de 2014, rubricándose ahora uno nuevo por dos o tres temporadas, con un aumento de los emolumentos. Nada desorbitado, pues, como se ha referido anteriormente, el entrenador madrileño es consciente de las limitaciones económicas de la entidad y no la hipotecará. A partir del próximo año, cuando acabe la vinculación de Stosic, sería menos descabellado que Mel asumiera sus funciones, por lo que el sueldo iría ya en consonancia con estas nuevas responsabilidades. Pero lo importante, por encima de cualquier consideración, es que el entrenador vea no sólo interés por su renovación, sino también complicidad con el proyecto.
Mel, ni un salario desorbitado ni plenos poderes: un proyecto - Estadio deportivo
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