| Escrito por Mateo González |
| Jueves 14 de Febrero de 2013 03:00 |
[CENTER] [/CENTER]La vida siempre da más de una oportunidad. Si no, que se lo digan a Javi Chica (Barcelona, 1985). Su etapa en el Betis es una historia de superación, de agallas, de apretar los dientes y ganar cada centímetro de terreno con denodado esfuerzo. Ahora disfruta de la titularidad y del premio del reconocimiento de una afición que ve en él virtudes exportables a cualquier compañero: compromiso, garra, valentía. Es su fútbol pero no lo acababa de encontrar en la extraña temporada pasada y vivió un bache en la presente a causa de una lesión que le hizo estar a la sombra de Nelson y Ángel. Ahora el primero ya ni siquiera está en el Betis y el segundo espera en el banquillo algún tropezón de Chica. El domingo visita Cornellá-El Prat,donde guarda muchos amigos y otro buen número de recuerdos (compartidos con Montjuïc). El álbum de fotos y el corazón del lateral catalán tienen peso blanquiazul, pero este fin de semana eso no cuenta más que para recordar a su amigo Dani Jarque y dudar de qué hacer si marca su primer gol en la Liga. —Su momento actual es de los mejores en su etapa en el Betis. Ahora recibe elogios, pero no siempre fue tan fácil aquí... —Siempre he confiado en mi trabajo. A veces vienen dudas, pero se superan. Hay miedos porque ves que tienes muchos años de contrato por delante y sufres la presión. Te ves con ganas de hacerlo bien y eso te causa problemas para desarrollar el fútbol. No se trata de que lleves dentro un Ronaldinho, sino que seas capaz de hacer lo que has hecho siempre. Poder sacar al campo lo que te han valorado durante tanto tiempo y que la gente vea el porqué del fichaje. A veces se puede tener miedo a los silbidos. Los béticos son exigentes y eso puede hacer que un jugador a veces se retraiga y tarde más jornadas en demostrar lo que puede dar, que no exploten de verdad hasta semanas después. —Usted dijo en la pretemporada que su objetivo personal en esta campaña era demostrar el motivo por el cual el Betis apostó para ficharle. —Es cierto, y lo estoy cumpliendo. No quiero que suene a excusa, pero la pasada temporada era la primera vez que vivía fuera de mi casa con mi pareja. Antes estaba con mis padres y tuve que alquilar un piso y cambiar de ciudad, de compañeros, entrenador... Son muchas cosas y eso cuesta. Empecé de titular y tuve una lesión. A partir de ahí perdí parte de la confianza y mi estado físico se resintió. Se juntaron muchas cosas para que no pudiera desarrollar bien lo que puedo ofrecer. Además estaban Nelson e Isidoro, que aprovecharon sus oportunidades. Fue una temporada rara y se aprenden muchas cosas en ese tiempo. Este año también empecé jugando pero tuve una lesión y ahí me quedé un poco relegado al banquillo o a la grada. Quizás aproveché eso para hacerme más fuerte y conseguir más confianza y ganas que nunca. El día del Valladolid en la Copa era mi última oportunidad para demostrar lo que tengo y lo conseguí. —Usted, como otros jugadores como Amaya, ha pasado casi de una situación de ostracismo a jugar siempre, ¿nota que la afición les aprecia más? —Creo que la gente valora lo que hacemos. También los medios. Cuando un jugador lee la Prensa o escucha en algún sitio que es el quinto central o el tercer lateral, duele. Somos 25 futbolistas y todos tenemos posibilidades de jugar y duele escuchar eso, molesta. Amaya y yo somos los que máscompetencia hemos tenido para llegar aquí. El trabajo y aprovechar las oportunidades es lo que al final te trae aquí. Me alegro por él porque los dos lo hemos pasado mal. —¿Han hablado ambos de su nueva perspectiva? —Sí, claro. Cuando escuchas ahora algún comentario positivo ves cómo cambian las cosas en el fútbol. A veces vives lo bonito y luego se te puede venir abajo, o cuando no te llegan las oportunidades en cualquier momento, por lesión o sanción de un compañero, te llega y a partir de ahí creces y creces y todo es diferente. Lo que antes era una ****** se convierte en maravilloso. Y que dure. —En la situación actual del Betis, ¿usted se fija en los 36 puntos o en que llevan sólo dos de los últimos doce? —Me fijo en el cómputo general. Está claro que contamos con 36 puntos pero también que hay un momento de pesimismo a nivel global. Los jugadores no somos tontos, sabemos que los partidos ante Atlético o Rayo se pueden perder porque son equipos fuertes pero nos ha venido todo junto. Salimos de una racha realmente buena y se acusa mucho más. Ahora es cuando tenemos que ser fuertes y tratar de salir de estos partidos. El otro día ante el Valladolid fue un día más vistoso y ésa es la línea que tenemos que seguir. Jugar así nos da buenos resultados porque tenemos efectividad arriba. Si mantenemos la portería a cero siendo fuertes atrás tenemos mucho ganado. Contra el Valladolid generamos muchas ocasiones y apenas dejamos espacios atrás. Al final volverán los buenos resultados. —¿Cómo ven la octava posición? ¿Les viene bien para quitarse presión por Europa o es una motivación para poder regresar arriba? —Se pueden hacer ambas lecturas. Te ves ahí toda temporada y lo que quieres es pelear por seguir arriba, pero te quita presión salir porque hay gran parte de la afición que se ha podido llevar un palo fuerte por ver que hemos estado siempre peleando por Europa ahora estamos fuera después de tantísimas jornadas. Estamos en el ecuador de la temporada y debemos estar tranquilos. Queda mucho por delante y es mejor tener el bache ahora que cuando queden pocos partidos. Lo que tenemos que hacer es ganar pronto para ser un rival difícil en esa parte de arriba de la clasificación. —¿Cómo se toma el regreso a la que ha sido su casa tantos años? —Me hace ilusión. Cada vuelta siento lo mismo. Es un club en el que estuve mucho tiempo y es algo especial, está claro. —Se le agolparán los recuerdos, ¿no? —Uff, muchos. Quince años dan para bastante. Dejé allí a mucha gente. No sólo compañeros de equipo, sino jardineros, el que abría la barrera... Sigo el día a día del Español a través de Twitter, por algunos excompañeros y viendo los partidos. Con el nuevo entrenador ha cambiado el chip. Están haciendo una gran segunda vuelta y tienen mucha confianza. —¿Cómo salió de allí? ¿Piensa en volver algún día? —Bien. Me hubiera gustado poder despedirme en el campo, pero tuve que hacerlo en una rueda de prensa. Pero no me fui con problemas con nadie. La temporada pasada, cuando jugamos allí, me recibieron bien. Yo estaba en el vestuario cuando el speaker, mientras estaba leyendo las alineaciones, paró para que la gente aplaudiera tras mi nombre. Me lo contó mi familia, porque no lo había escuchado. Ahora estoy contento en el Betis. He firmado cuatro temporadas y es un club que me ha abierto las puertas para jugar y estoy muy agradecido. Está claro que en un futuro me gustaría volver porque es un club que siempre llevaré en mi corazón. |
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