De desayuno, un sapo cada día, bético
getFechaHoraNoticia("20070708 0256")02:56 DESCORAZONADOR presente el que vive el bético de a pie, ese bético que no entiende de porcentajes accionariales ni de cuota de poder y que lo único que anhela es que su equipo gane. Descorazonador panorama que sabe como a sapo, o a varios sapos, en cada desayuno, almuerzo y cena. Todo es descorazonador porque así lo quiere Lopera, que parece dispuesto a no acertar en nada según transcurren las horas y los días. En este verano fue la decisión de Marcelino de preferir el proyecto del Racing al del Betis el pistoletazo de salida para una carrera de continuos desencuentros y de repetidas frustraciones. Y es que otea el bético la información que genera su club y agudiza su archirreconocida crisis existencial para entrar en coma profundo sentimental al comprobar que son pocos los futbolistas de prestigio que quieren fichar en el Betis. Lejos ya de cuando Lopera tenía credibilidad en el mercado y podía hacerse con futbolistas como Alfonso, Finidi o Jarni, ahora medianías como el velocista Odonkor están locos por irse con la música a otra parte. O viendo cómo una alternativa para la portería es un italiano que cumple a la perfección lo de aquel mal guardameta al que su entrenador le rogaba que, al menos, los tiros que no fuesen a puerta no los introdujese en sus redes.
Se navega por los foros cibernéticos más verdiblancos y el panorama es desolador. El desencanto más lacerante se ha instalado en el corazón del bético y la oposición a Lopera es un clamor contra el que ni siquiera puede Pepe León. Es redundar en lo dicho muchas veces por este rincón. La pregunta es qué pasará por la sesera del semidueño que ejerce de dueño total para no dar con la tecla que saque al Betis de la ignominia, para evitar que sus presuntos correligionarios teman en cada amanecer cuál será el oprobio que habrán de soportar a lo largo del día. La calle es un clamor, el Betis está en alerta roja y la pregunta a Lopera es ¿hasta cuándo?
getFechaHoraNoticia("20070708 0256")02:56 DESCORAZONADOR presente el que vive el bético de a pie, ese bético que no entiende de porcentajes accionariales ni de cuota de poder y que lo único que anhela es que su equipo gane. Descorazonador panorama que sabe como a sapo, o a varios sapos, en cada desayuno, almuerzo y cena. Todo es descorazonador porque así lo quiere Lopera, que parece dispuesto a no acertar en nada según transcurren las horas y los días. En este verano fue la decisión de Marcelino de preferir el proyecto del Racing al del Betis el pistoletazo de salida para una carrera de continuos desencuentros y de repetidas frustraciones. Y es que otea el bético la información que genera su club y agudiza su archirreconocida crisis existencial para entrar en coma profundo sentimental al comprobar que son pocos los futbolistas de prestigio que quieren fichar en el Betis. Lejos ya de cuando Lopera tenía credibilidad en el mercado y podía hacerse con futbolistas como Alfonso, Finidi o Jarni, ahora medianías como el velocista Odonkor están locos por irse con la música a otra parte. O viendo cómo una alternativa para la portería es un italiano que cumple a la perfección lo de aquel mal guardameta al que su entrenador le rogaba que, al menos, los tiros que no fuesen a puerta no los introdujese en sus redes.
Se navega por los foros cibernéticos más verdiblancos y el panorama es desolador. El desencanto más lacerante se ha instalado en el corazón del bético y la oposición a Lopera es un clamor contra el que ni siquiera puede Pepe León. Es redundar en lo dicho muchas veces por este rincón. La pregunta es qué pasará por la sesera del semidueño que ejerce de dueño total para no dar con la tecla que saque al Betis de la ignominia, para evitar que sus presuntos correligionarios teman en cada amanecer cuál será el oprobio que habrán de soportar a lo largo del día. La calle es un clamor, el Betis está en alerta roja y la pregunta a Lopera es ¿hasta cuándo?
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