Pertenece a la tribu de los ‘locos bajitos’ que han cambiado la historia del fútbol español. Se mira en el espejo de Xavi Hernández y Xabi Alonso, y reniega de los tópicos del centrocampista creativo al uso, pues hace imperar la entrega al talento, aunque su clase nunca pase desapercibida. Beñat Etxebarría ha mutado de niño a veterano en cuestión de semanas, con la llamada de Del Bosque como punto de partida para la transformación. Ahora, asume con gallardía el liderazgo del Real Betis Balompié, y pide a gritos la prueba de vestuario de un brazalete de capitán que le sentaría que ‘ni pintao’ sobre su camiseta verdiblanca. Sin embargo, la explosión del genio de Igorre ha rebajado la llama ante el bajón de rendimiento de quienes le acompañan en la medular.
El vasco presentó su ingenio al mundo de la mano de Iriney Santos, un experimentado currante, curtido en el trabajo sucio, que se acostumbró a limpiar el camino que iba a pisar su talentoso compañero de batalla. Con él responsabilizado de la parcela defensiva, Beñat desplegó su mejor fúbtol, presentó sus credenciales ante los ojeadores de la selección nacional y revolucionó los despachos de entidades de media Europa. Entonces, Mel no tuvo más que frotar la lámpara para que su joven estrella cumpliese sus deseos, mientras el brasileño se embarrizaba para facilitar la creación de su compañero.
Ahora la historia es bien distinta. La marcha del veterano jugador carioca ha abierto un agujero en la zona ancha del Real Betis, y como era de esperar, Beñat ha sufrido una nueva transformación. Sin ser un gran amante del fútbol de contacto, el mediocentro ha recibido cuatro tarjetas amarillas en los primeros cinco partidos de la Liga BBVA: tres de ellas por falta, y una por protestar. No es sólo su peor registro en cuanto a amonestaciones también le convierte en el jugador más apercibido del campeonato. Una estadística que invita a la reflexión, atendiendo a que la ecuación -cuatro tarjetas entre cinco jornadas- produce un balance ciertamente exagerado para un jugador de sus características -promedia prácticamente una cartulina por encuentro-.
Sin embargo, lo cierto es que Beñat Etxebarría no ha tenido otra elección. El joven Cañas no ha cumplido con las expectativas, haciendo extrañar al ahora jugador del Granada, Iriney Santos. Pepe Mel, en consecuencia, ha probado a revolucionar su sistema en aras de devolver la mejor versión a su estrella. No obstante, ni la rotación de Cañas, el refuerzo con un jugador más en la medular o una nueva oportunidad para el andaluz en el once… Ninguna de las alternativas que ha contemplado el técnico hasta ahora, han logrado devolver a Beñat el rol que desempeñaba junto a su ‘socio’ brasileño.
Como buen profesional, el bético no ha levantado la voz y se ha adaptado a su nueva realidad como jugador todoterreno. En la actualidad, trabaja tan concentrado en la destrucción de juego que difícilmente encuentra tiempo para crear. Aún con todo, Beñat es el mejor asistente de la Liga BBVA. Imagínense si, además, estuviese liberado en defensa.
fuente: Rubén Ortega, LigaBBVA.com
Comentario