El Betis sigue en marcha. Como cualquier club de Primera, máxime en estos tiempos de crisis que corren, se ha encontrado con obstáculos en la planificación deportiva. El mercado veraniego ha sido el más complicado de los últimos años y, además, se ha caracterizado por una paralización más larga de lo habitual, hasta que a última hora, los miedos, las apreturas y algún que otro desembolso importante, lo agitaron mínimamente.
El Betis, por lo demás con los recursos económicos justos, no ha sido ajeno a estas circunstancias. Pepe Mel y Vlada Stosic pretendían una renovación sustancial de la plantilla y, al final, ésta no pudo ser lo exhaustiva que se pretendió. De ahí que no pueda extrañar que una vez que el balón ha comenzado a rodar se hayan observado carencias en la portería, en el centro del campo e incluso en algún lateral, aunque la postrera llegada de Ángel y la confianza que existe en Álex Martínez bien podrían crear en los costados la competencia que hoy, por desgracia, no existe.
En la portería, por contra, es máxima, al punto de que Adrián ha convertido en una terna algo que el propio Mel se temía. Éste ya indicó a la secretaría técnica al poco de su llegada al club que la situación ideal es la de guardar sitio en la plantilla a dos porteros profesionales y que el tercero se mantenga activo todos los domingos jugando con el filial. Empero, ha visto cómo al sevillano el club le otorgaba esta temporada un dorsal del primer equipo.
Tras la polémica surgida con las irregulares actuaciones de Fabricio en los primeros compases ligueros, unidas a sus poco afortunadas palabras sobre el partido de El Molinón, el entrenador madrileño ya le comunicó a Stosic que, en su opinión, el Betis necesitaba firmar a un guardameta en el próximo mercado invernal.
Unas semanas antes ya había mantenido otra conversación con el serbio en la que le hizo saber que le gustaría disponer también de un medio de cierre, ya que considera que sólo Rubén Pérez tiene entidad en la plantilla para sostener el equipo por delante de los centrales. Mel acabó por convencerse de ello al poco de la llegada de Igiebor, cuando tras verlo entrenar e incluso hablar con él se dio cuenta de que no sólo no era un centrocampista de cierre, sino ni siquiera un medio centro al uso, toda vez que el nigeriano suele actuar por delante de éstos, en lugares por donde se mueven incluso delanteros. Es decir, no sólo no era un tercer central como Carlos Sánchez -uno de los pretendidos en verano-, sino que tampoco se parecía a Diame, con lo cual difícilmente podrá verse a Igiebor como pareja de Beñat o de Rubén Pérez.
Real Betis - Un portero y un cierre - Diario de Sevilla
El Betis, por lo demás con los recursos económicos justos, no ha sido ajeno a estas circunstancias. Pepe Mel y Vlada Stosic pretendían una renovación sustancial de la plantilla y, al final, ésta no pudo ser lo exhaustiva que se pretendió. De ahí que no pueda extrañar que una vez que el balón ha comenzado a rodar se hayan observado carencias en la portería, en el centro del campo e incluso en algún lateral, aunque la postrera llegada de Ángel y la confianza que existe en Álex Martínez bien podrían crear en los costados la competencia que hoy, por desgracia, no existe.
En la portería, por contra, es máxima, al punto de que Adrián ha convertido en una terna algo que el propio Mel se temía. Éste ya indicó a la secretaría técnica al poco de su llegada al club que la situación ideal es la de guardar sitio en la plantilla a dos porteros profesionales y que el tercero se mantenga activo todos los domingos jugando con el filial. Empero, ha visto cómo al sevillano el club le otorgaba esta temporada un dorsal del primer equipo.
Tras la polémica surgida con las irregulares actuaciones de Fabricio en los primeros compases ligueros, unidas a sus poco afortunadas palabras sobre el partido de El Molinón, el entrenador madrileño ya le comunicó a Stosic que, en su opinión, el Betis necesitaba firmar a un guardameta en el próximo mercado invernal.
Unas semanas antes ya había mantenido otra conversación con el serbio en la que le hizo saber que le gustaría disponer también de un medio de cierre, ya que considera que sólo Rubén Pérez tiene entidad en la plantilla para sostener el equipo por delante de los centrales. Mel acabó por convencerse de ello al poco de la llegada de Igiebor, cuando tras verlo entrenar e incluso hablar con él se dio cuenta de que no sólo no era un centrocampista de cierre, sino ni siquiera un medio centro al uso, toda vez que el nigeriano suele actuar por delante de éstos, en lugares por donde se mueven incluso delanteros. Es decir, no sólo no era un tercer central como Carlos Sánchez -uno de los pretendidos en verano-, sino que tampoco se parecía a Diame, con lo cual difícilmente podrá verse a Igiebor como pareja de Beñat o de Rubén Pérez.
Real Betis - Un portero y un cierre - Diario de Sevilla
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