Creo que lleva muy mucha razón en lo escrito por Peris
El afortunado tanto de Rubén Castro no puede hacer de maquillaje con el que embellecer la imagen del Betis
Siempre se dijo que bien está lo que bien acaba y nadie podrá poner en duda de que lo de Zorrilla terminó bien, pero que muy bien, para el Betis. El rocambolesco gol del oportunísimo Rubén Castro llegó, por si fuera poco, cuando no había lugar a la contestación; o sea, cuando más gusto da, pero... No puede esa suertuda carambola servir de maquillaje para una actuación que dejó bastante que desear tanto en conjunto como a nivel individual, donde muy pocos mantuvieron un rendimiento coherente a lo largo de los noventaitantos minutos que duró el pleito. Casto, Mario, Paulao y no sé si alguno más; pocos, en suma.
Vulnerable por los flancos defensivos y con muchas deficiencias a la hora de robar el balón, el Betis estuvo en muchas fases del partido al pairo, muy a expensas de lo que hacía el Valladolid. Afortunadamente y a pesar de lo bien sincronizado que Djukic tiene al equipo, los pucelanos son lo que son y por eso, por sus limitaciones ante el gol sobre todo, es por donde el Betis sobrevivió hasta llegar a la orilla en condiciones de lo mejor. Entre los defectos a corregir por Mel está un alarmante bajón en los tiempos de posesión y que se debe, más que nada, a que el rival, como el Rayo hace tres semanas, acumula más hombres en el centro y de ahí la inferioridad.
Si todo obedece a un cambio de filosofía, si en vez de sobar la pelota hasta encontrar el hueco por donde hacer daño opta Mel por darle el balón al rival para salir en verticalidad vertiginosa, nada que oponer. Sin embargo hay cosas que chocan, como eso de que después de fichar una sobredosis de extremos sean Nono y Alex Martínez los especialistas de ala que coincidan en el campo durante un buen rato. Creo que es malo para Nono y para el Betis que se sitúe en un costado, pero son éstas sólo reflexiones en negro sobre blanco con la única finalidad de que el gol del providencial Rubén no tape las deficiencias de un Betis que no siempre tendrá delante al Valladolid.
Luis Carlos Peris | Actualizado 19.09.2012 - 01:00 DIARIO DE SEVILLA
El afortunado tanto de Rubén Castro no puede hacer de maquillaje con el que embellecer la imagen del Betis
Siempre se dijo que bien está lo que bien acaba y nadie podrá poner en duda de que lo de Zorrilla terminó bien, pero que muy bien, para el Betis. El rocambolesco gol del oportunísimo Rubén Castro llegó, por si fuera poco, cuando no había lugar a la contestación; o sea, cuando más gusto da, pero... No puede esa suertuda carambola servir de maquillaje para una actuación que dejó bastante que desear tanto en conjunto como a nivel individual, donde muy pocos mantuvieron un rendimiento coherente a lo largo de los noventaitantos minutos que duró el pleito. Casto, Mario, Paulao y no sé si alguno más; pocos, en suma.
Vulnerable por los flancos defensivos y con muchas deficiencias a la hora de robar el balón, el Betis estuvo en muchas fases del partido al pairo, muy a expensas de lo que hacía el Valladolid. Afortunadamente y a pesar de lo bien sincronizado que Djukic tiene al equipo, los pucelanos son lo que son y por eso, por sus limitaciones ante el gol sobre todo, es por donde el Betis sobrevivió hasta llegar a la orilla en condiciones de lo mejor. Entre los defectos a corregir por Mel está un alarmante bajón en los tiempos de posesión y que se debe, más que nada, a que el rival, como el Rayo hace tres semanas, acumula más hombres en el centro y de ahí la inferioridad.
Si todo obedece a un cambio de filosofía, si en vez de sobar la pelota hasta encontrar el hueco por donde hacer daño opta Mel por darle el balón al rival para salir en verticalidad vertiginosa, nada que oponer. Sin embargo hay cosas que chocan, como eso de que después de fichar una sobredosis de extremos sean Nono y Alex Martínez los especialistas de ala que coincidan en el campo durante un buen rato. Creo que es malo para Nono y para el Betis que se sitúe en un costado, pero son éstas sólo reflexiones en negro sobre blanco con la única finalidad de que el gol del providencial Rubén no tape las deficiencias de un Betis que no siempre tendrá delante al Valladolid.
Luis Carlos Peris | Actualizado 19.09.2012 - 01:00 DIARIO DE SEVILLA
Comentario