Quiero recuperar de ABC éste escrito de Gerardo torres en el cual se comentan ya ciertos detalles que gracias al trabajo de Por Nuestro Betis han sido mayormente aclarados en lo que se refiere al estado económico a 30 de junio del 2006 y a los litigios de lopera con hacienda.Este escrito es del año pasado.Ahora estamos en 2007 y la situacion está mucho peor.A los moderados, ¿esperamos al 2008 o actuamos ya en consecuencia?
Por GERARDO TORRES
3-7-2006
[LEFT]Hace más o menos una década, Lorenzo Sanz firmó en Madrid el traspaso de Alfonso Pérez Muñoz al Betis en las oficinas que Manuel Ruiz de Lopera tiene en la Plaza de Colón de la capital de España. El presidente del Betis le había prometido a su afición que el delantero getafense, que había jugado en Heliópolis en calidad de cedido, se iría de Sevilla en un AVE y regresaría en el siguiente, y casi fue así, ya que el trato que había hecho en su día con Ramón Mendoza para conseguir el préstamo del jugador dejó al Real Madrid en deuda con el Betis y, por lo tanto, el traspaso era negociable, pero también inevitable. Conocida es la anécdota de que Lopera llegó a pagar parte de aquella operación -que incluyó a Valerio e Iván Pérez- en el acto y con dinero en metálico, una historia verídica que hizo crecer la figura del presidente bético en el fútbol español, que por aquellas fechas se acercaba al momento crucial de su historia que significó la lucha encarnizada de los operadores de televisión por los derechos de retransmisión de los partidos, que se resolvió no sin que Lopera interviniera decisivamente en ella.
No hace falta repasar los fichajes que hizo el Betis en esa misma temporada y en las sucesivas. Huelga recordar el dineral que invirtió en refuerzos el equipo blanquiverde. Sin embargo, los béticos no olvidan los discursos triunfalistas de su presidente, cargados además de optimismo y dramatizados hasta la exageración. Mil y una veces explicó el máximo mandatario de la entidad heliopolitana que los bancos abrían y cerraban según sus instrucciones, que con sólo apretar un botón obtenía en un segundo toda la información económica o financiera que necesitara para abordar una operación, que los representantes inundaban sus oficinas con faxes ofreciendo los mejores jugadores y que en medio mundo se reconocía ya la solvencia del Betis y su seriedad a la hora de afrontar sus pagos.
Tegasa, el paraguas
Y contó muchas veces, quizá sin que todo el mundo llegara a comprenderle, que el Real Betis vivía bajo el paraguas de una empresa llamada Tegasa que temporada tras temporada iba a cubrir el presupuesto del club. «¿Qué es Tegasa, presidente?», le preguntó un periodista en el antepalco del entonces estadio Benito Villamarín en cierta ocasión. Y Lopera, que en las distancias cortas y en estado de relajación es maestro socarrón y le arranca una carcajada a una estatua, respondió con la agudeza que le caracteriza y mirando de reojo con su conocida media sonrisa: «Una empresa para que todo quede en casa».
Un día la Agencia Tributaria se preguntó qué era Tegasa, y a Lopera ya no le salió la misma contestación. Técnicas Ganaderas, S. A., fundada en 1971, se había convertido en 1993 en Técnicas y Garantías del Deporte, S. A. y en 1994 había ampliado su capital social a... 30 millones de pesetas, gracias a la aportación de otra sociedad llamada Frigimueble, que se hizo con el 25 por ciento de Tegasa. El otro 75 lo compartían Incecosa (Inmobiliaria Centro Colón, S. A.), Ruolsa (Ruiz de Lopera, S. A.) y Farusa (Familia Ruiz de Lopera, S. A., propietaria del 52 por ciento de las acciones de Real Betis Balompié, S. A. D.). Y resulta que Tegasa firmó su primer contrato de prestación de servicios al Betis en 1993, pero no tuvo empleados hasta 1994: dos auxiliares administrativos. Con ese personal y ese capital social -según los datos de la inspección que Hacienda realizó sobre las cuentas del Betis que fueron filtrados a un periódico nacional en abril de 2000-, Tegasa le facturó al Betis en aquel primer ejercicio 761 millones de pesetas, 138 menos de los que antes le había abonado al club por el arriendo y la cesión de instalaciones, servicios e ingresos.
Al fisco no le cuadró todo esto, y empezó a hacerse preguntas. ¿Qué servicios prestaba Tegasa al Betis, si era éste el que generaba los recursos?, ¿de dónde salía el dinero de ese paraguas que se había buscado Lopera? Hacienda comprobó que después de perder 273 millones de pesetas en los dos primeros años de su contrato con el Betis, Tegasa ganó 2.017 en los dos siguientes.
Todo aquello es historia y no merece la pena removerlo porque el vínculo de Tegasa con el Real Betis ya lo estudió la Agencia Tributaria, lo desmenuzó el Ministerio Fiscal y un juez acabó por zanjar el asunto castigando a Ruiz de Lopera por lo que consideró dos delitos fiscales.
«El problema con Hacienda es de dinero y se solucionará con dinero», declaró Ruiz de Lopera a este periódico en febrero de 2005. Y así fue. No hubo cárcel para él porque todo se negoció y después de reconocer sus faltas, el presidente bético pagó lo que le pidió el Estado -lo cual se consideró reparación del daño- y luego la multa que le fue impuesta. Mas nada fue igual en el Betis desde que el fisco se interesó por sus cuentas, allá por el año 2000. En la junta de accionistas de ese mismo año, celebrada el 29 de diciembre, y con el equipo en Segunda división, se aprobó el traspaso de todos los activos del club que manejaba Tegasa a una nueva sociedad llamada Encadesa (Encaje del Deporte, S. A.). Óscar Arredondo trató de explicarlo, pero el presidente interrumpió la alocución del abogado: «Esto, de todas formas, está en el Registro Mercantil, y el que quiera informarse bien que vaya y lo vea. Lo aprobamos, ¿no?». Unanimidad en el voto: sí.
Sigue Encadesa
Encadesa cubre los presupuestos del Betis en las temporadas 2000-01 y 2001-02, en las que el club obtiene beneficios, lo cual quiere decir que se ingresó más de lo gastado y también más de lo previsto por conceptos -subvenciones y quinielas- cuyos réditos no tenían que ir a parar a la empresa paraguas.
Pero ocurre que para la campaña 2002-03 se presupuesta un gasto de 26 millones de euros y al final, aportando Encadesa ese dinero más o menos, se registra un déficit en el ejercicio de 192.000 euros. Es la primera vez que las cuentas del Real Betis se saldan con un balance negativo, pero curiosamente ésta es la tónica desde entonces. En la junta de accionistas en que se desvelan esos primeros números rojos, Lopera lanza una advertencia a los que le critican por su gestión: «Me estáis cansando, y cuando me canséis esto se va al garete». No era la primera vez que el presidente amenazaba al beticismo. En la junta de 1999, en mitad de la temporada del descenso -los fichajes fueron Crosa, Romero, Karhan y Bornes-, Lopera hizo frente a las quejas de la grada diciéndole a los accionistas que «si la afición no arrima el hombro, yo tampoco lo haré». En junio de 2001, sólo unas horas después de que el equipo consiguiera el ascenso y, por consiguiente, en plena celebración, dijo que se iba, y con ese discurso se presentó en la junta del 22 de octubre, pidiendo que se le buscara un sustituto, aunque se retractó sobre la marcha: «Hasta Juande Ramos me ha pedido que no me vaya porque esto tendría un efecto negativo en el vestuario, y yo no quiero desestabilizar a la plantilla. El Betis está antes que mi orgullo, que mi dinero, que mi intimidad, que ya la he perdido, y antes que nada. Estoy en un callejón sin salida, estoy condenado a cadena perpetua». Entonces, en el capítulo de ruegos y preguntas se propuso que se nombrara a Manuel Ruiz de Lopera «presidente perpetuo del Betis», y la sala aceptó la idea.
Salvadora ACS
Después de los 192.000 euros de pérdidas de 2003, el ejercicio 2003-2004 fue muy raro. El presupuesto ascendió de nuevo a 26 millones de euros, pero Encadesa sólo aportó algo más de catorce. Faltaban otros doce, y resulta que al final de la temporada se ofreció un balance positivo de 124.000 euros -algo más de veinte millones de pesetas-, pero después de que se incluyera un ingreso extraordinario aportado por ACS, la constructora de Florentino Pérez, como señal por la futura compra del solar que está a la espalda del estadio, y que está aún por recalificar. ¿De cuánto fue la señal? De doce millones de euros. Y es más, a preguntas de los accionistas disconformes que acudieron a aquella conflictiva junta, el consejo de administración reconoció por primera vez una deuda del Betis, que ascendía a... doce millones de euros. No obstante, se dijo que no era un pasivo que se arrastrara sino una cantidad que se iba a pagar en breve.
Y el gran déficit reconocido
El año pasado, cuando hubo que rendir cuentas de la temporada en que se ganó la Copa del Rey, y en una junta vetada por primera vez a los medios de comunicación, el Betis arrojó unas pérdidas de diez millones de euros que, después de impuestos, se quedaron en 6,7. Algunos consejeros afirman off the record que los números del ejercicio que se cerró hace tres días tampoco serán positivos, y eso que el equipo participó en la Liga de Campeones, con lo que eso genera, y que el presupuesto se había reducido en casi dos millones de euros a pesar de que el equipo iba a participar en la máxima competición continental. Surgen entonces dos preguntas: ¿ya no hay Tegasa ni Encadesa que haga de paraguas?, y ¿qué recursos genera de verdad el Betis?
La historia relatada indica que hay un declive y los últimos acontecimientos confirman que la situación no es boyante, pero nadie lo ha dicho oficialmente. Y así es fácil entender que ayer los consejeros consultados por ABC desearan fervientemente el triunfo de Juan Palacios en las elecciones presidenciales del Real Madrid, para que de verdad ofreciera 27 millones de euros por Joaquín. Pero como no lo arregle el voto por correo...[/LEFT]
Por GERARDO TORRES
3-7-2006
[LEFT]Hace más o menos una década, Lorenzo Sanz firmó en Madrid el traspaso de Alfonso Pérez Muñoz al Betis en las oficinas que Manuel Ruiz de Lopera tiene en la Plaza de Colón de la capital de España. El presidente del Betis le había prometido a su afición que el delantero getafense, que había jugado en Heliópolis en calidad de cedido, se iría de Sevilla en un AVE y regresaría en el siguiente, y casi fue así, ya que el trato que había hecho en su día con Ramón Mendoza para conseguir el préstamo del jugador dejó al Real Madrid en deuda con el Betis y, por lo tanto, el traspaso era negociable, pero también inevitable. Conocida es la anécdota de que Lopera llegó a pagar parte de aquella operación -que incluyó a Valerio e Iván Pérez- en el acto y con dinero en metálico, una historia verídica que hizo crecer la figura del presidente bético en el fútbol español, que por aquellas fechas se acercaba al momento crucial de su historia que significó la lucha encarnizada de los operadores de televisión por los derechos de retransmisión de los partidos, que se resolvió no sin que Lopera interviniera decisivamente en ella.
No hace falta repasar los fichajes que hizo el Betis en esa misma temporada y en las sucesivas. Huelga recordar el dineral que invirtió en refuerzos el equipo blanquiverde. Sin embargo, los béticos no olvidan los discursos triunfalistas de su presidente, cargados además de optimismo y dramatizados hasta la exageración. Mil y una veces explicó el máximo mandatario de la entidad heliopolitana que los bancos abrían y cerraban según sus instrucciones, que con sólo apretar un botón obtenía en un segundo toda la información económica o financiera que necesitara para abordar una operación, que los representantes inundaban sus oficinas con faxes ofreciendo los mejores jugadores y que en medio mundo se reconocía ya la solvencia del Betis y su seriedad a la hora de afrontar sus pagos.
Tegasa, el paraguas
Y contó muchas veces, quizá sin que todo el mundo llegara a comprenderle, que el Real Betis vivía bajo el paraguas de una empresa llamada Tegasa que temporada tras temporada iba a cubrir el presupuesto del club. «¿Qué es Tegasa, presidente?», le preguntó un periodista en el antepalco del entonces estadio Benito Villamarín en cierta ocasión. Y Lopera, que en las distancias cortas y en estado de relajación es maestro socarrón y le arranca una carcajada a una estatua, respondió con la agudeza que le caracteriza y mirando de reojo con su conocida media sonrisa: «Una empresa para que todo quede en casa».
Un día la Agencia Tributaria se preguntó qué era Tegasa, y a Lopera ya no le salió la misma contestación. Técnicas Ganaderas, S. A., fundada en 1971, se había convertido en 1993 en Técnicas y Garantías del Deporte, S. A. y en 1994 había ampliado su capital social a... 30 millones de pesetas, gracias a la aportación de otra sociedad llamada Frigimueble, que se hizo con el 25 por ciento de Tegasa. El otro 75 lo compartían Incecosa (Inmobiliaria Centro Colón, S. A.), Ruolsa (Ruiz de Lopera, S. A.) y Farusa (Familia Ruiz de Lopera, S. A., propietaria del 52 por ciento de las acciones de Real Betis Balompié, S. A. D.). Y resulta que Tegasa firmó su primer contrato de prestación de servicios al Betis en 1993, pero no tuvo empleados hasta 1994: dos auxiliares administrativos. Con ese personal y ese capital social -según los datos de la inspección que Hacienda realizó sobre las cuentas del Betis que fueron filtrados a un periódico nacional en abril de 2000-, Tegasa le facturó al Betis en aquel primer ejercicio 761 millones de pesetas, 138 menos de los que antes le había abonado al club por el arriendo y la cesión de instalaciones, servicios e ingresos.
Al fisco no le cuadró todo esto, y empezó a hacerse preguntas. ¿Qué servicios prestaba Tegasa al Betis, si era éste el que generaba los recursos?, ¿de dónde salía el dinero de ese paraguas que se había buscado Lopera? Hacienda comprobó que después de perder 273 millones de pesetas en los dos primeros años de su contrato con el Betis, Tegasa ganó 2.017 en los dos siguientes.
Todo aquello es historia y no merece la pena removerlo porque el vínculo de Tegasa con el Real Betis ya lo estudió la Agencia Tributaria, lo desmenuzó el Ministerio Fiscal y un juez acabó por zanjar el asunto castigando a Ruiz de Lopera por lo que consideró dos delitos fiscales.
«El problema con Hacienda es de dinero y se solucionará con dinero», declaró Ruiz de Lopera a este periódico en febrero de 2005. Y así fue. No hubo cárcel para él porque todo se negoció y después de reconocer sus faltas, el presidente bético pagó lo que le pidió el Estado -lo cual se consideró reparación del daño- y luego la multa que le fue impuesta. Mas nada fue igual en el Betis desde que el fisco se interesó por sus cuentas, allá por el año 2000. En la junta de accionistas de ese mismo año, celebrada el 29 de diciembre, y con el equipo en Segunda división, se aprobó el traspaso de todos los activos del club que manejaba Tegasa a una nueva sociedad llamada Encadesa (Encaje del Deporte, S. A.). Óscar Arredondo trató de explicarlo, pero el presidente interrumpió la alocución del abogado: «Esto, de todas formas, está en el Registro Mercantil, y el que quiera informarse bien que vaya y lo vea. Lo aprobamos, ¿no?». Unanimidad en el voto: sí.
Sigue Encadesa
Encadesa cubre los presupuestos del Betis en las temporadas 2000-01 y 2001-02, en las que el club obtiene beneficios, lo cual quiere decir que se ingresó más de lo gastado y también más de lo previsto por conceptos -subvenciones y quinielas- cuyos réditos no tenían que ir a parar a la empresa paraguas.
Pero ocurre que para la campaña 2002-03 se presupuesta un gasto de 26 millones de euros y al final, aportando Encadesa ese dinero más o menos, se registra un déficit en el ejercicio de 192.000 euros. Es la primera vez que las cuentas del Real Betis se saldan con un balance negativo, pero curiosamente ésta es la tónica desde entonces. En la junta de accionistas en que se desvelan esos primeros números rojos, Lopera lanza una advertencia a los que le critican por su gestión: «Me estáis cansando, y cuando me canséis esto se va al garete». No era la primera vez que el presidente amenazaba al beticismo. En la junta de 1999, en mitad de la temporada del descenso -los fichajes fueron Crosa, Romero, Karhan y Bornes-, Lopera hizo frente a las quejas de la grada diciéndole a los accionistas que «si la afición no arrima el hombro, yo tampoco lo haré». En junio de 2001, sólo unas horas después de que el equipo consiguiera el ascenso y, por consiguiente, en plena celebración, dijo que se iba, y con ese discurso se presentó en la junta del 22 de octubre, pidiendo que se le buscara un sustituto, aunque se retractó sobre la marcha: «Hasta Juande Ramos me ha pedido que no me vaya porque esto tendría un efecto negativo en el vestuario, y yo no quiero desestabilizar a la plantilla. El Betis está antes que mi orgullo, que mi dinero, que mi intimidad, que ya la he perdido, y antes que nada. Estoy en un callejón sin salida, estoy condenado a cadena perpetua». Entonces, en el capítulo de ruegos y preguntas se propuso que se nombrara a Manuel Ruiz de Lopera «presidente perpetuo del Betis», y la sala aceptó la idea.
Salvadora ACS
Después de los 192.000 euros de pérdidas de 2003, el ejercicio 2003-2004 fue muy raro. El presupuesto ascendió de nuevo a 26 millones de euros, pero Encadesa sólo aportó algo más de catorce. Faltaban otros doce, y resulta que al final de la temporada se ofreció un balance positivo de 124.000 euros -algo más de veinte millones de pesetas-, pero después de que se incluyera un ingreso extraordinario aportado por ACS, la constructora de Florentino Pérez, como señal por la futura compra del solar que está a la espalda del estadio, y que está aún por recalificar. ¿De cuánto fue la señal? De doce millones de euros. Y es más, a preguntas de los accionistas disconformes que acudieron a aquella conflictiva junta, el consejo de administración reconoció por primera vez una deuda del Betis, que ascendía a... doce millones de euros. No obstante, se dijo que no era un pasivo que se arrastrara sino una cantidad que se iba a pagar en breve.
Y el gran déficit reconocido
El año pasado, cuando hubo que rendir cuentas de la temporada en que se ganó la Copa del Rey, y en una junta vetada por primera vez a los medios de comunicación, el Betis arrojó unas pérdidas de diez millones de euros que, después de impuestos, se quedaron en 6,7. Algunos consejeros afirman off the record que los números del ejercicio que se cerró hace tres días tampoco serán positivos, y eso que el equipo participó en la Liga de Campeones, con lo que eso genera, y que el presupuesto se había reducido en casi dos millones de euros a pesar de que el equipo iba a participar en la máxima competición continental. Surgen entonces dos preguntas: ¿ya no hay Tegasa ni Encadesa que haga de paraguas?, y ¿qué recursos genera de verdad el Betis?
La historia relatada indica que hay un declive y los últimos acontecimientos confirman que la situación no es boyante, pero nadie lo ha dicho oficialmente. Y así es fácil entender que ayer los consejeros consultados por ABC desearan fervientemente el triunfo de Juan Palacios en las elecciones presidenciales del Real Madrid, para que de verdad ofreciera 27 millones de euros por Joaquín. Pero como no lo arregle el voto por correo...[/LEFT]
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