DESCONOZCO si el Sevilla tiene en su cabeza alguna obsesión por el 92, pero sí puede atestiguarse que es el año 2008 el que prima sobre aquella emblemática fecha en que se conmemoraba el Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Cierto es que quien ignora el pasado está condenado a caer en el mismo error, pero tan cierto como que mientras más se mira a él, al pasado, menos se avanza hacia un futuro que no espera, que está ahí para todos aunque no todos lo emboquen con tan buenos argumentos como lo afronta el triunfante Sevilla de José María del Nido... Benavente.
A la fuerza ahorcan y no hay más remedio que meras razones de vecindad para hacer una comparativa entre la manera de manejarse el ya rico Sevilla y la del Betis, nuevo cliente de la tienda de los veinte duros a la que tan adicto fue el primero según desvelaba jocosamente Lopera. Moderna y progresista la primera, no puede anclarse más en el pasado la del Betis de Manuel Ruiz de Lopera. Continúa el accionista mayoritario recordando el ignominioso 92 cuando lo que el bético quiere es que le hagan ver el presente, no ya el futuro sino el mero presente, con un mínimo de esperanza, que para eso la esperanza viste como el Betis, de verde.
Y para una reedición corregida y aumentada de lo bananero, Pepe León al frente de las maniobras. Es un decir, pues este nazareno no está al frente de maniobra alguna, sino que sigue en el escaparate para seguir siendo el pim pam pum de los béticos, mientras el que manda de verdad sigue enrocado en su torre de Jabugo, El Fontanal, Sevilla extramuros. El 92, los Carranzas, el primero en ir a la Champions o el continuo mareo de la perdiz en las contrataciones con más flecos que imaginarse pueda. En la otra orilla, el Sevilla de José María del Nido aparcando las conquistas para que una distracción no dificulte la próxima. Paralelamente a todo esto, la Copa de 2005 sigue en Jabugo, como Serra en Atenas. Diferencias...
A la fuerza ahorcan y no hay más remedio que meras razones de vecindad para hacer una comparativa entre la manera de manejarse el ya rico Sevilla y la del Betis, nuevo cliente de la tienda de los veinte duros a la que tan adicto fue el primero según desvelaba jocosamente Lopera. Moderna y progresista la primera, no puede anclarse más en el pasado la del Betis de Manuel Ruiz de Lopera. Continúa el accionista mayoritario recordando el ignominioso 92 cuando lo que el bético quiere es que le hagan ver el presente, no ya el futuro sino el mero presente, con un mínimo de esperanza, que para eso la esperanza viste como el Betis, de verde.
Y para una reedición corregida y aumentada de lo bananero, Pepe León al frente de las maniobras. Es un decir, pues este nazareno no está al frente de maniobra alguna, sino que sigue en el escaparate para seguir siendo el pim pam pum de los béticos, mientras el que manda de verdad sigue enrocado en su torre de Jabugo, El Fontanal, Sevilla extramuros. El 92, los Carranzas, el primero en ir a la Champions o el continuo mareo de la perdiz en las contrataciones con más flecos que imaginarse pueda. En la otra orilla, el Sevilla de José María del Nido aparcando las conquistas para que una distracción no dificulte la próxima. Paralelamente a todo esto, la Copa de 2005 sigue en Jabugo, como Serra en Atenas. Diferencias...
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