con efecto
Con el central no caben errores
El consejo del Betis, que siempre supo rectificar pese a su dañino entorno, debe volcarse ya en reforzar la plantilla
Javier Mérida / [email protected] | Actualizado 13.08.2012 - 01:00
UNA de las virtudes que caracterizan al consejo de administración del Betis en los dos últimos años es su diligencia y su nítida asunción de los errores. Desde que Rafael Gordillo iniciase la transición, a los hombres que están al frente del club verdiblanco no se les puede negar su voluntarismo, aunque, lógicamente, en asuntos puntuales hayan existido fallos en casi todas las áreas del club, bien subsanados, en casos incluso con el despido de profesionales contratados unos meses atrás.
No es cuestión ahora de enumerarlos, pero no se puede negar que la campaña de abonos no está siendo acertada. Es más, incluso dentro del club hay quien la ha criticado veladamente y, llegado el momento, hasta Miguel Guillén ya declaró ayer que esperaba mejores resultados.
Ocurre que cierto entorno del consejo, incapaz de ejercer la crítica por amiguismo, saca el loperismo a escena como si no supiera ya toda España quién dejó al Betis hecho unos zorros. Claro que cualquier cosa mejor que Lopera, pero de ahí a decir que todo es hoy maravilloso va un abismo.
En la confección de la nueva plantilla también hay sus peros. A la fecha, el equipo ha mejorado. Ha entrado sangre nueva que aporta velocidad y desborde. Arriba, con algún pespunte por dar, se ve fácil. Y hay más gol del que parece. Pero atrás empiezan a oírse nombres que dan miedo. En la lista de centrales se observa una pérdida de jerarquía cuando el que arribe debería ser mejor incluso que los cuatro ya en nómina. Igual ocurre con ese centrocampista por el que suspira Mel. Y si hay que gastar dinero, se gasta, que más caro es un descenso y un equipo ofensivo como éste necesita un ancla por detrás del balón.
Lo principal en la gestión de un club es el primer equipo y, de hecho, éste ha sostenido estos dos años a la entidad. Ahora es el turno de que ésta piense sólo en fútbol. Aquí, sí, un error suele ser fatal y no vale con asumirlo luego. Hay que evitarlo.
Con el central no caben errores
Con el central no caben errores
El consejo del Betis, que siempre supo rectificar pese a su dañino entorno, debe volcarse ya en reforzar la plantilla
Javier Mérida / [email protected] | Actualizado 13.08.2012 - 01:00
UNA de las virtudes que caracterizan al consejo de administración del Betis en los dos últimos años es su diligencia y su nítida asunción de los errores. Desde que Rafael Gordillo iniciase la transición, a los hombres que están al frente del club verdiblanco no se les puede negar su voluntarismo, aunque, lógicamente, en asuntos puntuales hayan existido fallos en casi todas las áreas del club, bien subsanados, en casos incluso con el despido de profesionales contratados unos meses atrás.
No es cuestión ahora de enumerarlos, pero no se puede negar que la campaña de abonos no está siendo acertada. Es más, incluso dentro del club hay quien la ha criticado veladamente y, llegado el momento, hasta Miguel Guillén ya declaró ayer que esperaba mejores resultados.
Ocurre que cierto entorno del consejo, incapaz de ejercer la crítica por amiguismo, saca el loperismo a escena como si no supiera ya toda España quién dejó al Betis hecho unos zorros. Claro que cualquier cosa mejor que Lopera, pero de ahí a decir que todo es hoy maravilloso va un abismo.
En la confección de la nueva plantilla también hay sus peros. A la fecha, el equipo ha mejorado. Ha entrado sangre nueva que aporta velocidad y desborde. Arriba, con algún pespunte por dar, se ve fácil. Y hay más gol del que parece. Pero atrás empiezan a oírse nombres que dan miedo. En la lista de centrales se observa una pérdida de jerarquía cuando el que arribe debería ser mejor incluso que los cuatro ya en nómina. Igual ocurre con ese centrocampista por el que suspira Mel. Y si hay que gastar dinero, se gasta, que más caro es un descenso y un equipo ofensivo como éste necesita un ancla por detrás del balón.
Lo principal en la gestión de un club es el primer equipo y, de hecho, éste ha sostenido estos dos años a la entidad. Ahora es el turno de que ésta piense sólo en fútbol. Aquí, sí, un error suele ser fatal y no vale con asumirlo luego. Hay que evitarlo.
Con el central no caben errores
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