Esta es una interesante entrevista a Edu realiza por Al final de la palmera, habla de Lopera y lo mal que se porto con el, el mal trato que recibió, y bueno, lo que todos sabemos ya, era un dirigente patetico. También habla como le va ahora por la MLS y que pudo fichar por el Sevilla, y de una cosa rara que pasó con Stosic y que Mel no lo quiso sin el saber nada.
Lleva un mes en el Colorado Rapids, tratando de hacerse con los usos y costumbres de la MLS estadounidense. Luis Eduardo Schimidt mantiene el hambre de fútbol porque no quiere colgar las botas a sus 33 años. Desde la distancia espacial y temporal, recuerda sus años en el Betis, su especial relación con Lopera, y momentos hasta ahora desconocidos como que pudo fichar por el Sevilla a principios de 2009 porque acababa contrato, que Luis Oliver le propuso volver como verdiblanco y un extraño encuentro con Stosic el verano pasado. Es Edu, un ídolo para el beticismo que habla claro en ABC de Sevilla.
—¿Cómo va la vida por Estados Unidos?
—Muy bien. Me estoy adaptando a la ciudad, al país y al club. Llegué sólo hace un mes. En Denver estamos en altura y al principio se sufre, pero vamos mejorando. No he jugado mucho, ya que me estaba poniendo a punto. He disputado 90 minutos en un campeonato aparte de la MLS y marqué un gol y el otro día estuvimos en la Open Cup, jugué todo el partido y anoté otro. Aún me falta tono físico y aquí es importante porque se basa en eso. Es muy diferente a España.
—¿Qué le queda en el fútbol?
—No lo sé. He firmado hasta final de temporada y si las cosas van bien, pensaré seguir. Si no, mi idea es empezar un proyecto diferente, en una cultura nueva, otra experiencia profesional. Mientras, estoy en esta y ojalá me vaya bien. Quiero disfrutar del fútbol, que es lo que me gusta.
—¿Ha visto al Betis en la temporada recién finalizada?
—Algunos partidos. No ha sido una campaña fácil, con altos y bajos, pero se logró el objetivo trazado con cierta tranquilidad al final.
—¿Es cierto que después de marcharse pudo haber regresado?
—Sí, es verdad. Fue en el verano de 2010, cuando Luis Oliver llegó al club. Un día me llamó estando en una cena con Paco Nuchera y Ángel Martín. Sin hablar mucho, me preguntó si quería volver al Betis. Luego le pasó el teléfono a Nuchera para que habláramos de cantidades económicas.
—¿Y qué pasó?
—Nada. Me sentí algo engañado. No me gusta que jueguen con mi familia, puesto que me dijeron que estaban seguros de que iban a traerme, pero después desaparecieron. Creo que las personas primero tienen que ser transparentes, pero no pasa nada. Llevo muchos años en el fútbol y sé cómo es. Si hubiera vuelto al Betis, lógicamente teníamos cosas que hablar, pero siempre he dicho que ese club está y estará en mi corazón aparte de los momentos malos con Lopera, que al final no es el Betis. Creo que lo que hizo Oliver no estuvo bien.
—Y tuvo otro contacto más reciente, ¿no?
—Un poco antes del verano de 2011 estuve en Sevilla y pasó algo que de verdad creo que era innecesario. Yo estaba con mi abogado de Brasil para tratar una serie de asuntos particulares y los señores José Pablo Varela y David Pirri (representantes) me dijeron que Vlada Stosic quería saludarme en su oficina. Fui allí y cuando llegó Stosic me saludó, nos sentamos ante una mesa, me miró y me dijo: «Bueno, vengo de hablar con Mel y me dice que no te quiere». Yo me quedé sorprendido, sin saber lo que pasaba. Me dijo eso y se marchó. Yo, por educación, me porté bien y no dije nada. En caso contrario no sé qué hubiera pasado. ¡¡Yo sólo le saludé, no quería que me fichara!! Lo dijo y salió en dos minutos. Lógicamente no me quedé muy contento con aquello y les pregunté a los otros señores si le habían dicho algo sobre mí y me dijeron que no, con caras de sorprendidos. La verdad es que fue muy feo y triste. Indigno de una persona que es el director deportivo de un club importante como el Betis. Lamentable, pero yo no le doy más importancia porque no la tiene. Pasó eso y ya está.
—Viendo lo que ha pasado, ¿piensa en volver algún día en otro cargo?
—Dios lo controla todo y por supuesto que no lo descarto, aunque sea como aficionado. Le doy las gracias siempre a la afición, que desde mi llegada hasta hoy me ha tratado súper bien. No la voy a olvidar jamás. El otro día estaba en el estadio de los Colorado Rapids y había gente en la grada con la bufanda del Betis y me saludaban. Fue una pena que no pude hablar con ellos, aunque mi mayor pena fue no haber podido despedirme dignamente de la que fue mi afición.
—En sus últimos días en el Betis hubo muchos rumores sobre la posibilidad de que fichara por el Sevilla, ¿hubo algo de cierto en ellos?
—Sí. Poco antes del final de 2008, después de que me operé, me llegó algo ya que en pocos días iba a estar ya libre para firmar con quien quisiera porque acababa contrato en junio de 2009. Me llegó a través de mi agente de entonces, pero no firmé porque pensé, junto a mi familia, que no debía hacerlo. Respeto mucho al señor Del Nido y Monchi porque han hecho historia en su club, pero no me arrepiento de haber dicho que no. Me imagino que la afición del Betis no hubiera estado contenta si me hubiera ido y si se suma eso al descenso, hubiera sido muy triste. Fue duro, porque tenía motivos para irme principalmente por el trato que me dio Lopera. Me sentí mal cuando llegué de Finlandia y dije en la rueda de prensa que me había pagado toda la operación y él me llamó enfadado pidiéndome explicaciones. Le dije que simplemente había dicho la verdad y como medida de presión y con mala actitud me dijo «hombre, es que el médico del Betis dice que tu otra pierna está igual o peor que la operada». Eso sí que fue duro. Acababa de llegar de una operación y tuve que escuchar eso. Tenía a un amigo próximo que incluso trabajó en el Betis y escuchó esa conversación y no se lo creía. Lo primero que hice fue llamar al doctor Calero y lo desmintió todo. Él también estaba asustado con aquello.
—Supongo que no guarda entonces muy buenos recuerdos de los que llevaban el Betis en esa época.
—Lopera se creía sus propias mentiras. Y de Pepe León todos sabíamos que no mandaba, pero con él me pasó que fue quien firmó la carta que decía que yo tenía que pagarme los gastos de la operación. Luego me llamó arrepentido diciéndome que no lo había leído bien y que no lo pagara, que él iba a hablarlo con Lopera, y sobre todo, ¡que no la enseñara a la prensa!
—Usted, además, se vio obligado a denunciar al club por impagos.
—Hice lo mismo que todos los jugadores de aquella época. Lamentablemente no hace falta decir cómo actuaba Lopera. Denuncié con pruebas concretas pidiendo lo que es mío por derecho. Jugué y me lesioné defendiendo unos colores que están en mi corazón, y no lo digo por ganarme a nadie, sino porque es verdad. Nadie del club ha hablado conmigo sobre la denuncia. Es triste haber tenido que hacerlo, pero para mí lo más importante es mi familia.
—En tiempos recientes se ha dudado de la limpieza del Racing-Betis en el que se salvaron en 2007 con usted como héroe, ¿qué le parece?
—Eso es ridículo. En aquel momento teníamos el peor panorama viendo que el Celta jugaba en casa y dependía de sí mismo, como el Athletic. Nosotros íbamos a un campo difícil, con la despedida de Pablo Alfaro, su capitán y que fue durante muchos años un jugador importante en el Sevilla, así que dejémonos de tonterías. El Racing quería ganar ese partido y todos los que estuvimos allí vimos lo que se sufrió y cómo se enfadaban con mi primer gol.
—¿Qué le deparará el futuro?
—No lo sé, pero la verdad es que antes de venir a Estados Unidos tenía pensado hacer un curso de gestión deportiva en la Federación Española de Fútbol, ya que he visto durante muchos años que hay gente metida en el fútbol que no no tiene ni idea de lo que realmente necesita un futbolista, pero son sólo planes.
Fuente:
Edu: "Lopera se creía sus propias mentiras"
Lleva un mes en el Colorado Rapids, tratando de hacerse con los usos y costumbres de la MLS estadounidense. Luis Eduardo Schimidt mantiene el hambre de fútbol porque no quiere colgar las botas a sus 33 años. Desde la distancia espacial y temporal, recuerda sus años en el Betis, su especial relación con Lopera, y momentos hasta ahora desconocidos como que pudo fichar por el Sevilla a principios de 2009 porque acababa contrato, que Luis Oliver le propuso volver como verdiblanco y un extraño encuentro con Stosic el verano pasado. Es Edu, un ídolo para el beticismo que habla claro en ABC de Sevilla.
—¿Cómo va la vida por Estados Unidos?
—Muy bien. Me estoy adaptando a la ciudad, al país y al club. Llegué sólo hace un mes. En Denver estamos en altura y al principio se sufre, pero vamos mejorando. No he jugado mucho, ya que me estaba poniendo a punto. He disputado 90 minutos en un campeonato aparte de la MLS y marqué un gol y el otro día estuvimos en la Open Cup, jugué todo el partido y anoté otro. Aún me falta tono físico y aquí es importante porque se basa en eso. Es muy diferente a España.
—¿Qué le queda en el fútbol?
—No lo sé. He firmado hasta final de temporada y si las cosas van bien, pensaré seguir. Si no, mi idea es empezar un proyecto diferente, en una cultura nueva, otra experiencia profesional. Mientras, estoy en esta y ojalá me vaya bien. Quiero disfrutar del fútbol, que es lo que me gusta.
—¿Ha visto al Betis en la temporada recién finalizada?
—Algunos partidos. No ha sido una campaña fácil, con altos y bajos, pero se logró el objetivo trazado con cierta tranquilidad al final.
—¿Es cierto que después de marcharse pudo haber regresado?
—Sí, es verdad. Fue en el verano de 2010, cuando Luis Oliver llegó al club. Un día me llamó estando en una cena con Paco Nuchera y Ángel Martín. Sin hablar mucho, me preguntó si quería volver al Betis. Luego le pasó el teléfono a Nuchera para que habláramos de cantidades económicas.
—¿Y qué pasó?
—Nada. Me sentí algo engañado. No me gusta que jueguen con mi familia, puesto que me dijeron que estaban seguros de que iban a traerme, pero después desaparecieron. Creo que las personas primero tienen que ser transparentes, pero no pasa nada. Llevo muchos años en el fútbol y sé cómo es. Si hubiera vuelto al Betis, lógicamente teníamos cosas que hablar, pero siempre he dicho que ese club está y estará en mi corazón aparte de los momentos malos con Lopera, que al final no es el Betis. Creo que lo que hizo Oliver no estuvo bien.
—Y tuvo otro contacto más reciente, ¿no?
—Un poco antes del verano de 2011 estuve en Sevilla y pasó algo que de verdad creo que era innecesario. Yo estaba con mi abogado de Brasil para tratar una serie de asuntos particulares y los señores José Pablo Varela y David Pirri (representantes) me dijeron que Vlada Stosic quería saludarme en su oficina. Fui allí y cuando llegó Stosic me saludó, nos sentamos ante una mesa, me miró y me dijo: «Bueno, vengo de hablar con Mel y me dice que no te quiere». Yo me quedé sorprendido, sin saber lo que pasaba. Me dijo eso y se marchó. Yo, por educación, me porté bien y no dije nada. En caso contrario no sé qué hubiera pasado. ¡¡Yo sólo le saludé, no quería que me fichara!! Lo dijo y salió en dos minutos. Lógicamente no me quedé muy contento con aquello y les pregunté a los otros señores si le habían dicho algo sobre mí y me dijeron que no, con caras de sorprendidos. La verdad es que fue muy feo y triste. Indigno de una persona que es el director deportivo de un club importante como el Betis. Lamentable, pero yo no le doy más importancia porque no la tiene. Pasó eso y ya está.
—Viendo lo que ha pasado, ¿piensa en volver algún día en otro cargo?
—Dios lo controla todo y por supuesto que no lo descarto, aunque sea como aficionado. Le doy las gracias siempre a la afición, que desde mi llegada hasta hoy me ha tratado súper bien. No la voy a olvidar jamás. El otro día estaba en el estadio de los Colorado Rapids y había gente en la grada con la bufanda del Betis y me saludaban. Fue una pena que no pude hablar con ellos, aunque mi mayor pena fue no haber podido despedirme dignamente de la que fue mi afición.
—En sus últimos días en el Betis hubo muchos rumores sobre la posibilidad de que fichara por el Sevilla, ¿hubo algo de cierto en ellos?
—Sí. Poco antes del final de 2008, después de que me operé, me llegó algo ya que en pocos días iba a estar ya libre para firmar con quien quisiera porque acababa contrato en junio de 2009. Me llegó a través de mi agente de entonces, pero no firmé porque pensé, junto a mi familia, que no debía hacerlo. Respeto mucho al señor Del Nido y Monchi porque han hecho historia en su club, pero no me arrepiento de haber dicho que no. Me imagino que la afición del Betis no hubiera estado contenta si me hubiera ido y si se suma eso al descenso, hubiera sido muy triste. Fue duro, porque tenía motivos para irme principalmente por el trato que me dio Lopera. Me sentí mal cuando llegué de Finlandia y dije en la rueda de prensa que me había pagado toda la operación y él me llamó enfadado pidiéndome explicaciones. Le dije que simplemente había dicho la verdad y como medida de presión y con mala actitud me dijo «hombre, es que el médico del Betis dice que tu otra pierna está igual o peor que la operada». Eso sí que fue duro. Acababa de llegar de una operación y tuve que escuchar eso. Tenía a un amigo próximo que incluso trabajó en el Betis y escuchó esa conversación y no se lo creía. Lo primero que hice fue llamar al doctor Calero y lo desmintió todo. Él también estaba asustado con aquello.
—Supongo que no guarda entonces muy buenos recuerdos de los que llevaban el Betis en esa época.
—Lopera se creía sus propias mentiras. Y de Pepe León todos sabíamos que no mandaba, pero con él me pasó que fue quien firmó la carta que decía que yo tenía que pagarme los gastos de la operación. Luego me llamó arrepentido diciéndome que no lo había leído bien y que no lo pagara, que él iba a hablarlo con Lopera, y sobre todo, ¡que no la enseñara a la prensa!
—Usted, además, se vio obligado a denunciar al club por impagos.
—Hice lo mismo que todos los jugadores de aquella época. Lamentablemente no hace falta decir cómo actuaba Lopera. Denuncié con pruebas concretas pidiendo lo que es mío por derecho. Jugué y me lesioné defendiendo unos colores que están en mi corazón, y no lo digo por ganarme a nadie, sino porque es verdad. Nadie del club ha hablado conmigo sobre la denuncia. Es triste haber tenido que hacerlo, pero para mí lo más importante es mi familia.
—En tiempos recientes se ha dudado de la limpieza del Racing-Betis en el que se salvaron en 2007 con usted como héroe, ¿qué le parece?
—Eso es ridículo. En aquel momento teníamos el peor panorama viendo que el Celta jugaba en casa y dependía de sí mismo, como el Athletic. Nosotros íbamos a un campo difícil, con la despedida de Pablo Alfaro, su capitán y que fue durante muchos años un jugador importante en el Sevilla, así que dejémonos de tonterías. El Racing quería ganar ese partido y todos los que estuvimos allí vimos lo que se sufrió y cómo se enfadaban con mi primer gol.
—¿Qué le deparará el futuro?
—No lo sé, pero la verdad es que antes de venir a Estados Unidos tenía pensado hacer un curso de gestión deportiva en la Federación Española de Fútbol, ya que he visto durante muchos años que hay gente metida en el fútbol que no no tiene ni idea de lo que realmente necesita un futbolista, pero son sólo planes.
Fuente:
Edu: "Lopera se creía sus propias mentiras"