Sus dos goles de falta en el derbi encumbran al vizcaíno, que no ha tenido nada fácil llegar a la elite
MATEO GONZÁLEZ / SEVILLA
Entre los ríos Arratia e Indusi el hijo de Maite desgastaba el cuero de un balón por las calles de Igorre. Y otro balón, y otro. También le daba a pelota vasca, y conserva varios trofeos en su casa, allí donde está el restaurante Txindorra, el negocio familiar en el que destacan las excelentes alubias. El chico soñó con jugar en el Athletic, pero el fútbol obliga a ser nómada para desarrollar destinos sobrevenidos. Beñat Etxeberria Urkiaga (19 de febrero de 1987) se ha tenido que trabajar el éxito lejos de lo que pronosticaba cuando llegó a Lezama en categoría alevín. Gozó de cinco minutos de gloria en San Mamés (29 de octubre de 2006) pero se vio obligado a emigrar a Cuenca, estación de paso para recalar en el Betis, donde ya forma parte de su leyenda. Dos goles en un derbi, ambos de falta, equiparan su gesta a la de Julio Cardeñosa en el 78. Palabras mayores.
Todo el mundo habla de él. Beñat (Bernardo, en castellano) no tiene hermanos, los ha ido encontrando por el camino. El último es Cañas, con quien comparte piso en Bellavista. Antes tuvo a Raúl, Susaeta, Agirretxe... El delantero de la Real recuerda que coincidieron en el cadete en Lezama y mantienen una estrecha amistad. «Todos los veranos quedamos. El miércoles le escribí para felicitarle por sus goles. De chico ya le pegaba muy bien a la pelota. Y jugaba de central. Yo soy de San Sebastián y cuando acabábamos de entrenar muchas veces íbamos a comer al restaurante de su madre. Maite cocina estupendamente. Beñat está mostrando ahora la valía que tiene, en Sevilla ha encontrado su sitio. Parece tímido, pero con confianza gasta muchas bromas. Y en el campo no para de hablar».
No tiene hermanos, los ha ido encontrando por el caminoFue ascendiendo en el Athletic hasta que llegó al B. En la 2006-07 jugó mucho en la pretemporada y llegó a debutar con los mayores en Bilbao ante el Osasuna (1-1, jornada octava). La sanción a Gurpegui y las lesiones de Tiko y Orbaiz hicieron a Félix Sarriugarte mirar al filial. «Le vi grandes posibilidades y me alegro de que ahora sea una realidad. Es un futbolista completo, con un golpeo de balón tremendo. Me satisface ver que se ha consolidado en Primera», señala el técnico del Sestao.
Sin embargo, aquel estreno fue fugaz. Su sueño se cumplía, pero le quedaba un año de contrato y tuvo que emigrar. Antonio Cazalilla, entrenador del Conquense, utilizó su buena amistad con Joaquín Caparrós, con quien había coincidido en el Alcázar de San Juan y que tuvo una larga trayectoria en equipos de Cuenca, para pedirle la cesión. «El año anterior estábamos en el Grupo Norte y nos enfrentamos al Bilbao Athletic. En la primera vuelta era titular, pero en la segunda no jugaba nada. Lo pedimos, pero hubo problemas con equipos vascos», señala Cazalilla. Se refiere a unas declaraciones del presidente del Lemona, José Luis Ordeñana, en las que se quejaba de la cesión de Beñat y Raúl, hoy suplente de Gorka Iraizoz. «Allí siempre nos tratan mal, no pueden ver a los vascos», llegó a decir. El entonces técnico del Conquense habló con Blas Ciarreta y lo consiguió.
Le llamaban Gattuso, por su parecido físico con el jugador italianoEn la ciudad de las casas colgadas le llamaban Gattuso, por su parecido físico con el jugador italiano. «Nos quedábamos siempre a lanzar faltas y hacíamos apuestas para picarle», recuerda Cazalilla. Raúl Fernández-Cavada, que hizo aquel viaje iniciático con Beñat, compartía piso con el mediocentro. «No habíamos salido nunca de casa y allí nos llevamos muy bien. Yo hacía las labores de la casa y él... De vez en cuando traía las alubias de su madre. Lo único que ha heredado es el buen comer (risas). De todas formas, muchas veces nos íbamos a comer a la Universidad, porque había un menú muy barato. Nos lo pasamos muy bien allí. Luego vino Diego Simón (hoy en el Celta B) y allí estábamos los tres bilbaínos. Nos vino bien aquella experiencia», revive.
Pero también lo pasó mal. Su entrenador recuerda que «un día, en noviembre, cuando estábamos estirando me dijo: “Míster, creo que después de las vacaciones de Navidad no vuelvo. Echo de menos a mi familia”. Fuimos a comer con mi ayudante y Raúl. Y le convencimos». Aquel pasaje también lo rememora Rubén Sáez, jefe de Deportes de El Día de Castilla-La Mancha, quien reconoce que «en Cuenca llevamos tres años sin ver un gol de falta directa» y añade otro que define su timidez, rasgo característico de Beñat: «A primeros de agosto de 2008 jugaron un amistoso con el Atlético B y él destacó e hizo un gol. Fui a hacerle una entrevista y estaba comiéndose un bocadillo junto al autobús. Me respondía con monosílabos y tuvo que interceder Raúl para decirle que hablara más. Siempre fue muy cortado».
Su progresión fue grande en el Conquense y hubo otra anécdota que presagiaba su futuro, tal y como cuenta Sáez. «Estaba en la ciudad deportiva del Betis y un hombre uniformado como del equipo, se me acercó y me preguntó: “¿Sigues al Conquense habitualmente?” “Sí”, le respondí. “Pues este chaval va a llegar a Primera”. Estaba lloviendo y ganamos 2-3. Hizo un partidazo».
Aquel hombre era Miguel Valenzuela. Su descubridor para el Betis. «Creíamos que era imposible que se le escapara al Athletic. Lo vimos antes en un Granada-Conquense, hice mi informe y Antonio Blanco lo vio y opinó lo mismo. Le hicimos un seguimiento dentro y fuera de siete partidos. Vino a la ciudad deportiva del Sevilla y le abordamos. Nos dijo que estaba cedido y que debía hablar con el Athletic. Hablé con su agente, el exportero Vicente Biurrun, y le vendimos el proyecto y que era ideal para el primer equipo. Le hicimos una oferta mínima, la base para los canteranos del B. Era una apuesta, como Miki Roqué. Hablaron con el Athletic y cuando no renovaron, el mismo día nos llamó e intercambiamos los faxes. Llegó a coste cero».
Su inicio no fue fácil, puesto que le costó hacer migas en el filial. «A Sevilla llegué solo y soy cerrado, más callado que los de aquí. Cañas fue el primero que empezó a hablarme y lo agradecí», recuerda el propio Beñat, que vivía en la misma urbanización que el gaditano pero en otro piso, «aunque nunca estaba en mi casa, sino en la de Cañas y sus compañeros. Al año siguiente nos fuimos a vivir juntos». Mel no lo vio de inicio y no se lo llevó a la pretemporada de 2010. Las lesiones de Arzu, Juande y Cañas le abrieron un hueco que aprovechó para quedarse entre los mayores. Esta temporada también estaba en el piso Calahorro. La comida la sigue haciendo otro. O bajan al bar. A Beñat le gusta estar cómodo en casa, suena Rihanna cuando le llaman, se decanta por el rock&roll y tiene un tic intransferible: rascarse la nariz con la palma de la mano. Ahora todos quieren saber de El Vasco. El Athletic le tentará, seguro, pero el Betis presume de tenerlo atado hasta 2014 con 20 millones de cláusula. Se avecina un verano movido.
El Betis lo tiene bien atado: contrato hasta 2014 y 20 millones de euros de cláusula
El nombre de Beñat ya circula como futurible de muchos equipos grandes. Es incuestionable que el nivel que ha alcanzado esta temporada en el Betis es sobresaliente y presume de cualidades bien apreciadas como el tiro libre. El vasco siempre tendrá la tentación del Athletic, que si quiere recuperarlo deberá abonar 20 millones o esperar a 2014 en virtud del contrato que firmó el mediocentro en la etapa de Luis Oliver justo tras debutar en el primer equipo. Su agente, Vicente Biurrun, se muestra tranquilo ante las preguntas sobre su futuro: «El chico es feliz en Sevilla. Está contento ahí y no pensamos en otra cosa. Tiene que disfrutar ahora».
este tio huele a crak
MATEO GONZÁLEZ / SEVILLA
Entre los ríos Arratia e Indusi el hijo de Maite desgastaba el cuero de un balón por las calles de Igorre. Y otro balón, y otro. También le daba a pelota vasca, y conserva varios trofeos en su casa, allí donde está el restaurante Txindorra, el negocio familiar en el que destacan las excelentes alubias. El chico soñó con jugar en el Athletic, pero el fútbol obliga a ser nómada para desarrollar destinos sobrevenidos. Beñat Etxeberria Urkiaga (19 de febrero de 1987) se ha tenido que trabajar el éxito lejos de lo que pronosticaba cuando llegó a Lezama en categoría alevín. Gozó de cinco minutos de gloria en San Mamés (29 de octubre de 2006) pero se vio obligado a emigrar a Cuenca, estación de paso para recalar en el Betis, donde ya forma parte de su leyenda. Dos goles en un derbi, ambos de falta, equiparan su gesta a la de Julio Cardeñosa en el 78. Palabras mayores.
Todo el mundo habla de él. Beñat (Bernardo, en castellano) no tiene hermanos, los ha ido encontrando por el camino. El último es Cañas, con quien comparte piso en Bellavista. Antes tuvo a Raúl, Susaeta, Agirretxe... El delantero de la Real recuerda que coincidieron en el cadete en Lezama y mantienen una estrecha amistad. «Todos los veranos quedamos. El miércoles le escribí para felicitarle por sus goles. De chico ya le pegaba muy bien a la pelota. Y jugaba de central. Yo soy de San Sebastián y cuando acabábamos de entrenar muchas veces íbamos a comer al restaurante de su madre. Maite cocina estupendamente. Beñat está mostrando ahora la valía que tiene, en Sevilla ha encontrado su sitio. Parece tímido, pero con confianza gasta muchas bromas. Y en el campo no para de hablar».
No tiene hermanos, los ha ido encontrando por el caminoFue ascendiendo en el Athletic hasta que llegó al B. En la 2006-07 jugó mucho en la pretemporada y llegó a debutar con los mayores en Bilbao ante el Osasuna (1-1, jornada octava). La sanción a Gurpegui y las lesiones de Tiko y Orbaiz hicieron a Félix Sarriugarte mirar al filial. «Le vi grandes posibilidades y me alegro de que ahora sea una realidad. Es un futbolista completo, con un golpeo de balón tremendo. Me satisface ver que se ha consolidado en Primera», señala el técnico del Sestao.
Sin embargo, aquel estreno fue fugaz. Su sueño se cumplía, pero le quedaba un año de contrato y tuvo que emigrar. Antonio Cazalilla, entrenador del Conquense, utilizó su buena amistad con Joaquín Caparrós, con quien había coincidido en el Alcázar de San Juan y que tuvo una larga trayectoria en equipos de Cuenca, para pedirle la cesión. «El año anterior estábamos en el Grupo Norte y nos enfrentamos al Bilbao Athletic. En la primera vuelta era titular, pero en la segunda no jugaba nada. Lo pedimos, pero hubo problemas con equipos vascos», señala Cazalilla. Se refiere a unas declaraciones del presidente del Lemona, José Luis Ordeñana, en las que se quejaba de la cesión de Beñat y Raúl, hoy suplente de Gorka Iraizoz. «Allí siempre nos tratan mal, no pueden ver a los vascos», llegó a decir. El entonces técnico del Conquense habló con Blas Ciarreta y lo consiguió.
Le llamaban Gattuso, por su parecido físico con el jugador italianoEn la ciudad de las casas colgadas le llamaban Gattuso, por su parecido físico con el jugador italiano. «Nos quedábamos siempre a lanzar faltas y hacíamos apuestas para picarle», recuerda Cazalilla. Raúl Fernández-Cavada, que hizo aquel viaje iniciático con Beñat, compartía piso con el mediocentro. «No habíamos salido nunca de casa y allí nos llevamos muy bien. Yo hacía las labores de la casa y él... De vez en cuando traía las alubias de su madre. Lo único que ha heredado es el buen comer (risas). De todas formas, muchas veces nos íbamos a comer a la Universidad, porque había un menú muy barato. Nos lo pasamos muy bien allí. Luego vino Diego Simón (hoy en el Celta B) y allí estábamos los tres bilbaínos. Nos vino bien aquella experiencia», revive.
Pero también lo pasó mal. Su entrenador recuerda que «un día, en noviembre, cuando estábamos estirando me dijo: “Míster, creo que después de las vacaciones de Navidad no vuelvo. Echo de menos a mi familia”. Fuimos a comer con mi ayudante y Raúl. Y le convencimos». Aquel pasaje también lo rememora Rubén Sáez, jefe de Deportes de El Día de Castilla-La Mancha, quien reconoce que «en Cuenca llevamos tres años sin ver un gol de falta directa» y añade otro que define su timidez, rasgo característico de Beñat: «A primeros de agosto de 2008 jugaron un amistoso con el Atlético B y él destacó e hizo un gol. Fui a hacerle una entrevista y estaba comiéndose un bocadillo junto al autobús. Me respondía con monosílabos y tuvo que interceder Raúl para decirle que hablara más. Siempre fue muy cortado».
Su progresión fue grande en el Conquense y hubo otra anécdota que presagiaba su futuro, tal y como cuenta Sáez. «Estaba en la ciudad deportiva del Betis y un hombre uniformado como del equipo, se me acercó y me preguntó: “¿Sigues al Conquense habitualmente?” “Sí”, le respondí. “Pues este chaval va a llegar a Primera”. Estaba lloviendo y ganamos 2-3. Hizo un partidazo».
Aquel hombre era Miguel Valenzuela. Su descubridor para el Betis. «Creíamos que era imposible que se le escapara al Athletic. Lo vimos antes en un Granada-Conquense, hice mi informe y Antonio Blanco lo vio y opinó lo mismo. Le hicimos un seguimiento dentro y fuera de siete partidos. Vino a la ciudad deportiva del Sevilla y le abordamos. Nos dijo que estaba cedido y que debía hablar con el Athletic. Hablé con su agente, el exportero Vicente Biurrun, y le vendimos el proyecto y que era ideal para el primer equipo. Le hicimos una oferta mínima, la base para los canteranos del B. Era una apuesta, como Miki Roqué. Hablaron con el Athletic y cuando no renovaron, el mismo día nos llamó e intercambiamos los faxes. Llegó a coste cero».
Su inicio no fue fácil, puesto que le costó hacer migas en el filial. «A Sevilla llegué solo y soy cerrado, más callado que los de aquí. Cañas fue el primero que empezó a hablarme y lo agradecí», recuerda el propio Beñat, que vivía en la misma urbanización que el gaditano pero en otro piso, «aunque nunca estaba en mi casa, sino en la de Cañas y sus compañeros. Al año siguiente nos fuimos a vivir juntos». Mel no lo vio de inicio y no se lo llevó a la pretemporada de 2010. Las lesiones de Arzu, Juande y Cañas le abrieron un hueco que aprovechó para quedarse entre los mayores. Esta temporada también estaba en el piso Calahorro. La comida la sigue haciendo otro. O bajan al bar. A Beñat le gusta estar cómodo en casa, suena Rihanna cuando le llaman, se decanta por el rock&roll y tiene un tic intransferible: rascarse la nariz con la palma de la mano. Ahora todos quieren saber de El Vasco. El Athletic le tentará, seguro, pero el Betis presume de tenerlo atado hasta 2014 con 20 millones de cláusula. Se avecina un verano movido.
El Betis lo tiene bien atado: contrato hasta 2014 y 20 millones de euros de cláusula
El nombre de Beñat ya circula como futurible de muchos equipos grandes. Es incuestionable que el nivel que ha alcanzado esta temporada en el Betis es sobresaliente y presume de cualidades bien apreciadas como el tiro libre. El vasco siempre tendrá la tentación del Athletic, que si quiere recuperarlo deberá abonar 20 millones o esperar a 2014 en virtud del contrato que firmó el mediocentro en la etapa de Luis Oliver justo tras debutar en el primer equipo. Su agente, Vicente Biurrun, se muestra tranquilo ante las preguntas sobre su futuro: «El chico es feliz en Sevilla. Está contento ahí y no pensamos en otra cosa. Tiene que disfrutar ahora».
este tio huele a crak
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