Hoy conoceremos una parte de nuestra historia desconocida por muchos, pero de la que hemos de sentirnos muy orgullosos. Os hablare del escudo del club y su origen.
Basado en la investigación y trabajo de Emilio Carrillo y recogido en su obra.
El diseño del escudo actual data de 1957, cuando Benito Villamarín acepto el modelo presentado por José María de la Concha. En el sólo se modificó el orden de las trece barras, (pasando de siete verdes y seis blancas a seis verdes y siete blancas) y sustituyendo el rombo por el circulo. La corona se recuperó en 1941.
Este escudo que contenía el rombo venía siendo utilizado desde 1931, ya que desde que el 14 de Abril de ese año se había proclamado la II República Española y un decreto gubernamental prohibía el uso de corona en cualquier tipo de emblema. Esto llevo a la Junta Directiva presidida por José Ignacio Mantecón Navasal, a realizar un concurso de diseños del que salió este modelo, su autor fue Enrique Añino Ylzarbe-Andueza, vocal de aquella Directiva y cofundador del Sevilla Balompié, Real Betis Balompié y Real Betis Tenis Club. Hace poco se descubrió otro modelo que solo duro unos meses, desconociéndose su autor.
El nuevo escudo, con el rombo y el triángulo con las 13 barras (ya sin la corona), se utilizó por primera vez el 5 de Enero de 1932, con ocasión del encuentro disp.utado contra el Athletic de Bilbao, que celebraba las bodas de plata del club, el resultado fue de 2-1 para el Betis.
Pero demos un sentido al cambio y descubriremos el verdadero fondo de este asunto.
Con la llegada de la II República en 1931, la masonería comienza un ciclo de auge. Empezando por abrirse más al mundo que lo rodea, incorporando sus símbolos a lo cotidiano, pero no así, con sus creencias, ritos y tradiciones.
El primero de los símbolos masónicos relacionados con nuestro escudo es la escuadra o triángulo invertido, por definición el triángulo es la imagen geométrica del ternario y en el simbolismo numérico equivale al 3, la trinidad (Club-Equipo-Afición), la triple naturaleza del Universo (Positivo-Negativo-Neutro), (Hombre-Cielo-Tierra)...
Según Juan Eduardo Cirlot (Diccionario de símbolos), cuando este aparece invertido, se transforma en algo más complejo, indicando tres cosas, el signo del agua, expresa fuerza e innovación y es sinónimo del corazón.
Según José María Albert, el triángulo invertido es el principio femenino y evoca la matriz, la gran madre, la divinidad-mujer que completa la doble y única naturaleza masculino-femenina del Creador o Principio Único, el todo, el ser uno o Gran Arquitecto del Universo (como lo llaman los masones).
¿Pero que tiene esto que ver con el Betis? y con respecto a lo que nos ocupa, ¿qué tiene esto que ver con el escudo?, ¿casualidad?, ¿coincidencia?... pues no.
Ya que está probado y puede leerse en (El Betis y Sevilla) de Emilio Carrillo, como nos narra con todo lujo de detalles, la relación existente y si lugar a la duda, de que tanto José Ignacio Mantecón Navasal (Presidente), como Enrique Añino Ylzarbe-Andueza (Vocal), pertenecían a la masonería, por lo que la incorporación de los símbolos masones al nuevo escudo, es el fiel reflejo del momento, de la utilización de sus símbolos a lo que les rodea y que ocasión mejor que esta, ya que había que modificar el escudo.
¿Pero qué hay de las trece barras verdiblancas que rellenan el triángulo?, ¿qué sentido tienen?, ¿por qué 13 y no 12, ni 14?.
Pues según la interpretación masónica y según nos cuenta Emilio Castell (Claves de la masonería), el 13 es el signo de transmutación y cambio, de muerte y nacimiento, de final y nueva reanudación (nadie negara que esa idiosincrasia forja la leyenda de nuestro club).
De hecho, el cambio de la forma del escudo, coincide también con un tiempo glorioso para el club, ya que es a partir de entonces cuando se consiguen unos logros a nivel deportivos, que harían del Betis un club grande.
Jugaría la Final del Campeonato de España (Copa del Rey actual), el 21 de Junio de 1931.
Lograría el primer ascenso a Primera División, el 3 de Abril de 1932.
Y se proclamaría Campeón de Liga, el 28 de Abril de 1935. Siendo el primer equipo andaluz en alcanzar estos grandes logros.
Ya sólo queda concluir con la aparición del rombo y su significado. Su posición en el centro y su forma geométrica, evocan al compás sobre la escuadra, signo representativo de las logias masónicas (en la imagen ya mostrada más arriba, puede apreciarse con claridad), representa el órgano sexual femenino, el cual ya los griegos lo utilizaban como instrumento mágico, para inspirar o acelerar las pasiones masculinas, de aquí que se considere un símbolo con capacidad de arrastrar a multitudes, mayormente hombres, aunque hablamos en clave de otros tiempos, ya que las mujeres en nuestro club y dentro de nuestra afición, viven y sienten por igual estos colores.
Por tanto, no deben de quedar duda e indiscutiblemente podemos decir, que el escudo del Real Betis Balompié, tiene un origen masónico.
Espero que os haya gustado...
¡Viva el Betis!
Basado en la investigación y trabajo de Emilio Carrillo y recogido en su obra.
El diseño del escudo actual data de 1957, cuando Benito Villamarín acepto el modelo presentado por José María de la Concha. En el sólo se modificó el orden de las trece barras, (pasando de siete verdes y seis blancas a seis verdes y siete blancas) y sustituyendo el rombo por el circulo. La corona se recuperó en 1941.
Este escudo que contenía el rombo venía siendo utilizado desde 1931, ya que desde que el 14 de Abril de ese año se había proclamado la II República Española y un decreto gubernamental prohibía el uso de corona en cualquier tipo de emblema. Esto llevo a la Junta Directiva presidida por José Ignacio Mantecón Navasal, a realizar un concurso de diseños del que salió este modelo, su autor fue Enrique Añino Ylzarbe-Andueza, vocal de aquella Directiva y cofundador del Sevilla Balompié, Real Betis Balompié y Real Betis Tenis Club. Hace poco se descubrió otro modelo que solo duro unos meses, desconociéndose su autor.
El nuevo escudo, con el rombo y el triángulo con las 13 barras (ya sin la corona), se utilizó por primera vez el 5 de Enero de 1932, con ocasión del encuentro disp.utado contra el Athletic de Bilbao, que celebraba las bodas de plata del club, el resultado fue de 2-1 para el Betis.
Pero demos un sentido al cambio y descubriremos el verdadero fondo de este asunto.
Con la llegada de la II República en 1931, la masonería comienza un ciclo de auge. Empezando por abrirse más al mundo que lo rodea, incorporando sus símbolos a lo cotidiano, pero no así, con sus creencias, ritos y tradiciones.
El primero de los símbolos masónicos relacionados con nuestro escudo es la escuadra o triángulo invertido, por definición el triángulo es la imagen geométrica del ternario y en el simbolismo numérico equivale al 3, la trinidad (Club-Equipo-Afición), la triple naturaleza del Universo (Positivo-Negativo-Neutro), (Hombre-Cielo-Tierra)...
Según Juan Eduardo Cirlot (Diccionario de símbolos), cuando este aparece invertido, se transforma en algo más complejo, indicando tres cosas, el signo del agua, expresa fuerza e innovación y es sinónimo del corazón.
Según José María Albert, el triángulo invertido es el principio femenino y evoca la matriz, la gran madre, la divinidad-mujer que completa la doble y única naturaleza masculino-femenina del Creador o Principio Único, el todo, el ser uno o Gran Arquitecto del Universo (como lo llaman los masones).
¿Pero que tiene esto que ver con el Betis? y con respecto a lo que nos ocupa, ¿qué tiene esto que ver con el escudo?, ¿casualidad?, ¿coincidencia?... pues no.
Ya que está probado y puede leerse en (El Betis y Sevilla) de Emilio Carrillo, como nos narra con todo lujo de detalles, la relación existente y si lugar a la duda, de que tanto José Ignacio Mantecón Navasal (Presidente), como Enrique Añino Ylzarbe-Andueza (Vocal), pertenecían a la masonería, por lo que la incorporación de los símbolos masones al nuevo escudo, es el fiel reflejo del momento, de la utilización de sus símbolos a lo que les rodea y que ocasión mejor que esta, ya que había que modificar el escudo.
¿Pero qué hay de las trece barras verdiblancas que rellenan el triángulo?, ¿qué sentido tienen?, ¿por qué 13 y no 12, ni 14?.
Pues según la interpretación masónica y según nos cuenta Emilio Castell (Claves de la masonería), el 13 es el signo de transmutación y cambio, de muerte y nacimiento, de final y nueva reanudación (nadie negara que esa idiosincrasia forja la leyenda de nuestro club).
De hecho, el cambio de la forma del escudo, coincide también con un tiempo glorioso para el club, ya que es a partir de entonces cuando se consiguen unos logros a nivel deportivos, que harían del Betis un club grande.
Jugaría la Final del Campeonato de España (Copa del Rey actual), el 21 de Junio de 1931.
Lograría el primer ascenso a Primera División, el 3 de Abril de 1932.
Y se proclamaría Campeón de Liga, el 28 de Abril de 1935. Siendo el primer equipo andaluz en alcanzar estos grandes logros.
Ya sólo queda concluir con la aparición del rombo y su significado. Su posición en el centro y su forma geométrica, evocan al compás sobre la escuadra, signo representativo de las logias masónicas (en la imagen ya mostrada más arriba, puede apreciarse con claridad), representa el órgano sexual femenino, el cual ya los griegos lo utilizaban como instrumento mágico, para inspirar o acelerar las pasiones masculinas, de aquí que se considere un símbolo con capacidad de arrastrar a multitudes, mayormente hombres, aunque hablamos en clave de otros tiempos, ya que las mujeres en nuestro club y dentro de nuestra afición, viven y sienten por igual estos colores.
Por tanto, no deben de quedar duda e indiscutiblemente podemos decir, que el escudo del Real Betis Balompié, tiene un origen masónico.
Espero que os haya gustado...
¡Viva el Betis!
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