El 23 de mayo, fecha para la junta de acreedores
La administración concursal del Betis avanza en su impecable labor e, inmersa en la fase decisiva del convenio, ya conoce la fecha en la cual se celebrará la junta de acreedores, donde se verán todos aquellos que mantienen deudas con el club y acordarán el escenario en el que se moverá la entidad en cuanto a quita, esperas y formas de pago de las cantidades que el club ha de abonar en los próximos años. La fecha elegida es el 23 de mayo, cuando se celebrará la citada junta en los salones del hotel Silken Al-Ándalus a las 10.00, según se puede leer en ABC de Sevilla.
Lo lógico es que sea una asamblea tranquila para los intereses de la administración concursal, puesto que la tarea de Antonio González, Francisco Tato y Gerardo Narbona es perfilar ahora la propuesta de convenio y llegar a un acuerdo con la mayoría de los acreedores para que en esa junta se alcance un acuerdo sin mayores problemas. Es la práctica habitual en todos los concursos de acreedores de esta magnitud y el Betis no iba a ser una excepción a esta regla. Entre estos acreedores con los cuales previsiblemente se llegará a un acuerdo inicial se encuentran los futbolistas (representados en su mayoría por la Asociación de Futbolistas Españoles) y los clubes (Villarreal, Deportivo, Elche, Córdoba...).
Por ello se está definiendo durante estos días la propuesta de convenio. Se plantean, inicialmente, dos posibilidades para que se acojan los acreedores. La primera es la ya anunciada de ocho años teniendo en cuenta dos más en el caso de que el club descienda a Segunda, una previsión marcada por el devenir histórico del club en sus cambios de categoría, con una quita del 50 por ciento para los acreedores ordinarios y subordinados, los únicos que se someten a esta negociación, ya que los privilegiados cobrarán íntegramente. El reparto en este tiempo es ya de por sí beneficioso para el club, ya que resulta un pago menor de la deuda total y sin intereses. La segunda opción, más difícil de aceptar por los acreedores aunque nunca se sabe, es la de abonar la totalidad de las cantidades que debe la entidad pero doblando el plazo en el que se ejecutará esta medida, es decir, que puede llegar a los 16 ó 20 años. Esta última opción tiene difícil perspectiva de éxito por lógica empresarial y vital.
La administración concursal del Betis avanza en su impecable labor e, inmersa en la fase decisiva del convenio, ya conoce la fecha en la cual se celebrará la junta de acreedores, donde se verán todos aquellos que mantienen deudas con el club y acordarán el escenario en el que se moverá la entidad en cuanto a quita, esperas y formas de pago de las cantidades que el club ha de abonar en los próximos años. La fecha elegida es el 23 de mayo, cuando se celebrará la citada junta en los salones del hotel Silken Al-Ándalus a las 10.00, según se puede leer en ABC de Sevilla.
Lo lógico es que sea una asamblea tranquila para los intereses de la administración concursal, puesto que la tarea de Antonio González, Francisco Tato y Gerardo Narbona es perfilar ahora la propuesta de convenio y llegar a un acuerdo con la mayoría de los acreedores para que en esa junta se alcance un acuerdo sin mayores problemas. Es la práctica habitual en todos los concursos de acreedores de esta magnitud y el Betis no iba a ser una excepción a esta regla. Entre estos acreedores con los cuales previsiblemente se llegará a un acuerdo inicial se encuentran los futbolistas (representados en su mayoría por la Asociación de Futbolistas Españoles) y los clubes (Villarreal, Deportivo, Elche, Córdoba...).
Por ello se está definiendo durante estos días la propuesta de convenio. Se plantean, inicialmente, dos posibilidades para que se acojan los acreedores. La primera es la ya anunciada de ocho años teniendo en cuenta dos más en el caso de que el club descienda a Segunda, una previsión marcada por el devenir histórico del club en sus cambios de categoría, con una quita del 50 por ciento para los acreedores ordinarios y subordinados, los únicos que se someten a esta negociación, ya que los privilegiados cobrarán íntegramente. El reparto en este tiempo es ya de por sí beneficioso para el club, ya que resulta un pago menor de la deuda total y sin intereses. La segunda opción, más difícil de aceptar por los acreedores aunque nunca se sabe, es la de abonar la totalidad de las cantidades que debe la entidad pero doblando el plazo en el que se ejecutará esta medida, es decir, que puede llegar a los 16 ó 20 años. Esta última opción tiene difícil perspectiva de éxito por lógica empresarial y vital.