desde mi córner Mucha cancha para un 'okupa'
Resulta sorprendentemente raro ver a Oliver peregrinando por los medios cuando lo que dice no tiene validez
Luis Carlos Peris | Actualizado 29.10.2010 - 01:00
RESPETO profundamente a todo el que ejerce el periodismo y no lo hago por corporativismo, sino porque sé de las dificultades que conlleva. Dicho lo cual y siguiendo con el mismo respeto, no termino de explicarme cómo se la da tanta cancha periodística a Luis Oliver, ese miniaccionista. Así como nunca comprendí por qué se entrevistaba tanto a Pepe León, ahora me cuesta entender cómo un señor que ocupa un puesto de forma ilegal, y afortunadamente transitoria, es requerido desde los medios más diversos para explicaciones que no tienen explicación, con argumentos que se ven de lejos vacíos y desde la ilegalidad.
El tío hace y deshace a su antojo con una mayoría de maniobras que se ven a una legua que no son otra cosa que estrategias para desviar la atención. Lo último ha sido la ceremonia de quitarle al campo el nombre del gran culpable cuando ese cambio ha de ser refrendado por una Junta de Accionistas mientras dilata en el tiempo la celebración de dicho acto. Le quita el nombre al campo, pero no quita de la circulación a gente de la confianza del innombrable. Pregona que ha limpiado el club de cargas financieras con la marcha de futbolistas caros cuando lo único que ha hecho es liberar a Lopera de un buen volumen de avales; a Lopera, no al todavía Real Betis Balompié.
Afortunadamente para el Betis, apareció en su camino una juez que está haciendo por el Betis más que ninguno de los próceres que jalonaron su historia centenaria. Y con doña Mercedes, un brazo implacable que está logrando que el bético pueda conciliar el sueño de vez en cuando. Se trata de Juan Manuel Gómez Porrúa, un volcán que va a poner orden en esa viña sin vallar que es el Betis como antesala del solar que puede ser como no sea desokupado más pronto que tarde. Por cosas así no puedo comprender cómo el señor Oliver va peregrinando de un medio a otro cuando no tiene mensaje válido que enviar. Todo sea dicho con el debido respeto, que me lo merecen.
Resulta sorprendentemente raro ver a Oliver peregrinando por los medios cuando lo que dice no tiene validez
Luis Carlos Peris | Actualizado 29.10.2010 - 01:00
RESPETO profundamente a todo el que ejerce el periodismo y no lo hago por corporativismo, sino porque sé de las dificultades que conlleva. Dicho lo cual y siguiendo con el mismo respeto, no termino de explicarme cómo se la da tanta cancha periodística a Luis Oliver, ese miniaccionista. Así como nunca comprendí por qué se entrevistaba tanto a Pepe León, ahora me cuesta entender cómo un señor que ocupa un puesto de forma ilegal, y afortunadamente transitoria, es requerido desde los medios más diversos para explicaciones que no tienen explicación, con argumentos que se ven de lejos vacíos y desde la ilegalidad.
El tío hace y deshace a su antojo con una mayoría de maniobras que se ven a una legua que no son otra cosa que estrategias para desviar la atención. Lo último ha sido la ceremonia de quitarle al campo el nombre del gran culpable cuando ese cambio ha de ser refrendado por una Junta de Accionistas mientras dilata en el tiempo la celebración de dicho acto. Le quita el nombre al campo, pero no quita de la circulación a gente de la confianza del innombrable. Pregona que ha limpiado el club de cargas financieras con la marcha de futbolistas caros cuando lo único que ha hecho es liberar a Lopera de un buen volumen de avales; a Lopera, no al todavía Real Betis Balompié.
Afortunadamente para el Betis, apareció en su camino una juez que está haciendo por el Betis más que ninguno de los próceres que jalonaron su historia centenaria. Y con doña Mercedes, un brazo implacable que está logrando que el bético pueda conciliar el sueño de vez en cuando. Se trata de Juan Manuel Gómez Porrúa, un volcán que va a poner orden en esa viña sin vallar que es el Betis como antesala del solar que puede ser como no sea desokupado más pronto que tarde. Por cosas así no puedo comprender cómo el señor Oliver va peregrinando de un medio a otro cuando no tiene mensaje válido que enviar. Todo sea dicho con el debido respeto, que me lo merecen.
Comentario