El tiempo vuela, incluso más de lo que podemos o queremos darnos cuenta. Buena prueba de ello es que esta semana se cumplen siete años del último gran éxito verdiblanco: la Copa del Rey de 2005. Fue en la noche del 11 de junio, apenas unos días después de certificar en Mallorca el billete para la previa de la Champions y con el Osasuna como testigo. El escenario, como en la mítica final de 1977, el estadio Vicente Calderón y el gran protagonista un Dani que en la segunda mitad de la prórroga marcó un tanto que hizo estallar a miles de gargantas béticas haciendo historia.
Aquella noche fue larga, prácticamente eterna, presa de unas trece barras que se paseaban con orgullo por las calles de la capital hispalense, pero que también volvían desde Madrid en el más dulce de los regresos a casa. Eran horas de éxito e ilusión ante un futuro que, por aquel entonces, pintaba absolutamente esperanzador. Parecía que por fin se había dado el gran salto de calidad, ese pasito adelante que se le escapó al club en la segunda mitad de los noventa y acabó con el equipo dando con sus huesos en Segunda.
Curiosamente, la mayoría de los canteranos que devolvieron a la escuadra heliopolitana a Primera eran la base de aquel conjunto campeón, que tenía en el banquillo a un Serra Ferrer con el que el destino ya había saldado casi todas sus cuentas pendientes. Los sueños se hacían realidad y mejorarlos se antojaba más que posible. Pero, entonces, todo comenzó a teñirse de negro, en lugar de hacerlo en verdiblanco.
Primero, con una horrorosa planificación deportiva que hizo que aquel Betis que sí dio la talla en un grupo terrorífico en la Champions sufriese de lo lindo para salvar la categoría en Primera. Después, repitiendo errores e, incluso, agravándolos año tras año, llevando a la entidad a un abismo tanto institucional como deportivo que, para más inri, nunca acababa. Siempre había tres rivales peores que maquillaban que, desde hacía mucho, las cosas no se estaban haciendo para nada bien por La Palmera. Siempre hubo un milagro hasta que la suerte quedó agotada a finales de mayo de 2009.....
Con la Liga terminada y sin más aliciente que una Eurocopa en la que brillan por su ausencia los representantes verdiblancos, la actualidad en Heliópolis pasa, ineludiblemente, por las novedades en el mercado de fichajes. En este sentido, los movimientos de la secretaría técnica ya han dado sus primeros frutos, con los fichajes de Agra y Rubén Pérez. Aunque todavía deben llegar más.
De hecho, el siguiente debe ser un defensa. Al menos, así lo avanzan las noticias, que siguen viendo a Paulao jugando en el Villamarín, pese a que su operación de compra lleva bloqueada unas semanas. A priori, pronto debería haber novedades al respecto, no sólo porque todas las partes implicadas en las negociaciones mantienen posturas bastante cercanas, sino, sobre todo, porque el gran rendimiento ofrecido por el futbolista desde que llegó a la escuadra de las trece barras el pasado invierno bien merece un esfuerzo por parte del club, evitando de este modo que pudiesen aparecer en escena posibles rivales.
También está a punto de firmar su continuidad Mario, que estaba descartado hace relativamente poco y, salvo sorpresa, seguirá un año más bajo las órdenes de Pepe Mel. En el aire queda saber qué versión se verá del canario: si la batalladora, segura y contundente de la primera vuelta, en la que se convirtió en fijo y fundamental para la zaga, o la de ese jugador que desaparece de las convocatorias por recurrentes lesiones o sanciones provocadas por el exceso de celo en sus tareas.
Sea como fuere, tampoco el mercado ofrece muchas más alternativas, especialmente si se tiene en cuenta que las arcas béticas continúan bajo mínimos y cualquier desembolso importante está poco menos que descartado. No en vano, la marcha de Iriney está sólo a falta de oficialidad por este motivo, igual que el hecho de que Jefferson Montero haya terminado yéndose al Morelia mexicano en lugar de apurar para regresar a Heliópolis. El Betis puede utilizar como argumento su importancia histórica, afición y proyecto, pero se tratan de razones que no convencen a todos, máxime en un mundo dominado por el poder del dinero.....
Llevaba varias semanas alejado de estas líneas por diversos motivos, pero hoy he encontrado un hueco y una pizca de inspiración. Y es que lo de China cada vez suena más a cuento chino.
Ayer el Fulham dijo que no iría al país oriental a disputar el torneo frente al Betis porque no estaban seguros de que los chinos afrontaran los pagos acordados. Y hoy se anuncia desde varios medios que el Betis debería haber recibido un primer pago hace unas semanas y el dinero está como el que robó el Dioni, desaparecido. Desde el club se pide calma y tranquilidad. Pues que no sean tan ingenuos y pacientes. Tal y como está la economía en general y al del Betis en particular, un retraso a la hora de ingresar dinero debe encender todas las alarmas. No creo que los chinos hagan magia y ahora, de la noche a la mañana, dispongan del dinero que no han pagado antes. Guillén, Bosch y compañía deben ser tajantes con las obligaciones contraídas por la otra parte, y si hay que tomar medidas drásticas, que se tomen. China no está a la vuelta de la esquina, y para hacer un viaje tan largo y que te tomen el pelo, mejor quedarse en España, que hay gente de sobra dispuestas a engañarte....
Es tremendamente complicado escribir cuando tienes tantas cosas que quieres decir, pero no sabes bien cómo expresarlas. Cuando sabes que las palabras, por bien que queden o bonitas que sean, están absolutamente de más. Casi imposible explicar lo que sientes cuando todavía, pese al paso de las horas, eres aún incapaz de asimilar lo que ha ocurrido. Porque ya es definitivo que Miki no volverá, pero resulta demasiado duro hacerse a la idea de que se ha ido.
Lo ha hecho sin hacer ruido, casi por sorpresa, al modo en el que irrumpió en el primer equipo. Fue en octubre de 2010, ante Las Palmas, en un partido en el que demostró con creces que había llegado para quedarse. Su espigada figura se agigantaba sobre el terreno de juego, aportando contundencia a un eje central de la zaga que hizo suyo en nada de tiempo. Sólo las molestias físicas eran capaces de sacarlo del once inicial, pero no de quitarle esa eterna sonrisa que parecía tener tatuada en sus labios.
Ni siquiera la perdió aquel fatídico 5 de marzo de hace un año, cuando entre lágrimas anunció que tenía que dejar momentáneamente el fútbol para curarse de una enfermedad que, desgraciadamente, ha podido más que él. Su entereza, con apenas 22 años en aquel momento, describía a la perfección el luchador que siempre había sido, convencido de que, costase lo que costase, sería capaz de alcanzar sus objetivos.
La actualidad del Betis en estos últimos días es muy complicada. Complicada, dolorosa y preocupante. Pérdidas irreparables, la difícil situación económica del club y la pretemporada que recién comienza tienen al Betis a oscuras.
Los fallecimientos de Miki Roqué y Alfonso Jaramillo han teñido de negro los colores verde y blanco. Lo de Miki fue un palo que todavía no se ha digerido, por mucho que el jugador bético nos haya dado a todos una lección de cómo hay que morir con dignidad, o mejor dicho, como hay que saber vivir y afrontar la realidad hasta el último aliento de vida. Él y su familia han impartido una clase magistral de vitalidad, entereza, valentía y saber estar. Y por supuesto, han recibido todo el cariño y el apoyo de esta afición que sabe estar a la altura en cualquier tipo de circunstancias, y de todo el fútbol y el deporte español, exceptuando a Ángel María Villar. Que pena que un tipejo así sea el presidente de la R.F.E.F.
Hoy, me he levantado con la noticia del fallecimiento de Alfonso Jaramillo, socio nº 2 del Real Betis Balompié. Alfonso era un artista, un libro abierto que derrochaba la Historia del Betis. Los que tuvimos la suerte de conocerlo, aunque fuera en un par de ocasiones, los que tuvimos la inmensa fortuna de escuchar sus anécdotas lo echaremos en falta cuando nos reunamos en una mesa para hablar del Betis y sus batallitas. La memoria que poseía con su casi siglo de vida era digna de admiración. Lástima que haya visto desde Triana la total liberación del Betis. La verá muy pronto desde el Cuarto Anillo......
Las consecuencias de una marcha anunciada
Ya se ha confirmado una noticia que no por esperada ha causado menos impacto en Heliópolis: Iriney jugará la próxima temporada en otro equipo. Se sabía desde hace tiempo que ocurriría, porque las negociaciones para su renovación no llegaron a buen puerto. Sólo faltaba saber cuál sería su destino, que, finalmente, será el estadio Nuevo Los Cármenes de Granada.
Y como era previsible, las reacciones no se han hecho esperar. Para muchos, de un plumazo, todo lo que ofreció el brasileño durante sus tres campañas como bético se lo ha llevado el viento, convirtiendo todos los halagos que recibió como premio a su casta y coraje sobre el césped en sólo un apelativo: pesetero. El rencor por el líder que se va se hizo con el control de los teclados, llenando las redes sociales de críticas hacia alguien que apenas unos meses antes era un auténtico ídolo.
Sólo unos pocos culpaban al club por no haber hecho un último esfuerzo para retenerlo, para llegar a lo que exigía en el que, no olvidemos, podría ser su último gran contrato como profesional. El caso es que, entre unos y otros reabrieron con toda su crudeza un debate que las partes implicadas habían cerrado con una educación y elegancia digna de elogio. Quizás porque siempre han sido conscientes de que el tiempo del romanticismo del fútbol acabó hace tiempo y que hoy, salvo para la afición, todo es negocio.....
Aunque oficialmente arrancó hace ya un par de semanas, cuando el equipo regresó a los entrenamientos, ahora sí que se puede decir que el nuevo proyecto verdiblanco ha echado a andar. Sobre todo, tras solventar el primer trámite de la pretemporada, con un 0-6 ante una Olímpica Valverdeña que comprobó las virtudes de este Betis que, de momento, ilusiona.
Y no por golear a un modesto, sino por la composición de su plantilla. De hecho, el equipo derrocha juventud, con una nueva hornada de canteranos que aceptan sin reparos el desafío de dar el pasito adelante, avalados por su calidad y buenhacer. Porque este año, sin duda, debe ser el momento de los Vadillo, Pozuelo, Sergio, Nono y Álex Martínez, de los que se esperan muchísimas cosas y que buscarán demostrar que los mejores refuerzos posibles estaban en casa.
Aunque lo cierto es que los recién llegados también vienen pisando fuerte. No en vano, Joel Campbell se está exhibiendo cada vez que tiene ocasión, derrochando velocidad, desborde e, incluso, olfato goleador. Algo parecido, pero si acaparar tantos titulares ni flashes, está haciendo Juan Carlos, quien después de una temporada ‘guadianesca’ en las filas del Zaragoza quiere aprovechar al máximo la oportunidad que le están brindando en Heliópolis para reivindicarse.
Mientras, Agra ya va dando muestras de ese prometedor futbolista que el año pasado maravilló a muchos en Portugal y que, de aquí a unos meses, debe confirmarse como un auténtico crack. Además, está un Rubén Pérez al que no le tiembla el pulso para recoger el testigo de Iriney y que, hasta ahora, va recuperando esas sensaciones de gran jugador que se le vieron durante su periplo en el Deportivo. Incluso, se ha cerrado por fin el culebrón del verano, con la contratación de un Paulao que se ha convertido en pieza básica de la zaga verdiblanca.....
Menos de un mes. Esa es la distancia que nos separa del inicio de una nueva Liga, esa que Pepe Mel prevé que sea más difícil que la anterior, pero en la que la fiel infantería verdiblanca tiene depositadas muchísimas esperanzas. Y lo cierto es que no les faltan razones, porque si ya el año pasado el equipo tuvo hasta opciones europeas pese a no encontrar nunca la regularidad, en este, en el que, a priori, hay más plantilla debería haber licencia para soñar.
Aunque, eso sí, siempre con los pies en el suelo, sin lanzar antes de tiempo las campanas al vuelo, que nadie ha logrado jamás un objetivo previamente a que diese su visto bueno la clasificación. Como no se cansa de repetir en estos días la plantilla, lo importante es lograr la permanencia cuanto antes; ya después, lo que venga, bienvenido sea. Porque, ¿para qué meterse más presión que la que ya se encargará de poner sobre los hombros la misma competición?
Sería de locos hacerlo, sobre todo en este Betis que es capaz de hacer lo más difícil y estrellarse cuando el camino se le allana y se le presenta con muchísimos kilómetros sin un solo bache. La Liga española, en general, va a seguir siendo mediocre, sin duda, pero para pelear por estar de mitad de la tabla hacia arriba, antes que nada, hay que demostrar que se es mínimamente bueno. Y eso sólo los resultados pueden encargarse de hacerlo.
Por eso, agrada saber que el vestuario es consciente de lo que se trae entre manos, partiendo con la premisa básica de que hay que dejar claro, sin hacer mucho ruido, que hay al menos tres peores; que ya habrá tiempo de dar un golpe encima de la mesa y decir que los buenos momentos regresan por Heliópolis. Hay que ir sin prisa, pero también sin pausa, con la intención de crecer a buen ritmo, sin dar estirones exagerados.....
Decía Ortega y Gasset que no existían verdades absolutas, que todo depende desde el prisma a partir del cual se vea la realidad. Sin embargo, hay situaciones que, a priori, invitan a pocas interpretaciones diferentes y válidas. Por ejemplo, el anuncio por parte de un club de que rompe unilateralmente las negociaciones para la contratación de un futbolista, como hizo el Betis el sábado en relación al nigeriano Nosa Igiebor.
Normalmente, cuando un comunicado así sale a la luz pública es sinónimo de que la operación se ha ido definitivamente al traste, sobre todo cuando al jugador en cuestión, como ha sido el caso, se le califica como autor de faltas de respeto, seriedad y profesionalidad. Es decir, a ojos del aficionado, que recibió probablemente esa información como totalmente veraz e inequívoca, el africano quedó como un ‘pesetero’ que, ya con todo pactado, tenía como única preocupación un aumento de sueldo.....
El domingo, a dos semanas de que arranque la Liga, el Betis sufrió ante el Hoffenheim su primera derrota de la pretemporada. Los verdiblancos cayeron por 2-1 ante un cuadro germano que tampoco hizo demasiado, sólo esperar y aprovechar los errores de un rival al que sus propias carencias terminaron por tumbarlo, incluso pese a que, por ocasiones, mereció tener mejor suerte.
Porque los heliopolitanos volvieron a dejar claro que sin Rubén Castro no ven portería con claridad. Cierto es que a Pereira se le ve hiperactivo y muy metido, que Molina está completando un buen verano y que, incluso, gente como Pozuelo o Campbell tienen mucho margen de mejora. Pero, a fin de cuentas, el gol sigue siendo monopolio del canario. De hecho, los datos así lo demuestran. Lleva 10 tantos y, en el último amistoso, jugó apenas 18 minutos, ‘mojando’ y mandando un balón a los dos palos. Ante esto, cualquier comparación con el resto siempre resultará más que odiosa.
Aunque hay otro detalle si cabe algo más preocupante: que han vuelto las lagunas atrás. No en vano, los dos tantos del Hoffenheim vinieron por imprecisiones de la zaga, la segunda de ellas de un Fabricio al que las manos se le ablandaron demasiado. Hay que tener en cuenta que ambos llegaron con los teóricos suplentes sobre el césped, aunque eso, lejos de tranquilizar, lo que hace es echar más leña al fuego, porque demuestra que, de momento, no hay relevos que ofrezcan las mismas garantías para los Nelson, Dorado, Paulao y Nacho. Y si a eso se le une que el único que no ha tenido minutos es Mario, cuya facilidad para caer lesionado es digna de estudio…...
Ahora sí que se acabó lo que se daba. Se terminaron las pruebas y este fin de semana, salvo que los trece ‘rebeldes’ provoquen una huelga que determine lo contrario, comienza por fin la Liga. Y, a tenor de lo visto durante la pretemporada, aún queda trabajo por hacer en Heliópolis, tanto sobre el terreno de juego como en los despachos.
Y es que, como quedó claro de nuevo ante el Friburgo, los errores en defensa siguen estando demasiado presentes, haciendo que el equipo sufra mucho más de lo necesario cuando el rival juega con velocidad y al contragolpe. No es nada nuevo para el Betis, aunque este año ya no cabe la excusa de que, como no hay bandas, los laterales tienen que subir más de lo que quisiesen. Con los Agra, Juan Carlos, Campbell e, incluso, Pereira y Vadillo actuando en la posición de extremos, ya es hora de que los Nélson, Chica, Nacho y Álex Martínez se fajen atrás como es debido y blinden sus parcelas. Si no, van a faltar uñas para cada partido......
Hace un par de días, en una rueda de prensa, el presidente del Athletic de Bilbao calificó de fracaso institucional la marcha de Fernando Llorente del club rojiblanco. No hizo falta poner paños calientes y excusas banales. Lo dijo tal y como lo pensaba, asumiendo la responsabilidad de la marcha del internacional español. En el Betis se ha echado en falta algo parecido en las últimas fechas.
Me refiero al fracaso de la campaña de abonados. Y eso que comenzó de la mejor manera posible. A mi entender, el spot publicitario de dicha campaña, es bastante bueno y llamativo. Pero luego salieron los precios y las formas de pago y todo cambió, sobre todo por lo segundo. El Real Betis cuenta con unos abonos razonables en cuanto a la cantidad de Euros que hay que pagar por ver los partidos de Liga. El problema ha estado, básicamente, en la eliminación del abono semestral. La situación económica es lamentable y hay mucha gente que no dispone de todo el dinero necesario para sacarse el carnet de socio de su club. Hay muchas cosas más prioritarias que el fútbol. Aun así, son muchos los que hacen un esfuerzo para poder ver al equipo de sus amores. Con el pago del abono en dos veces la gente estaba más aliviada y podía hacer frente al total de la cantidad, pagando ahora una parte y en diciembre la otra. Podrán argumentar desde la directiva que existe la posibilidad de financiar el abono, pero es necesario presentar una nómina, que lamentablemente, no todo el mundo tiene. La consecuencia de todo esto ha sido una disminución más que considerable en el número de abonados al Real Betis, que pretendía llegar a los cuarenta mil y que a duras penas podrá llegar a los treinta mil. Espero que la directiva bética rectifique para futuras campañas y facilite al bético, en la medida de lo posible, obtener el carnet sin que suponga un esfuerzo económico inasumible por muchos.....
Athletic Club de Bilbao 3 (De Marcos y 2 de San José) – Real Betis Balompié 5 (Rubén Castro, 2 de Molina, Beñat y Pozuelo)
El Betis ha empezado la Liga de manera loca. Empezó maravillando, desperdició tres goles de ventaja y terminó ganando. Por segundo año consecutivo, el equipo de Mel venció en San Mamés.
La primera media hora del Betis fue para enmarcar. Pronto se adelantó con un gol de Rubén Castro tras una gran jugada de Beñat. A partir de ahí, los verdiblancos se sintieron muy cómodos sobre el césped. El rival, inmerso en problemas con sus jugadores estrellas y agravado por bajas importantes, controlaba la pelota pero sin crear peligro. Le bastó al Betis con presionar de manera inteligente y salir rápido hacia la portería de Iraizoz para ponerse 0-3 al descanso. A los 26 minutos llegó el segundo gracias a una gran jugada de Rubén Castro y Salvador Agra, que terminó llevando al fondo de la red Jorge Molina. Sin tiempo para asumir el segundo llegó el tercero, esta vez obra de Beñat, que con un fuerte chut pareció sentenciar el partido. Pasó entonces que el Athletic intensificó un poco el juego y que el Betis dio un paso atrás. ................
Parece que ahora si. Parece que ya no hay marcha atrás. Si todo sigue su cauce normal y el jugador pasa el reconocimiento médico, Igiebor se convertirá en futbolista bético. Se convertirá así en el cuarto nigeriano de la historia del Betis.
Sus compatriotas que le preceden tuvieron suertes muy dispares. Ikpeba y Sunny pasaron con más pena que gloria por Heliópolis. El otro fue distinto. Finidi estuvo durante cuatro campañas defendiendo la elástica verdiblanca. Fue de más a menos, como el equipo, que entró en decadencia desde la marcha de Serra en 1997 hasta el descenso del año 2000. El extremo procedente del Ajax maravilló desde su llegada a los béticos. Elegante, veloz, goleador, asistente. Un auténtico crack de talla mundial que pudimos disfrutar en el Betis. Llegó en plan estrella y cumplió con creces las expectativas depositadas en él, pero se fue por la puerta de atrás, como tantos otros, tras el descenso de categoría en una campaña para olvidar, en la que él fue de los pocos que mantuvo el tipo....
Comentario