Re: Sala de prensa
Siniestro total
Vergüenza, ridículo, desastre, bochorno… hay mil y un términos diferentes para definir la calamitosa actuación del Betis en el Sánchez Pizjuán y, probablemente, la inmensa mayoría de ellos se quedaría corto. Y es que la derrota fue sonrojante no ya por el resultado, que también, sino, sobre todo, por el modo en el que se produjo, facilitada por un equipo que bajó los brazos nada más salir del vestuario.
Porque, en contra de lo que defendió el presidente heliopolitano, Miguel Guillén, el tanto nervionense a los 15 segundos no fue letal. Sí lo fue, en cambio, la falta de actitud y testiculina que demostraron los futbolistas de la escuadra de las trece barras, ofreciendo sobre el césped un espectáculo impropio para una entidad con más de 105 años de historia. Sin alma y ejerciendo de ‘hermanitas de la caridad’, cualquier resultado positivo se convierte en una quimera, máxime cuando delante se tiene a un rival que sí sabe de qué va la guerra y aprieta como se tiene que hacer.
No en vano, gran parte de culpa de la resurrección de Reyes la tienen un Adrián al que, incomprensiblemente, le van creciendo los nervios una vez hecho a la titularidad y un Nélson que, partido a partido, continúa convirtiendo su banda en una autopista para los adversarios. Del mismo modo, el eje central de la zaga recuperó su peor versión, mostrándose lento y tremendamente frágil, mientras que la medular tenía un encefalograma plano, sin ideas y con un Rubén Pérez que se ganó la expulsión a base de bien con su propia torpeza. Así, lo mismo da que Rubén Castro tuviese la pólvora a punto, ya que los de La Palmera hicieron aguas por todos lados...
por J. Julián Fernández .
Leer más en: http://www.betisweb.com/blogs/sala-d...#ixzz2Cg2bZe6D
Siniestro total
Vergüenza, ridículo, desastre, bochorno… hay mil y un términos diferentes para definir la calamitosa actuación del Betis en el Sánchez Pizjuán y, probablemente, la inmensa mayoría de ellos se quedaría corto. Y es que la derrota fue sonrojante no ya por el resultado, que también, sino, sobre todo, por el modo en el que se produjo, facilitada por un equipo que bajó los brazos nada más salir del vestuario.
Porque, en contra de lo que defendió el presidente heliopolitano, Miguel Guillén, el tanto nervionense a los 15 segundos no fue letal. Sí lo fue, en cambio, la falta de actitud y testiculina que demostraron los futbolistas de la escuadra de las trece barras, ofreciendo sobre el césped un espectáculo impropio para una entidad con más de 105 años de historia. Sin alma y ejerciendo de ‘hermanitas de la caridad’, cualquier resultado positivo se convierte en una quimera, máxime cuando delante se tiene a un rival que sí sabe de qué va la guerra y aprieta como se tiene que hacer.
No en vano, gran parte de culpa de la resurrección de Reyes la tienen un Adrián al que, incomprensiblemente, le van creciendo los nervios una vez hecho a la titularidad y un Nélson que, partido a partido, continúa convirtiendo su banda en una autopista para los adversarios. Del mismo modo, el eje central de la zaga recuperó su peor versión, mostrándose lento y tremendamente frágil, mientras que la medular tenía un encefalograma plano, sin ideas y con un Rubén Pérez que se ganó la expulsión a base de bien con su propia torpeza. Así, lo mismo da que Rubén Castro tuviese la pólvora a punto, ya que los de La Palmera hicieron aguas por todos lados...
por J. Julián Fernández .
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